sábado, 10 de noviembre de 2012

CULTURA NO LECTORA


Inquietante realidad en Paraguay

“Si la ética es el arte de lo mejor, la cultura es su cultivo”.  <Introducción a la Ética> José R. Ayllón, p143.

Está claro que no se educa a las generaciones jóvenes a pensar, sí se les enseña a pensar descaradamente interesada o politizada; a valorar sobre todo el éxito individual y a desconfiar de valores que les comprometen a servir a los demás, refiere Ayllón.

Y además, si solamente se cultúa la tecnología y el inglés, como condición para estudiar carreras empresariales o ingeniería, se mata el panorama existencial de miles jóvenes inteligentes, quienes pronto tomarán el relevo en la conducción de la sociedad. Entonces, como resultado de esa educación, tendremos personas, de las que se podría decir, con Miguel de Unamuno: “Que no están educadas, pero saben decir tonterías en cinco idiomas”

La lectura -insiste Ayllón - es uno de los procesos cognitivos más complejos que lleva acabo el ser humano para aprender a leer los estudiantes. Además la lectura es la base de posteriores aprendizajes y constituyen una importante distinción en el ámbito social y cultural.

“Los indicadores de formación de niños y jóvenes en nuestro país son alarmantes. Las estadísticas de analfabetismo no son confiables, porque además del analfabetismo absoluto existe el analfabetismo funcional que es, al final de cuentas, analfabetismo porque el niño, el joven o el adulto, no comprenden lo que leen”, expresa Pablo Burián, de la librería El Lector.

Además refiere que, según el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadanía realizado por el MEC, el Paraguay ocupó el puesto número 36, entre 38 países que participaron de la experiencia en lo que a formación cívica de estudiantes se refiere. Esto deviene directamente de la escasa formación derivada ,a su vez, de la casi nula lectura.

Decía Alejandro Llano, profesor de filosofía-Universidad de Navarra: “El conocimiento de la Literatura, de la Filosofía y de la Historia nos ayuda a distinguir lo pasajero de lo permanente, lo esencial de lo accidental, lo humano de lo inhumano. El hombre de muchas y buenas lecturas es difícil que caiga en los extremos del escepticismo, del relativismo o del fanatismo. Porque aprenderá que en el ser humano conviven una vocación sublime y una profunda miseria, que el hombre supera infinitamente al hombre, y que no hay soluciones automáticas o puramente técnicas para los problemas sociales”.

Así las cosas, es necesario que los políticos tomen en serio – no en serie - sus promesas en el tan cacareado campo de la educación, para no contentarnos sólo con los resultados de un partido de fútbol o desatinadas declaraciones de algún intelectualoide aventurero.

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