¿PIENSA LA “COMPU”?
No pocas veces presumimos de ciertas cualidades,
entre ellas la de no perder el tiempo en conversaciones triviales como el que
nos ocupa hoy: ¿La máquina piensa, es inteligente?
Juancho, un ex compañero de trabajo,
desafió mi escasa paciencia y agriado malhumor diciendo “Ndéera, jary’i la tecnología
leka”,
al tiempo que me exhibía su Huawei P20.
Exactamente ¿qué? pregunté. ¡La
inteligencia artificial!... respondió con inquebrantable seguridad, y acto
seguido, me leyó el siguiente párrafo:
“La inteligencia
artificial (IA), es la inteligencia de las máquinas. En computación,
una máquina «inteligente» es un agente que percibe su entorno y lleva a cabo
acciones que maximicen sus posibilidades de éxito en algún objetivo o tarea”.
Y agregó entusiasmado: ¿tenés idea de lo
que una compu o un smartphone puede hacer?... ¡son
más inteligentes que mucha gente. Apretás una tecla o un botón y…problema
resuelto! Parecía disfrutar de mi analfabetismo tecnológico.
¡No más calculadora ni agenda, ni mapas;
ahora puedo llegar a una dirección desconocida con ayuda del GPS. Y desde aquí hablo
y veo a un mi amigo que vive en Suecia… olúo!.
Esperá un poquito, dije
cortando su inspiración: ¿permitís expresarte mi desacuerdo? Asintió. Entones tomé un escrito: “En torno al hombre, p.82” de José R. Ayllón y leí en voz alta:
Pensar es razonar, entender. Entender no
es almacenar datos o retener imágenes; eso lo hacen mejor los libros y los
audiovisuales. Entender significa captar que las cosas son,
y saber lo que son.
Esta capacidad no encontramos en nada
fabricado por el hombre: la máquina fotográfica no ve nada y el periscopio (larga
vista) no sabe que el agua moja.
Saber que existen las cosas no es nada
sencillo; en realidad, sólo lo saben los seres vivos, y lo ignoran…las ventanas
y los espejos. Pero saber lo que son las cosas es mucho más que saber
que existen, y también mucho más difícil de explicar, aunque podemos
intentarlo.
Conocer algo es poseerla interiormente. Si
conozco el Salto Monday o el Puente de la Amistad puedo re-conocerlos si los veo,
y también puedo describirlos sin tenerlos delante: no me hace falta su
presencia externa, porque las poseo interiormente. Es decir, aikuaá
porá voi.
La computadora, o un “Samsung Galaxy
S10, son máquinas que almacenan y combinan símbolos, pero no con la autonomía que
posee un ser vivo para decidir el qué y
el cuándo, sino con la pasividad de una
mesa incapaz de escoger los objetos que van a estar sobre ella.
En cuanto a la combinación de símbolos, la
máquina sólo realiza las combinaciones que se le ha diseñado, no sabe qué
simbolizan sus símbolos ni en qué consisten tales operaciones, como
tampoco un martillo sabe lo que es un clavo, ni un bolígrafo sabe lo que es
escribir.
Almacenar y combinar símbolos es una
capacidad otorgada por el hombre. Pero lo que la computadora no puede hacer:
crear símbolos. Y el hombre, único animal que crea símbolos, se muestra incapaz
de transmitir esa facultad sus máquinas.
(Símbolo es una figura u objeto que tiene significación convencional: la paloma
es el símbolo de la paz).
Entonces, hablar de inteligencia
artificial es usar metafóricamente la palabra inteligencia, pues la diferencia entre la inteligencia artificial y
la inteligencia humana es tanta como entre la muñeca de juguete y la niña que
juega con ella.
La máquina no razona, ni encuentra
significados, ni aprende por experiencia. Si nos parece que lo hace es porque,
fascinados ante un títere maravilloso, olvidamos que obedece ciegamente las
órdenes del titiritero-programador. (p.86) ¿Algún griego podría pensar en serio que las
eran máscaras las que hablaban en el teatro?
Pregunta: ¿Puede hacer todo
lo dicho una máquina?. Mi amigo Juancho se despidió diciendo... voy
a pensar….
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