Afirma
aquel colega: “Todos sabemos que hay cosas en la vida que no podemos controlar
por mucho que lo intentemos, por los imprevistos que ocurren inevitablemente, antes
o después.
Alfonso Milagro dice: “La angustia y la desesperación invaden a muchos hombres de hoy; fruto de ello es el afán de tanta gente que busca analizarse por el psiquiatra, siendo así que lo que esa gente necesita es un autoanálisis, el ponerse frente a la conciencia y a la propia vida.
Y la angustia viene por no ver en el horizonte una orientación para la vida; y la desesperación se apodera del hombre cuando éste ve que el horizonte se acerca y, sin embargo, no se le vio sentido al camino recorrido hasta él.
En cambio, la paz y la tranquilidad comienzan a invadir al hombre cuando éste se siente ubicado en la vida, cuando conoce con íntima claridad los tres básicos puntos de la vida humana: sabe de dónde viene, adónde va y por dónde debe ir.
Un principio, un origen; un fin o término y un camino por recorrer; cada paso dado en la vida de ese hombre es un acercarse a la luz, que es victoria y felicidad, a la fuente de todo bien, que es Dios.
“Las personas y los grupos sociales están sedientos de una vida plena y de una vida libre, digna del hombre, poniendo a su servicio las inmensas posibilidades que les ofrece el mundo actual" (GS, 9).
Cada uno de los cristianos ha de ser un agente de la consecución de la plenitud de esa vida, sabiendo que el hombre debe aspirar a la Vida de la Gracia.
El P. Jorge Loring dice: “El pecado es un misterio, y tiene un sentido profundamente religioso. Para conocerlo necesitamos la luz de la revelación cristiana. (...) El pecado escapa a la razón.
Ni la antropología, ni la historia, ni la psicología, ni la ética, ni las ciencias sociales pueden penetrar su profundidad.
Algunos dicen que Dios no es afectado por el pecado. Efectivamente, no afecta a la naturaleza divina, que es inmutable; pero sí afecta al "Corazón del Padre" que se ve rechazado por el hijo a quien Él mucho ama.
¿Por qué pecamos según la Biblia? Algunas veces pecamos por ignorancia, otras por debilidad, y en otras ocasiones, debidos a nuestra voluntaria desobediencia. ¡Porque el humano ha sido creado libre!
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