miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL AHORRO.. término poco popular..

                                                             Es, sin embargo, una Necesidad y también, una Virtud

El concepto de ahorro es conocido y aceptado como necesario pero, como toda virtud, ponerlo en práctica, es tarea difícil. El concepto de ahorro está estrechamente ligado con las virtudes de libertad, dignidad y educación. La educación (mutación de la conducta) es necesaria para el ahorro. El ahorro es educativo, porque tal acción no se improvisa.

Si hoy a los niños no se les enseña a valorar las monedas, no esperemos que cuando mayores, concedan importancia a los billetes. En un clima de imprevisión, lo natural será vivir al día, en zozobra, cuando no, hipotecado. Quien aprende ahorrar, aprende a organizar su dinero, tiempo y demás actividades. En este momento en Paraguay, los accidentes y enfermedades evitables nos cuestan más que todos los gastos de alquiler de vivienda, escuela y alimentación.

Por eso, el ahorro es el único camino que, junto con el trabajo, nos queda para desafiliarnos de la pobreza y miseria. Y quienes mayor necesidad tienen de ahorrar, son precisamente los hombres (y pueblos) más necesitados. Por tanto, el ahorro para el pobre es su “autoseguro”, porque le proporcionará los medios para hacer frente a una necesidad imprevista. El ahorro, en este caso, es también una forma de liberarse de deudas.

Arizmendiarrieta verbaliza la idea así: “Ningún peatón circula por el centro de la carretera, creyendo que la suerte decida si va ser arrollado o no por un vehículo; como nadie deja abierta puertas o ventanas, para que la casualidad custodie su hogar

Así las cosas, el ahorro es una necesidad. Pero también es una virtud, incluso una “señora virtud que tiene que ser rodeada de otras virtudes” Tales damas de la comitiva de virtudes son el espíritu de privación o sacrificio, la constancia, la previsión, etc., y sobre todo, la renuncia a consumir compulsivamente. La enfermiza voluntad del “quiero ya”, debe supeditarse al “debo”, de la razón inteligente.

Quizá haya todavía tiempo para ahorrar parte del sueldo o aguinaldo de este año. El largo mes de enero que llega, requerirá enfrentarnos a varios gastos que pueden soportar con tranquilidad el ahorro. De lo contrario, comenzaremos el año nuevamente con la angustia de no poder cubrir los gastos básicos de alquiler, agua, luz, gas, etc., por haber derrochado el dinero en cosas innecesarias.

Dar rienda suelta al demonio del  yo me merezco; para eso trabajo todo el año; quiero y tengo que darme el gusto; para cuando es la vida y demás cantos de sirena consumista, llevará a sus victimas a vivir desgraciadamente hipotecados, aun cuando hoy nos deseemos feliz y próspero año nuevo.

Una forma de felicidad consiste en: aprender a contenernos y contentarnos agradecidos con lo que somos y tenemos. Aspirar lo necesario primero, luego lo útil. Lo deseado...sólo si se puede y es útil. Vivir una vida esclarecida es vivir con salud y sin angustias económicas provocadas por el derroche. Calidad de vida es vivir confiados en el favor de Dios, absoluto dueño de todo lo que somos y tenemos, del presente y futuro.

¡Feliz y próspero año 2012

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