La familia – sigue diciendo Ayllón - es una organización con defectos reales, y estaría ciego quien no los viera, pero es una ilusión pensar que existen sustitutivos mejores. Es la misma naturaleza quien proporciona a los padres niños muy pequeños, que requieren que se les enseñe no cualquier cosa, sino todas las cosas, las mejores cosas.
No pocos ven como panacea para matrimonios mal fracasados la separación rápida, sin contratiempos. Comprobado está – sin embargo - que el remedio es peor que la enfermedad. Hoy, el psicólogo, Paul Pearson dice que ha llegado la hora de sustituir el lema “si su matrimonio se ha roto, arréglelo”.
Cuando la familia funciona, generalmente los chicos también funcionan, pero actualmente, hay demasiadas familias paraguayas que funcionan mal. Una explicación real, pero cómoda es culpar al “exilio económico”, al cual son obligados los padres. Es una causante de muchos matrimonios despedazados. Intentan sustituir la carencia de papá o mamá, tíos, abuelos o algún orfanato, que eventualmente recibe dinero del exilio.
Puede que funcionen. Incluso puede que funcionen mucho tiempo. Pero nunca serán tan buenas como aquello a lo que sustituyen. ¿Por que? Porque el amor de un padre y de una madre por su hijo, no puede ser fielmente reproducido por alguien que cobra por cuidar a ese niño, aunque sea una persona muy eficiente, afirma Ayllón - Introducción a la Ética, p.162.
El Estado no es un padre ni una madre, y que por muy poderoso que sea, jamás ha educado a un niño, y nunca lo hará. También se olvida que los niños sólo pueden ser educados si sus padres poseen cierta dosis de autoridad y sentido común. En concreto- aconseja Bennett- deben hablar a sus hijos de lo justo y de lo injusto, del bien y del mal.
Bennett y muchos otros analistas sociales llegan de nuevo a la vieja conclusión de que la familia es la más amable de las creaciones humanas, la más delicada mezcla de necesidad y libertad. Si se apoya en los principios morales, más que en la simple reproducción biológica, su resultado será la formación de personas civilizadas y felices. Sólo una familia bien constituida es capaz de transmitir con eficacia valores fundamentales que dan sentido a la vida. Seguir hablando sobre el caos que provoca la rotura naatrimonial, me parece, sencillamente un derroche de consideraciones.
Así culmino tres comentarios sobre la familia, tomadas de muy sabias enseñanzas de José R. Ayllón.
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