martes, 29 de marzo de 2022

“POLÍTICOS”... ¿Un mal necesario?

 
“Aristóteles ya definió al hombre como un “Zoon politikón…un animal político con capacidad de relacionarse políticamente, es decir, crear sociedades y organizar la vida en la ciudad, la polis”, dice el Lic. Antonio Ponciano Díaz. 

Así, todo lo que ocurre en la sociedad debe interesarnos porque, nos perjudica o beneficia, las decisiones que toman los políticos, “en aras del bien común”. Pero, ¿por qué, Juan Pueblo (que es mayoría), no cree en aquellos? 

Se está comprobando que muchos gobernantes-políticos son mentirosos y corruptos. Que ansían el poder para beneficiarse de él o favorecer a sus cómplices, familiares, amantes…y forrarse a costillas del hambreado pueblo, a quien dicen servir. 

Al parecer, los políticos al lograr el poder se hacen dueños del cargo y lejos del “aipo “vocación de servicio” que sin rubor cacarean, cometen un rosario de estafas que más temprano que tarde, Juan Pueblo pagará, a pesar de sus miserias. 

Penosamente, André Malraux tuvo razón cuando dijo: cada pueblo o nación tiene el gobierno que se merece”. Un pueblo maximísero y errante, no educado y cívicamente chato, está condenado al atraso y a sufrir los excesos de políticos tiburones. 

Somos el único animal demasiado pequeño para el tiempo grande y demasiado grande para el tiempo pequeño, dice Carlos Díaz-El hombre…no fijado p.7, agrega: 

¡Qué gran paradoja la de este animal racional, caña pensante, micro cósmicamente débil y quebradizo en su noche, pero macro cósmicamente dominador y destructor, en su día, ángel y bestia al mismo tiempo…a  la vez, causa de aflicción y fuente de admiración! 

Verdad es que hay políticos altruistas como hay delincuentes, carentes de escrúpulos… La política, dicen: “Es el arte de lo posible”, donde no falta el juego de las mentiras y semiverdades. Así resulta injusto meterlos a todos en la misma bolsa, dígase de paso. 

“Es que la Ética es una margarita demasiado bella para los chanchos. Etizar la política y politizar la ética es para la gran mayoría, pretender la cuadratura del círculo. Lo que en ética es verdad desgarrada, en política se torna falsedad encubierta” 

Hay políticos y políticos. No es justo meter en la misma bolsa al político Mandela y al político Hitler, quien con hipocresía diabólica decía a los presos de Auschwitz: “El trabajo hace libre”. 

“Pero, con esperanza, se dice que a pesar de todo, hay en el humano más cosas dignas de admiración que de desprecio, que da más fuerza sentirse amado que creerse fuerte y que, solo se posee lo que se regala”.  

El apoliticismo de que algunos hacen gala es una forma de viudez mal entendida. Seguirle la pista diariamente a lo que ocurre en la ciudad es necesaria, y renunciar a este quehacer “ñembotavy”, es politicismo inculto y malsano que se paga caro. 

Tenemos que sentirnos síndicos de la cosa pública, cosa común de todos. En el fondo lo que se pretende es apostar por los de abajo, y todo ello con el ánimo de estar más cerca de la justicia, de la belleza, del orden, en lugar de sus opuestos. 

La apatía-kaigue ciudadana, aunque sea mala, también es política. Todo cuanto el hombre toca, lo convierte en política, afirma el hermano en la fe, Carlos Díaz H.

Así, la política no es un mal necesario; es una ciencia y como tal los mejores son los que deben gobernar: eso depende de elegir al honesto, no al ladrón.

¡Hendy kavaju resa ... porque oñepyrû jeýma la política hina... lo mitã!  

miércoles, 23 de marzo de 2022

LA PALABRA... ¡Tiene valor y poder!

 Palabra es un conjunto de sonidos o signos a los cuales se les otorga significado.(Diccionario Larousse) Por tanto, el objetivo de la palabra es comunicar o transmitir ideas. Para que eso, los interlocutores deben compartir el significado de dichos sonidos. 

Una de las condiciones es comprender el mismo idioma. El “hablar el mismo idioma”, indica la necesidad de compartir un sistema de claves que nos permita entender lo que queremos comunicar. 

