martes, 16 de mayo de 2023

CONSECUENCIAS DE LA PÉRDIDA DE VALORES EN LA FAMILIA.... (II)

 

Consecuencias. Hoy la familia vive una crisis de valores, se agrava la desintegración. Poco se cuestiona el tener al humano como objeto descartable, “tirable”. La ausencia de valores es como una pandemia que sufrimos la sociedad: apatía, falta de respeto, deshonestidad e injusticia. La abominable sodomía, es culmen de la degeneración y el vicio, sólo comparable al bestialismo. 

Un mundo construido sin Dios y contra Dios. En gran medida, porque el progreso tecnita y el fenómeno de la globalización, que deberían ser aliados, son los enemigos que aplastan. 

Así, es necesario plantearse, tanto desde el núcleo familiar, como la enseñanza escolar si la formación en valores que se ofrece a la juventud son las más apropiadas para promover una conducta individual y social firme para ser parte de una sociedad justa y respetuosa. 

Algunos cuestionamientos podrían ser: ¿A qué se deben estas conductas? ¿Por qué la juventud actúa de modo desquiciante y desordenada? ¿Son rehenes los hijos? ¿Cómo la familia enfrenta los embates de la frustración, suicido, promiscuidad, la bulimia, la drogadicción, el homicidio, la anorexia, el aborto, la pornografía, los embarazos no deseados, madres solteras y la maternidad en adolescentes, etc.?

¿Cuántas veces tratamos a los hijos como mascotas a las que hay que domesticar O, se pretende imponer lo que los padres quieren que sea cada uno de los hijos? ¿Cuántos padres descargan sus frustraciones en sus hijos? El origen de muchos problemas se debe a falta de formación integral en la familia. Por ello, solo el verdadero amor, la donación, sin prejuicios o egoísmo; nos salvarán. 

¡Salvemos a la familia! Pero no olvidemos que el amor implica libre decisión. El amor es una actitud de voluntad y no solo sentimiento. El mundo está en crisis, porque la familia está en crisis, por la falta de formación en valores. 

Respetémonos a nosotros mismos, a la pareja, nuestro matrimonio y familia, abrámonos a una verdadera comunicación, dialogo, tiempo de calidad y atención personalizada y muy cercana a cada uno de los hijos. ¡Ese debe ser el compromiso y la responsabilidad! 

Aunque parezca cosa del “viejazo”, cuidemos a nuestros hijos, vigilemos qué hacen, qué dicen, qué sienten, que piensancómo actúan y quiénes son sus amigos cercanos. No sólo pensemos en nuestras propias necesidades. “Necesitamos saber, qué acceso e influencia tienen, sobre todo, en las redes sociales, etc. ¡¡Ellos son los futuros padres de familias!! 

“Incurrimos en absurdos tan evidentes como la de festejar que se reparta gratuitamente la “píldora del día después” a niñas de 12 años…lo cual implica que no requieren nuestro permiso para el ejercicio pleno, libre e irresponsable de su sexualidad, y luego nos escandalizamos de que bailen el “perreo” y exhiban su travesura en las redes sociales, utilizando los artefactos electrónicos de última generación que nosotros les regalamos. 

Les damos clases de “salud sexual y reproductiva” en las que les hablamos de su “derecho al placer”, y les concedemos el voto facultativo a partir de los 16 años para que “decidan su destino”; pero no les damos a todos ellos educación de calidad que les permita ingresar a la universidad y cursar la carrera que realmente les gusta, para que construyan realmente una vida profesional y amorosa adultas, dice, Iván Sandoval Carrión.

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