“Palabra es un conjunto de sonidos o signos a los cuales se les otorga significado”.(Diccionario Larousse) Por tanto, el objetivo de la palabra es comunicar o transmitir ideas. Para que eso, los interlocutores deben compartir el significado de dichos sonidos.
Una de las condiciones es comprender el mismo idioma. El “hablar el mismo idioma”, indica la necesidad de compartir un sistema de claves que nos permita entender lo que queremos comunicar.
No siempre, conocer el significado de las palabras supone entender el mensaje, porque muchas veces existen “ruidos” que dificultan la comprensión de lo que queremos decir.
Las palabras tienen valor y poder. Pueden dañar, reparar, consolar, alegrar o entristecer. Luego, el valor de la palabra está en juego: “la palabra mucho vale y poco cuesta”.
Es probable que por una lógica económica al uso, nos haga pensar que la palabra, al costar poco, poco vale. Como no tiene un precio en el mercado, creemos que nada vale.
Pero, las palabras valen: con ellas se arman guerras o se construye la paz. Algunos sostienen que hoy la palabra ya no tiene valor, pero tendrá o no valor, dependiendo de quien la pronuncie…. “en boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso”, dice el refrán.
Si antes de criticar pensáramos en el terrible daño que producen las palabras venenosas, con certeza, disminuirían los problemas interpersonales, y si supiéramos el poder de sanación que tienen las amables palabras, las utilizaríamos con frecuencia.
Lo que se dice no siempre es coherente con lo que se hace. Así, se puede escribir con las “manos y borrar con el codo”. También, la comunicación puede ser contradictoria:
¡Te dije que te quiero!, dicho con tono mordaz o con violencia, pone en tela de juicio su real significado: “De la abundancia del corazón habla la boca” (Lc. 6,45).
Pensamientos y corazón son la antesala de la palabra. Sólo generamos agua limpia si nuestra fuente interna no está podrida. (Editorial-Rev. Vida Feliz)
“Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio pensamientos e intenciones del corazón” (Heb 4,12).
“La palabra según Platón es de suma importancia, ya que se la utiliza como fuente vital de conocimiento y comunicación, es un organismo vivo y canal por el cual se transmite esa semilla inmortal…”
Se lee en Proverbios 18.21: “La muerte y la vida están en poder de la lengua...” ... Lo que no dice la Biblia es que Dios nos enseña a hablar y a hablar Su Palabra, que tiene poder creativo en sí misma, pues son palabras de vida.
“Señor, borra las palabras que dije con modo y tono equivocado, con ira. En casos en que el enojo desmedido me hizo lastimar con palabras injustas a las personas.
Ahora, me acerco a Vos,
seguro que me escucharás, para pedir que me ayudes a calmarme silenciosamente
cuando me encuentre muy enojado. Amén”.
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