No siempre, conocer el significado de las palabras supone entender el mensaje, porque muchas veces existen “ruidos” que dificultan la comprensión de lo que queremos decir. 

Las palabras tienen valor y poder. Pueden dañar, reparar, consolar, alegrar o entristecer. Luego, el valor de la palabra está en juego: “la palabra mucho vale y poco cuesta”. 

Es probable que por una lógica económica al uso, nos haga pensar que la palabra, al costar poco, poco vale. Como no tiene un precio en el mercado, creemos que nada vale. 

Pero, las palabras valen: con ellas se arman guerras o se construye la paz. Algunos sostienen que hoy la palabra ya no tiene valor, pero tendrá o no valor, dependiendo de quien la pronuncie…. “en boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso”, dice el refrán. 

Si antes de criticar pensáramos en el terrible daño que producen las palabras venenosas, con certeza, disminuirían los problemas interpersonales, y si supiéramos el poder de sanación que tienen las amables palabras, las utilizaríamos con frecuencia. 

Lo que se dice no siempre es coherente con lo que se hace. Así, se puede escribir con las “manos y borrar con el codo”. También, la comunicación puede ser contradictoria: 

¡Te dije que te quiero!, dicho con tono mordaz o con violencia, pone en tela de juicio su real significado: “De la abundancia del corazón habla la boca” (Lc. 6,45). 

Pensamientos y corazón son la antesala de la palabra. Sólo generamos agua limpia si nuestra fuente interna no está podrida. (Editorial-Rev. Vida Feliz) 

“Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio pensamientos e intenciones del corazón” (Heb 4,12). 

“La palabra según Platón es de suma importancia, ya que se la utiliza como fuente vital  de conocimiento y comunicación, es un organismo vivo y canal por el cual se transmite esa semilla inmortal…” 

Se lee en Proverbios 18.21: “La muerte y la vida están en poder de la lengua...” ... Lo que no dice la Biblia es que Dios nos enseña a hablar y a hablar Su Palabra, que tiene poder creativo en sí misma, pues son palabras de vida. 

Señor, borra las palabras que dije con modo y tono equivocado, con ira. En casos en que el enojo desmedido me hizo lastimar con palabras injustas a las personas. 

Ahora, me acerco a Vos, seguro que me escucharás, para pedir que me ayudes a calmarme silenciosamente cuando me encuentre muy enojado. Amén”. 

viernes, 18 de marzo de 2022

IGUALDAD Y ¡Diferencias entre los hombres!

 
 Hay personas que no gustan ver la realidad tal y como es. Les resulta traumático…en buscan mecanismos de evasión para evitar el dolor y la angustia que ello les provoca. 

Una realidad que no nos gusta aceptar es que las personas no somos iguales… en la mayoría de los casos, impera la diferencia en relación con otras personas; es decir, compartimos necesidades biológicas pero no todos tenemos las mismas necesidades. 

Individualmente…los seres humanos somos distintos. Hay gente más gorda y más flaca que otra; más inteligente que otra, diferencias de pelo, ojos, orejas, boca, dientes, etc. 

No es igual nacer como un hijo que no tiene dónde caer muerto, o como hijo de quien tiene trabajo; no es igual nacer en una familia de empresarios, a nacer en una familia que lucha por su diario sustento”, dice Andi Mirom-www.elpais.cr-19.04.15. 

Pero, no es menos cierto que, fuimos creados a imagen de Dios: con una misma alma racional, es decir, con la misma naturaleza, el mismo origen, la misma vocación y el mismo destino…por lo tanto, todos gozamos de una misma dignidad. (CIC 1034). 

Así, la igualdad entre los hombres proviene de su dignidad personal y de los derechos que brotan de ella: “Hay que superar y eliminar, lo contrario al plan de Dios, toda [...] discriminación, ya sea social o cultural, de sexo, raza, color, lengua o religión”. 

Al nacer, el hombre no dispone de todo lo que es necesario para el desarrollo de su vida corporal y espiritual. Necesita de los demás. 

Es verdad hay diferencias entre los hombres en edad, a aptitudes físicas, intelectuales o morales, a situaciones que cada uno se pudo beneficiar, a la distribución de las riquezas. Los “talentos” no están distribuidos por igual (Mt 25, 14-30, Lc 19, 11-27). (CIC 1936). 

