Culminamos el artículo anterior así: “Solo
poniendo fin a, odios, envidias y arrogancias, puede venir la solución. Sólo la
fe y el amor al prójimo, serán la base fundamental de un nuevo orden al que
todos estamos llamados: humanizar al hombre y a la sociedad". Hoy continuamos:
Si no lo hacemos, será tan inútil como
la fantástica aventura del Barón de Mûnchhausen que dice así: “Este,
un día, cayó a un profundo pozo, no sabía nadar ni podía asirse de algo para
salir del mismo.
En tan desesperada situación tuvo la
feliz ocurrencia de salvarse agarrando con sus manos las propias orejas,
tirando fuerte hacia arriba…”
Esta salida tan extravagante y tan
inverosímil es una idea aceptable al hombre que se cree autosuficiente,
estérilmente ilusionado por creer salir airoso en situaciones difíciles y
conducirse en la vida con pasos seguros -como muchos-, excluyendo a Dios.
Lo llamativo e increíble es que los
niños no creerían el cuento del Barón que sale del pozo de modo tan original,
pero muchos hombres “inteligentes” y “expertos”
creen sin dificultad a los que dicen
que: “al hombre le basta y le sobra la inteligencia para todo”
Ciertamente, el hombre puede organizar
la tierra sin Dios, pero sin Dios no puede a fin de cuentas, sino organizarla
contra el hombre, porque el humanismo exclusivo es excluyente…..y ¿dónde
se origina este tipo de homo sapiens?....¡en la FAMILIA!
En la misma forma, la alternativa de la
civilización o de la barbarie se juega también en torno a esta pequeña
institución social que llamamos familia.
En la familia, iglesia doméstica (ñane
tupao í), se juega la vida de la sociedad. Se inicia la vida natural, y en el sentido cultural, valores.
La familia es <la primera escuela donde aprendemos valores, a pensar y el primer
templo donde se nos enseña a orar>
Por consiguiente, “la familia es
responsable de la conducta humana”, es decir, que los hijos sean respetuosos,
decentes, solidarios o…despreciables abortos sociales…
El primer derecho y obligación de los
padres consiste en conocer y practicar su dignidad y autoridad. Los padres
están gravemente obligados a la formación de la conciencia moral y
responsabilidades de los hijos.
Los derechos y obligaciones de los
padres, educadores y responsables de sus hijos no se limita solo a la casa. Se extiende a la
calle, a la plaza, al shopping, a la cancha. Les compete por derecho propio,
poner orden y ser rectores de la formación de los hijos.
Deben intervenir como tales, moralizando
los espectáculos sodomítico-gorrominos hoy, modificando los horarios de
“farras” nocturnas, etc. Derechos y deberes que podrán hacer valer solamente si
los padres se adornan con honestidad y, además, se asocian.
El mejor servicio que los padres pueden
dar a la sociedad es la buena educación de los hijos. La educación es la clave
de un porvenir mora sano. Sólo el mal procede espontáneamente del
interior del hombre, el bien exige un trabajo intenso.
Para hacer brotar en los hijos conducta
recta y decente hace falta que papá y mamá sean ejemplos. <El
hombre es más por educación que por nacimiento> El hogar debe ser la
defensa de los valores espirituales y de comportamiento civilizado. Tarea de
los padres.
La
educación no se da por conocimientos técnicos y formas de cortesía externa
suficientes para desenvolverse holgadamente en el mundo. Eso también
hacen los patoteros y delincuentes.
<Si el hombre es lo que come, su
educación es un problema de alimentación; más si estamos convencidos de que el
hombre es lo que conoce y ama, lo que desea y persigue, entonces su educación
es un problema de alimentación del alma>
Conclusión: Que los padres ya no sean solo, chorros de espermatozoides y
vientres de reproducción, para aumentar el ya viciado mundo con “aborto
sociales” cuya densidad por m2 crece exponencialmente.
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