viernes, 9 de noviembre de 2012

PAREJAS DE HECHO…

Nuevos modelos de familia.

Dice Enrique Bonete en su “Ética de la Sexualidad”: <El primer elemento de la belleza del amor conyugal es la plenitud de entrega, creyendo en el amor>. Teniendo en cuenta tal afirmación, se nota con claridad la diferencia entre Matrimonio y Parejas de Hecho.

Puede suponerse válidamente que en las denominadas “parejas de hecho”- como su mismo nombre lo indica – existe una profunda inseguridad ante el futuro, una desconfianza en la posibilidad de un amor sin condiciones. ¿Por qué no se acoge a la pareja en su totalidad y con todas las consecuencias? ¿Cuál es la causa?.

El “apareamiento” sin responsabilidad es choque de cuerpos sin mayores compromisos. Ante el primer obstáculo, la unión se rompe. La proliferación de esta práctica no ha sido mejor que los matrimonios; como tampoco ha resultado eficaz, la “prueba sexual”, como medio para seguir manteniendo un afecto. En aula, oigo decir con frecuencia: “es mejor probar” antes de decidirse por el matrimonio”

Si alguno no está seguro al inicio de una relación amorosa, no lo estará más tarde, porque una relación así, ya comienza viciada desde su origen, por duda o sospecha. Por tanto, las “pruebas” prematrimoniales, generalmente fracasan, porque no han nacido de una entrega incondicional. Y muchos creen que amarse para siempre es hoy algo imposible, entonces, siguen probando, una y otra vez, con este y con aquel, aquí y allá.

Es el tiempo de una sociedad secularizada, harta de sujetos débiles que sólo buscan lo fácil, las experiencias cumbres y fragmentadas, sin firmes propósitos que no permiten la construcción de un sólido proyecto de vida. Tal sujeto - agrega Bonete – está inclinado a la seducción de un “amor” fácil, blando e inestable, que le puede conducir a grandes problemas. El primero de ellos es dejar de confiar en el amor verdadero.

La terrible ceguera del hombre posmoderno, vulgar, superficial y prepotente, le hace creer estúpidamente que todo lo sabe, que está por encima de todo y todos, tanto que su cinismo ridiculiza como debilidad y sin valor la idea del matrimonio indisoluble. Quizá su postura pretende esconder graves dramas personales, miedos y mucha amargura.

Aun cuando este artículo me reporte impopularidad, digo con Bonete: “Hace falta mucha sabiduría en nuestros días para curar el corazón de los hombres

FOTO: Extraído del sitio lacomunidad.elpais.com.












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