Estas diferencias pertenecen al plan de Dios, que cada uno reciba de otro aquello que necesita, y quienes tienen “talentos” particulares anuncien sus beneficios a los que los necesiten. Las diferencias alientan a las personas a la bondad y a la comunicación. 

Existen también desigualdades escandalosas que afectan a millones de hombres y mujeres. Están en abierta contradicción con el Evangelio: 

“La igual dignidad de las personas exige una situación de vida más humana y más justa. Las desigualdades económicas y sociales entre los pueblos (…) resultan escandalosas y se oponen a la justicia, a la dignidad de la persona y a la paz social…” (CIC 1938). 

La solidaridad humana. El principio de solidaridad, expresado también con el nombre de “amistad” o “caridad social”, es una exigencia directa de la fraternidad humana y cristiana. (CIC 1939). 

La solidaridad se manifiesta en la distribución de bienes y la remuneración del trabajo. Supone esfuerzo en favor de un orden social más justo; que las tensiones se resuelvan, y donde los conflictos encuentren más fácilmente su solución negociada. (CIC-1940). 

Los problemas sólo se resuelven con la solidaridad de los pobres entre sí, de los ricos y los pobres, de los trabajadores entre sí, de los empresarios y los empleados, solidaridad entre las naciones…En buena medida, la paz del mundo depende de ella. (CIC 1941). 

En la idea de amor al prójimo se engloba la empatía por el “otro”, sin importar su condición (lindo, agradable, malo o antipático), se practica la consideración, la compasión, el altruismo, la ministración, la filantropía y la amistad fraterna. 

El mandato bíblico “Amar al prójimo”, no lograremos sin la ayuda de Dios. ¡Así, quien no tiene cuaresma…no tendrá Pascua!.

lunes, 14 de marzo de 2022

“SI AYUNAMOS…” ¡Que lo prueben nuestras obras!

 
Cuaresma es un tiempo especial de preparación para celebrar la Pascua; de conversión, renovación de nuestro compromiso Bautismal, de reconciliación con Dios y con los hermanos, mediante la oración, el ayuno y la limosna (Mt 6,1-6.16-18). 

Ayunar es no solo, “no comer”, , es renunciar a malas actitudes, pensamientos y deseos. Quien limita el ayuno sólo a la comida, resta valor al significado del ayuno. ¡Si ayunas, que lo prueben tus obras!, dice san Juan Crisóstomo, y agrega: 

“Si ves a un hermano necesitado, compadécete de él; si tiene éxitos, no lo envidies. El ayuno verdadero no debe ser solo de la boca, también debe ayunar ojos, oídos, pies, manos y todo el cuerpo: lo interior y exterior… 

Ayunamos con las manos al mantenerlas puras al servicio desinteresado a los demás. Ayunamos con los pies al no ser lentos-py tyryry en servir. Ayunamos con los ojos al no ver cosas impuras, o al no fijarnos en los demás para criticarlos… 

Ayunamos de todo lo que pone en peligro al alma y a la santidad. Sería inútil privar mi cuerpo de comida, pero alimentar mi corazón con basura, impureza, egoísmo, con competencias, con comodidades… 

Ayunamos con los oídos al no escuchar mentiras, rumores, chismes o palabras dañinas: ¡dicen que…me contaron…!. Además, ayunar de no decir nada que dañe a otros. ¿De qué sirve no comer carne, si devoras a tu hermano? 

Ayunemos también del uso desordenado de los otros sentidos: No desear lo que no debo, no hablar lo que no debo, no oír lo que no debo, no buscar satisfacer todos mis deseos 

No buscar saciar mi soledad, buscando inmediatamente compañía; no querer saberlo todo; no pedir respuestas inmediatas a todo lo que se me ocurre en la mente, etc. 

Ayunemos buscando la conversión. Ayunemos de todas esas prácticas contrarias a la virtud. Quizás el ayuno radique en ser más solidario (ayunar de pereza, comodidad, de discutir y acusar, de querer tener siempre la razón…) ¡Ayunemos con el corazón! 

