Quienes
-por razones de tarea pastoral- tenemos contacto con grupos de gente, oímos expresiones
tales como: “Estoy harto de todo y de todos” ¿Broma o realidad? El relato comienza así:
“Es que, me quedo en casa, no tengo amigos y por eso, seguramente me dicen que soy raro y muy aburrido. Pero me defiendo y digo: “no me preocupa”.
Parece que todo es un asco. Me siento excluido en todos lados, no tengo amigos, me siento con compañeros que hablan… y yo nada digo…me siento excluido. Así, llegué a llorar. Por eso, siento rencor y antipatía…por todo… ¡no sé qué hacer!
Otros
dicen, odio a mis padres: mi papá es mala persona en todo sentido; a mi mamá no
sé si la odio, a veces sí, y otras veces me arrepiento, pero luego lo vuelvo a
hacer, Cuando pido ayuda, no me ayudan, dicen estupideces… me dan la espalda,
odio eso.
No me gustan las fiestas, no me gusta bailar, no sé si por timidez o vergüenza,
pero siento que nada me gusta, no me gusta beber, ni fumar, ni nada de esas
cosas.
Y
ya soy algo raro por eso, sólo fui a tres fiestas, y vi lo siguiente: beben, se
emborrachan, vomitan, se besan y cualquier noche mantienen relaciones sin
sentido. Ellos, dicen que eso es diversión, pero para mí no lo es.
No tuve novia, siempre esperé a la chica ideal, tuve oportunidades, pero esas
chicas, no eran para mí. Sigo esperando y aún no llega esa esperada chica. Me
siento acomplejado, soy un tanto flaco, pero no tanto y me molestan con eso, se
fijan en todos los detalles, se burlan….
No
sé qué hacer, a decir verdad, no tengo con quién hablar. Para mí todo es un
asco, me siento incómodo entre todos mis compañeros de colegio, hablan
estupideces, o hablan de cosas que yo ni sé, pero la mayoría son chismes… de “quién
estuvo con quién y así…”
Siento que nadie me quiere, finjo ser alguien que no soy, trato de agradar de
una y mil maneras, pero siempre quedo como el tonto. "Soy un
aburrido". Todos me dicen “estúpido”, "inútil” … ¿Por qué me traten
así?... ¡Quiero paz!
Me va bien en el colegio con las notas, aunque no soy de estudiar mucho. Pero, en verdad, no me importa demasiado, Cuando hacemos grupo en el curso para realizar un trabajo, siempre el tonto, el estúpido que tiene que hacer todo… soy yo.
Estoy cansado, harto de todo, pensé en cortarme, pero creo que no es la salida,
no sé ya qué hacer. La gente me da asco, miro la TV y veo malas noticias: violaciones,
asaltos, asesinatos. Voy por la calle y no confío en nadie, y nadie se me
acerca a hablarme. Estoy muy triste, me siento sólo”.
Cansarse es humano, nuestra capacidad de motivación, trabajo, perdón y solidaridad son escasos. Pero no nos entreguemos; aunque nuestro hombre exterior se desgasta, el interior, sin embargo, se renueva día a día” (2 Co 4 16) Recordemos que Jesucristo siempre está con nosotros! ¡Ta upéícha anguiru!
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