La primera escuela ética (I)
La familia, es un tema concreto, propuesto
por la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) para meditar y trabajar. Objetivo:
Recuperar su real valor y fortalecerla. Dice José R.
Ayllón – en su “Introducción a la Ética” p. 157 – que la familia es la
institución más sencilla y universal, la más económica y eficaz, y también, la
única capaz de proporcionar una educación completa.
El Profesor
Alejandro Llano lo describe así: “La
familia es una escuela de vida personal y social, en la que el modo de existir
en cada edad va aprendiendo los modos de existir de las demás edades. El niño
aprende de jóvenes y adultos. Los jóvenes de niños y viejos. Y los viejos
aprenden de todos y a todos enseñan, si es que no se le ha internado en eso que
un colega mío llama “ancianarios”. De ahí que sean tan interesantes y
formativas las familias numerosas, en las que todos aprenden de todos,
continuamente, cuestiones esenciales acerca del mundo y de la sociedad”.
Chesterton
decía que quienes hablan contra la familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen. Pues la
familia es la primera condición de la vida humana, como el agua, el aire, la
luz y la tierra. Parece que un anciano solitario envió al periódico este
anuncio: “Se busca familia para cenar en compañía la Nochebuena y comer el día
de Navidad. Yo pondré el pavo”. Sea o no real, la anécdota ilustra a la
perfección el carácter esencialmente familiar del hombre.
De hecho,
nadie ha nacido solo y nadie ha nacido para estar solo. El primer desarrollo
biológico, nervioso y psicológico del niño necesita de los demás: que otros le
alimenten, le cuiden, y le enseñen durante largos años, antes de que pueda
valerse por si mismo.
Antes que
ciudadano, el hombre es miembro de una familia. Por eso, la familia es, sin
duda la primera y la mas importante de las formas de convivencia, la tradición
más antigua de loa humanidad. Si la humanidad no se hubiera organizado en
familias, tampoco habría podido organizarse en naciones.
En la familia
figuran tres fines de máxima importancia: proporcionar a sus miembros bienes
necesarios para sus vidas, criar y
educar a los hijos, y ser célula de la sociedad. Aristóteles afirma que el ser
humano es naturalmente más conyugal que civil.
Luego de tan
acertadas consideraciones de Ayllón, y tomando como muestra un trágico suceso
(hace días un chico de 14 años victima
un accidente de tránsito – se
debate entre la vida y la muerte), cabe preguntarse: (1) ¿Qué hacía un niño de
14 años a altas horas de la noche conduciendo una motocicleta? (2) ¿Es
realmente la familia el primer y
mejor Ministerio de Sanidad, de Educación, y de Bienestar Social, según afirma
William Bennett? (Secretario de Educación y Comisario Nacional del
Plan contra la droga en los Estados Unidos).
Puede evitarse
dolor, llanto, desesperación y luto si los padres asumimos nuestro rol.
Recuerdo a un querido amigo haber dicho que “los padres somos más que un chorro de espermatozoides”, es decir,
ser padres es educar la conciencia moral de los hijos, con el ejemplo, más que
con las palabras
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