Ayunemos de la ira, siendo -al menos- los días de ayuno, más amables, menos ñe'ẽrei”, menos prepotentes-mbarete, menos deshonestos “pokarê”, menos calumniadores… 

Cuaresma es un tiempo de reflexión que llama a conversión y volvernos a Dios; tiempo de purificarnos de las faltas; para creer, para recibir a Dios en nuestra vida y “poner su morada” en nosotros (Juan 14,23). Conclusión: Para llegar limpios interiormente a la Semana Santa, es necesario:

-Ayunar: No solo de comida y bebida, también de nuestro egoísmo, vanidad, orgullo, odio, pereza, murmuraciones, malos deseos, venganza, impureza, ira, envidia...

-Limosna: No solo material, además, ayudar a quien necesita, enseñar al que no sabe, dar un buen consejo a quien lo pide, compartir alegrías, repartir sonrisa, ofrecer nuestro perdón a quien nos ha ofendido. 

 -Oración: Sin oración, tanto el ayuno como la limosna, caerían por su propio peso. En la oración, Dios va mudando nuestro corazón, lo hace más limpio, más comprensivo, más generoso. La oración es generadora de amor e induce a la conversión interior.

“Ustedes, como hijos amados de Dios, procuren imitarlo. Traten a todos con amor, igual como Cristo nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios” (Ef. 5, 1-2)

sábado, 12 de marzo de 2022

EL VALOR… ¡De hablar con Parresía!

 
“Parresía, del griego…“pan que significa “todo” y reo “decir”. Así, Parresía significa, “decir todo”. Decir con valentía todo lo que uno tiene que decir a quien fuere sin callar nada, es decir, hablar con franqueza y sin miedo”.

Luego, la parresía supone un compromiso del que habla con la verdad, un compromiso radical, porque a menudo lo pone en peligro. 

Puedo “hacerme uno” con mi prójimo en todo, menos en el pecado. Mi amor para con el otro debe ser ilimitado, pero sin traicionar el “bien”. Debo testimoniar la verdad, aunque a veces, amar significa decir “No”, significa tener el coraje de remar contracorriente. 

El interés del prójimo que debo asumir es aquel que le hace bien, que lo haga mejor persona y que se sienta feliz al tomar conciencia que es amado hijo de Dios. No hacerlo, sería, como mínimo, hacerme cómplice… 

La necesidad del otro -dirá Emmanuel Mounier- es mía, porque somos hermanos en Cristo, porque el otro está en mí y yo en él, porque Dios está en todos nosotros.

San Pablo, hombre de fuerte carácter y celo evangélico, “no se calla”: “responde con parresia y dice: No busco la aprobación de los hombres, sino la aprobación de Dios. No busco quedar bien con los hombres. ¡Si yo quisiera quedar bien con los hombres, ya no sería un siervo de Cristo!” (Gal 1:10). 

“Si estamos realmente convencidos de lo que tenemos que decir, las palabras vienen. Pero, “si nos preocupamos por los aspectos tácticos, nuestro hablar será artefacto y poco comunicativo, insípido. Un hablar de laboratorio… nada comunica” (Papa Francisco).   

La parresía es una virtud, pero también una actitud. No es muy común en el mundo de hoy, en el cual priman las palabras inofensivas y los discursos políticamente correctos, en lugar de la verdad. 

El apóstol Pedro, no era valiente. Fue un cobarde al negar a Jesús. ¿Pero qué pasó luego? Pedro dice con valentía: Juzguen ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecer a ustedes o a Dios. Dios Nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”. (Hch 4:19-20) 

¿De dónde viene el coraje al que negó al Señor? ¿Qué pasó en el corazón de Pedro? Franqueza y coraje son dones del Espíritu Santo. Es la coherencia, signo del real cristiano, valiente que dice toda la verdad.

Dios no nos dio un espíritu de temor, sino espíritu de poder, de amor y de buen juicio” (2 Tim 1-7)

"Cada palabra y acción que realizadas con verdad, amplían el Reino de la luz. ¿No es esto fantástico?”. Nos da inmensa alegría, fuerza y conciencia de victoria. Toda nuestra vida interior queda llena de luz y de grandeza". (R. Guardini, sacerdote y escritor).

