No ha de haber lugSar en el mundo, como
en las instituciones públicas, donde se hable de justicia. Afirman que la
justicia es virtud cardinal de talla, después de la prudencia. Pero, ¿qué
significa objetivamente el término justicia para quien se dice autoridad?
«Lo que distingue a la virtud de la
justicia es que tiene por misión ordenar al hombre en lo que dice relación al otro...
de donde se desprende el clásico adagio: “la justicia implica una referencia al otro”,
es decir, el «otro», es punto
de referencia de lo justo.
Dice Josef Pieper en su libro “Las
Virtudes”: Ser justo significa reconocer al otro como tal, que es lo mismo que
estar dispuesto a respetar cuando no se puede amar. La justicia enseña que hay
un otro que no se confunde conmigo, pero que tiene derecho a lo suyo.
En esta era de covid parece aflorar el
término “liquidación”, de varios significados. Se liquida bienes, sueldos,
ahorros…también se liquida al otro…mediante asaltos que recrudecen, gatillo
fácil, golpear, matar, es decir, solo por ser el “otro”, que no sea yo.
No es desatinado lamentar hechos que
atentan contra la justicia que decimos anhelar: crece la barbarie, el descontrol, la
prepotencia, abusos…no solo de “autoridades”,
sino, de cualquiera, de algún comunacho de segunda al decir de un honorable
diputado.
Pero, ¿quién es el «el otro» con el que
permanece enfrentado el hombre aun en aquellos momentos en que no esté
realizando una acción que sea justa (o injusta) en el estricto sentido de la
palabra?
Entendemos por el otro, la comunidad, el «todo
social». Porque mis relaciones con este último no se agotan en el cumplimiento
o la violación de leyes civiles, como el pago de impuestos o la votación
electoral; también peligra el bien común. Recordemos que:
«Es propio de la justicia hacer el bien
debido a la comunidad o a Dios». Al cumplir o transgredir los preceptos, uno no
se encuentra solo ante meras «legalidades objetivas», hay responsabilidades
ante otros. El bien común necesita de la bondad de todos.
La
injusticia es la más infame corrupción del orden moral. Es la más negra corrupción
del orden en contra de lo humano. La más auténtica perversión del «bien humano»
tiene el nombre de injusticia. Entonces, ¿Quiénes son los “otros” para las autoridades?
¿Cuándo puede decirse que reina la
justicia en un pueblo? «Reina la justicia en el pueblo cuando nadie
hay en él que sea demasiado rico ni demasiado pobre»', afirma Tales,
hombre de estado. A seguir, uno de los tantos casos de nuestro fracturado
país:
“Diputados con antecedentes, a favor de falsear las declaraciones juradas. Casi una decena de diputados con antecedentes
judiciales votaron la semana pasada en contra de la publicidad de las
declaraciones juradas y por despenalizar el falseamiento de estas.
“Esta semana, la
Cámara de Diputados realizó un último ataque. El martes aprobó una ley
vergonzosa que despenaliza las declaraciones juradas falseadas. O sea,
legalizaron la mentira para evitar eventuales procesos penales. (cf. UH-Estela Ruíz Díaz-14.06.20)
Delincuencia
pura apoyada por casi la totalidad de la bancada colorada, muchos liberales y
varios tibios. Lo cual revela la semblanza impúdica de una cámara que viene
perpetrando sistemáticamente decisiones que atentan contra la racionalidad
política. Las autoridades… ¿son justas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario