sábado, 31 de agosto de 2019

LA FAMILIA…

¿RUMBO A SU DESAPARICIÓN?
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No es necesario poseer vastos conocimientos estadísticos para ensayar alguna hipótesis sobre la actual crisis familiar. ¿Hace falta inteligencia para advertir que mantener la promesa “hasta que la muerte nos separe” es vana ilusión? Basta con abrir ojos y oídos.

viernes, 23 de agosto de 2019

"SENTIR" Y "VER"…NO ES

                   ENTENDER...  
Resultado de imagen para SENTIR Y ENTENDER.. Sentir. Dice el DRAE: Es experimentar o percibir sensaciones producidas por causas externas o internas a través de los sentidos: sintió la suavidad de la seda; sentir vibraciones. Oír, percibir por el oído: sentí que abrían la puerta.

martes, 20 de agosto de 2019

FÁBULA DEL PELOTUDO

SEGÚN FONTANARROSA: PARA REFLEXIONAR...
Resultado de imagen para fabula del pelotudo Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el pelotudo del pueblo. Un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños mandados y recibiendo limosnas.

viernes, 9 de agosto de 2019

MÁQUINA INTELIGENTE...

                                       ¿PIENSA  LA  “COMPU”?

Resultado de imagen para es inteligente un ordenador?No pocas veces presumimos de ciertas cualidades, entre ellas la de no perder el tiempo en conversaciones triviales como el que nos ocupa hoy: ¿La máquina piensa, es inteligente?

miércoles, 7 de agosto de 2019

¡TENGO MIEDO!.....

 POR ESO, RESPETO…
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Definen Respeto como: consideración acompañada de cierta sumisión, con que se trata a una persona o cosa, por alguna cualidad o circunstancia que las determina. Lleva a acatar lo que dice o establece o, a no causarle ofensa o perjuicio. "Respeto a los derechos humanos; a la libertad de expresión; al bien común, al propio cuerpo.

Miedo: Angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. "La oscuridad le provocaba un miedo cerval". Sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea. “Tengo miedo del futuro”

Es normal en el humano sentir miedo o tener esa sensación. Ocurre muy a menudo ante los jefes y superiores o, ante personas prepotentes, autoritarias o delincuentes. El miedo paraliza, hace dudar de uno mismo, es degradante.

El respeto, en cambio, engrandece, hace sentirse considerado, justo, noble, gallardo. No pocas personas confunden el respeto con el miedo. Hay gente autoritaria: padres de familia; personas con algún cargo público, autoridades incompetentes…

Respeto, entonces es, la manera de expresarse al hablar, en el trato al otro. Al papá de tu mejor amigo, no le dirás, ¡qué tal olúo!...por muy cercano que sea. Esto no significa que en rueda de conversación, no podamos opinar sobre si estamos en acuerdo o desacuerdo con las opiniones de los demás.

El punto es que, cuando hablamos, tengamos argumentos válidos que sustenten lo que decimos. No importa si estamos en desacuerdo, incluso, con el “Gerente General del Universo”. Si manifestamos nuestras diferencias con respeto, la mitad del pleito (si fuera el caso), ya está ganado.

Si tenemos diferencia con quien sea (amigos, profesores, padres, vecinos, deudores, acreedores, etc.), y callamos por “miedo” a agravar aún más la “situación”, es que estamos sentados sobre un “barril de pólvora”. “El que nada debe, nada teme; el que mal anda, mal acaba”, reza Proverbios 10,9.

Si por miedo callamos -aunque tengamos razón-, nos verán como superficiales “pererí”, sin personalidad, incapaz de sostener, siquiera, una opinión. Así las cosas, ¡no somos libres!. Dijo Jesús, “y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. (Jn 8:31-32)

Afirma que el respeto es un sentimiento positivo de veneración, aprecio, atención y reconocimiento por una persona o cosa. Es valor moral del ser humano; es fundamental para lograr una sabrosa  convivencia social. Luego, ¡Es fuerte quien respeta!

Conocido es el refrán: “Para ser respetado es necesario saber respetar”, es decir, a comprender al otro, a valorar sus intereses y necesidades. Por consiguiente, el respeto debe ser mutuo, de reciprocidad.

Cuando los prepotentes reaccionan violentamente, generan miedo. Si las autoridades no ven, no saben, no escuchan y dejan libres a delincuentes; si quienes se tienen por decentes “responden” con silencio cómplice y se someten a tantos “mbareté-pokaré”, seguiremos chapoteando en la cloaca de inmoralidad, sabiendo que podemos ser agredidos en medio de una impunidad que hiela el alma, dirá el Dr. Fernando Pascual.

Conclusión: no confundamos respeto con cobardía. El respeto es un acto de valentía sublime, propia de almas generosas y valientes.
 Es decir, no seamos…buenos… ¡para nada buenos! 

sábado, 3 de agosto de 2019

NO SOY ESCLAVO DEL TELÉFONO

¡¡¡FELICIDADES!!!
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Hay personas que declaran no ser esclavos de nadie ni nada  -entre ellos su majestad: celular. Y es loable…de ser ciertas. Todo terrícola ha sido dotado de inteligencia, voluntad y libertad, afirman los saben. ¡Celular, el tonto veloz, porque, velozmente atonta.!

Pero, resulta que la era “progre y tecnita”, inventó un elemento apellidado móvil (que a muchos inmoviliza) como medio de comunicación acorta distancias para comunicarse más, mejor y rápidamente.

Los móviles -hoy ya inteligentes, ndajé- se volvieron imprescindibles como herramienta de trabajo. Ahorran tiempo y dinero. “Transportan” y “reciben” documentos, sirven como agenda, y guían al viajero al lugar de destino, entre otras bondades para el hombre.

Luego, augurios y hurras al brazo-tecnita puesto a disposición del homo sapiens. ¡Hasta aquí todo bien!. ¿Cuándo y cómo se prostituye este atractivo y fiel ayudante?

Cuando el celu se hace amo del homo ¿sapiens? “obligándolo” a participar en loca carrera del tener más y en el menor tiempo posible, a lucir y presumir estar a la moda con el móvil de última tecnología. El pobre bípedo angá queda cortocircuitado 24 hs on line.

Luego, opera en el “rey” de la creación una terrible metamorfosis: se hace “consumidor consumido por el consumo que lo consume”. El amor a los amos posmoderno: “Samsung Galaxy S10; Huawei P20 Pro; Sony Xperia XZ2”, entre otros dioses menores, últimos gritos de 2019.

Así las cosas, no falta quien se rebela contra el nuevo “amo” diciendo: No soy esclavo del teléfono celular, por lo que, aplaudimos como se dice: ¡de pie y con zapateo!

No obstante, es necesario entender correctamente que “no ser esclavo del celu”, no ha de generar falta de cortesía, respeto y consideración. Si tenés la herramienta para comunicarte mejor y rápidamente, tenés la obligación moral de contestar las llamadas.

Quien se tiene por respetuoso, educado, responsable y además cristiano debe contestar las llamadas. Caso contrario, exprese claramente su deseo de no ser molestado. Si con aquello de que No soy esclavo del celular, no atendés las llamadas “ha re ñembotavy”, estás dando lugar y con sobrada razón que te consideren:

1. Que te crees alguien muy importante para darle “pelota” a un común (jaguá ry´ai) que no merece tu consideración.

2. Que no eres solidario con el otro, salvo que sea un capo de quien esperas sacar alguna ventaja.
3. Que eres desconsiderado. No responder nunca es que se piense (con razón) que eres soberbio, matonil como cualquier político malo.

4. Que eres nomás luego prepotente, como aquellos que no atienden, como una táctica de superioridad en algún cargo o función y por eso se hace “rogar”.

5) Que no atendés las llamadas por irresponsable o porque por otras causas, no pudiste cumplir una promesa, entonces, cobardemente te escondés en el anonimato. No tenés coraje para decir: “fallé ningo chamigo, te pido disculpas, no volverá a ocurrir”.

Hay que saber que a nadie le gusta trabajar con personas así, aunque aparenten ser buenas. Tu credibilidad queda en sospecha y perdés la confianza de los demás. No confiarán que seas capaz de cumplir tus promesas. 

Y, peor todavía si eres miembro de algún grupo o sociedad que trabaja en el campo de Dios. Nadie quiere tener relación con gente deshonesta, incapaz de honrar su palabra. Y, si buscas trabajo, con este currículo, no encontrarás.

Si en las cosas pequeñas no demostramos integridad, lo que decimos hacer “bien”, o lo hacemos por comodidad, interés o algún beneficio, pronto saldrá a luz la mentira. Si no somos capaces de contestar una simple llamada… ¿qué se puede pensar?

 Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”. (Mateo 25,21) 


viernes, 2 de agosto de 2019

LA VERDAD… NO

DEPENDE DE LA MAYORÍA.
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La verdad es la realidad. Nada tiene que ver con la opinión de la mayoría. Por eso, rendir culto de fidelidad a lo que hace, dice o piensa la mayoría, es pobre elección, y suele usarse como coartada o excusa ante la falta de personalidad o interés. Invocar a la mayoría como criterio de verdad es despreciar la inteligencia.

Erich Fromm piensa que el hecho de que millones de personas compartan los mismos vicios no convierte esos vicios en virtudes; que compartan muchos errores no convierte éstos en verdades; que millones  sufran las mismas formas de locura no hace de estas personas gente equilibrada. (cf. José R. Ayllón – En torno al Hombre, p. 99)

Es grave error confundir la verdad con el hecho puro y simple de que un determinado número de personas acepten o no una proposición. Si damos el mismo valor a la verdad y al consenso social, negamos la inteligencia.

Es como decir que ya no existe la verdad, y por tanto se considera como tal la opinión que la mayoría impone. La mentira se puede imponer de muchas maneras, y no sólo con la complicidad de los grandes medios de comunicación. Sin ellos, Sócrates fue calumniado hace más de dos mil años…

Sócrates representa al hombre aislado por defender verdades éticas fundamentales. Es del tipo de hombres apasionados por la verdad e indiferentes a las opiniones cambiantes de la mayoría. Hombres que comprometieron su vida en la solución a este problema radical: ¿Es preferible equivocarse con la mayoría o tener razón contra ella? (p.100)

Un comparativo interno (13.12.15 ÚH) sobre percepción de confianza de la ciudadanía hacia el Poder Legislativo, revela que la Cámara Baja cuenta con menor nivel de credibilidad que la Cámara Alta, pero ambos tienen un alto porcentaje de descreimiento.

Según la encuesta realizada por IBOPE CIES para ÚH, al 80% de los consultados no les parece creíble la Cámara de Diputados, y únicamente al 19% les parece creíble. Solo el 1% de los encuestados expresó desconocimiento a la hora de responder a la pregunta de si les parecía creíble o no dicho cuerpo legislativo.

Con respecto a la Cámara de Senadores, el sondeo señala que a un 76% de las personas no les parece creíble el Senado y solo al 23% sí les parece creíble. En este caso también hubo 1% de respuestas indefinidas.

El Poder Legislativo en sí cuenta con un porcentaje bajo de credibilidad, ya que en la evaluación general, un 79% opinó que no les parece creíble el ente legislativo. La diferencia entre ambas Cámaras tiene que ver con las mayorías oficialistas. La Cámara Baja cuenta con mayoría propia del Partido Colorado.... ¿Qué tanta diferencia existe hoy?

La democracia no debería permitir la vulneración por las mayorías de los derechos de las minorías, por muy mayorías que estas sean. Si el grupo impone su criterio por ser la “mayoría”, actúa de mala fe afectando derechos de terceros.

Conclusión: La confirmación de lo que dice un grupo no creíble, por otros tampoco creíbles, hace la afirmación aún menos creíble, aunque sean mayoría. Así las cosas, el terrícola no es fiable. Y en mayoría, mucho menos.
Hoy, ¿cuántas injusticias y crímenes no se cometen en nombre de la mayoría?