La mayoría de nosotros tenemos en común algo que no nos gusta, es la deshonestidad. Sobre todo cuando manifiestan en los otros. Pero, cuesta reconocer nuestra impudicia; tendemos a justificarlos a minimizarlo: ¡Ah… no es ko gran cosa, es vyrorei! 

Podemos engañarnos a nosotros mismos incluso, la mayor parte del tiempo; pero nunca engañamos a Dios. Los bautizados asumimos el compromiso de imitar a Cristo en todo.

¡Que la reflexión cuaresmal nos ayude a seguir mejor las enseñanzas del Maestro Jesús!

jueves, 3 de marzo de 2022

DIOS... ¡EN PRIMER LUGAR!

 
Es difícil creer que alguien cuerdo no quiera ser feliz.Todos ansiamos felicidad. Lo difícil es, saber ¡cómo! “Los problemas nos agobian, la vida está cada vez más dura; el dolor y la miseria nos cercan”, dicen aproximadamente 2.000.000 de compatriotas, según cifras oficiosas.

Y al parecer, no se avizoran tiempos mejores. Las noticias nos narcotizan, con tantos casos y cosas. Alguien dijo: “Estamos tan inseguros como si estuviéramos sentados sobre un inmenso barril de pólvora”. Así, ¿cómo sobrevivir en este caos establecido?   

Mientras la clase política diseñe una sociedad mejor, solo nos queda dar ejemplo de buen ciudadano, cumpliendo nuestros deberes cívicos como: Recuperar valores ciudadanos, limpiar y cuidar nuestro sucio medio ambiente... 

Respetar a los semejantes, rechazar la violencia; cumplir nuestras obligaciones; alzar la voz y exigir que los “tiburones” de turno, cumplan sus deberes y promesas electorales. 

Pero, sobre todo, buscar y refugiarse en Cristo. “Yo Soy la vid, ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él (…) porque sin mí nada podéis hacer. (Jn 15: 5) 

El lucro de buscar a Dios es incomparable. Es una gracia buscar primero Dios, antes que a nadie ni a nada. Con certeza lo hallaremos porque Él, que nos ama y no miente, nos lo prometió.

Pero, ¿cómo buscar a Dios si soy pobre y con tantos problemas? ¡Los ricos no tienen problemas!…Pero, aunque no creas, dice un escrito; la solución es Cristo mismo, Él provee todo para vivir sabiamente, nos da prudencia y destreza para superarnos. 

Todos queremos ser bendecidos con poseer una linda familia, una linda casa, un lindo auto, etc., pero ¡estamos con vida!...y podemos lograr lo que queremos, porque la vida que Él nos regala vale más que todo. A continuación un interesante escrito recibido: 

Durante un estudio bíblico con un grupo de jóvenes, dejé mi reloj encima de la mesa. Cuando llegué a casa, ¡no tenía el reloj! Al día siguiente, cuando vi a los jóvenes, les pregunté si lo habían encontrado. 

Hubo un gran silencio… Saqué la Biblia de mi bolso y… ¡ahí estaba mi reloj, entre las páginas! "Disculpen, ya lo tengo”. El ambiente se relajó; con humor y gran sonrisa, una joven me dijo desde su silla: “¡Siempre hay que abrir primero nuestra Biblia!. 

Esto ayuda a pensar. Nuestra vida está basada en lecciones de la Biblia. Así, cuando algo va mal...lo primero, ¿es recordar lo que ella nos enseña? Y cuando estamos tristes, cuando dudamos o no sabemos qué hacer, ¿abrimos primero la Biblia? 

No es cosa de "leer" la Biblia como un código de ética o como un libro “mágico”. Es el camino para encontrar a Dios y permanecer en relación con él. Solo hace falta confiar en la misericordia de Dios, a pesar de mis pecados. 

Nunca me sienta indigno de recibir el perdón de Dios, o de una persona. Partamos del principio que todos somos vulnerables y nadie se debe considerar mejor que otros. ¡Dios ama y perdona a todos!. 

La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros” (Jn 1,14). No hay misericordia más grande. Jesús se hizo hombre para elevarnos a su condición divina. Esto basta para que confiemos en Su amor. 

¿Qué más decir?... ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá contra nosotros! (Romanos 8:31) 

¡No creas en mi anguiru ...sólo haz la prueba y lo verás!