Sentir. Dice el DRAE: Es experimentar o percibir sensaciones producidas por causas externas o internas a través de los sentidos: sintió la suavidad de la seda; sentir vibraciones. Oír, percibir por el oído: sentí que abrían la puerta.
Ver. Percibir algo material por medio del sentido de la vista. "desde la cima de la montaña se ve perfectamente toda la ciudad; si no enciendes la luz, no verás nada; ayer vi a tu hermana".
Entender. Es comprender,
captar el sentido de algo: entiende inglés y francés. Conocer,
penetrar: no entiendo sus motivos. Conocer el ánimo o la
intención de alguien: entiendo que tengas que irte.
Aristóteles dirá que las ideas no son innatas, pues «nada hay en el intelecto que antes no haya pasado por los sentidos». Así, conocemos las cosas mediante las sensaciones que recibimos de los cinco sentidos. La cosa no es sólo lo que se ve, por eso es bueno distinguir entre ver y entender.
Ayllón dice: entender es un modo de
conocer distinto del ver y del sentir. Millán-Puelles, filósofo
y escritor español (1921-2005) dice con un claro
ejemplo: entender el calor no calienta, mientras que sentirlo, sí.
Si lo que entiendo es
el fuego, mi entendimiento no arde en llamas ni siente el menor calor. Eso no quiere decir que la inteligencia apague el fuego; si así fuese, no
harían ninguna falta los bomberos.
Por tanto, el modo de ser de las formas
en el entendimiento es un modo de ser inmaterial (y por eso entender lo que es
el fuego no quema, y entender lo que es la muerte tampoco mata). (cf. José R. Ayllón
“En torno al hombre” p. 60)
Los seres humanos vivimos en sociedad y
no tenemos derecho a violar reglas básicas de convivencia. Es imperativo convivir
en un clima de respeto, tolerancia, solidaridad y libertad. Estos valores están
presentes en toda sociedad humana.
Nuestra costumbre social –en general-
está gravemente corroída y mutilada por el cáncer de la matonil chatura cívica,
con presunción de metástasis.
Veamos algunos síntomas: ¿Se respeta y
cuida el espacio público: plazas, calles, veredas? ¿Se respeta a los vecinos al
atropellar con polución sonora sus derechos al descanso nocturno?
El tránsito: ¿Se respeta la
franja peatonal dando paso al peatón, que tiene prioridad? ¿Se da prioridad
niños, a mujeres embarazadas, a ancianos
y a personas con capacidades diferentes? ¿Ignoramos que se arroja basura en la
calle y en lugares públicos?.
¿Acaso es sorpresa ver correr agua servida a
la calle? ¿No es costumbre que los buses paren en la boca calle para alzar o
descender pasajeros? ¿No conoce a “gorilas” que estacionan sus vehículos
violando reglas y derechos de terceros? La lista es larga y harto
conocida…
Así las cosas, tristemente nos menercmos el vergonzoso mote de “delincuentes”. Al parecer, se inmuta al delinquir: el delito se hizo como una especie de "segunda piel” en el terrícola guaraní.
Horrorosa es la indignante expresión al
uso: “Ñandé ko upeichante voi…Paraguay pe ñaimé”. Como si el Paraguay
es nomás luego la cloaca de todo excremento y podredumbre.
“Rechazo categóricamente ser parte de esta letrina nacional”
“Rechazo categóricamente ser parte de esta letrina nacional”
La recta conducta genera sabrosa convivencia, permite a la gente sentirse más dueñas de su ciudad. Crea un ambiente agradable, honesto
e higiénico para el ser humano.
Por consiguiente, no basta con ver
y sentir…hace
falta entender el qué y el por qué de las cosas. Es necesario renunciar
a vivir por debajo de nuestra existencia, estimando sólo valores secundarios.
Somos más que estómago y genitales.
Hemos sido dotados de inteligencia, voluntad y libertad. No nos contentemos solamente con ver y sentir, como los cuadrúpedos. Necesario es ¡Entender!
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