martes, 24 de abril de 2018

PROFESIÓN: "ADULADOR"

¡MEDIOCRE,  HIPÓCRITA Y POKARÈ!...
   
Imagen relacionada
Cualquiera sabe que mediocridad y carencia de valores personales, comparten morada. El mediocre, aun con algún crédito académico (si no cambia), será experto "succionador de calcetines"; husmeador del deseo de sus amos y se venderá a quien mejor paga. Por ello, el adulador profesional mediocre, hipócrita y pokarê, vive toda su vida envuelto en mentiras.

Hace todo lo contrario a lo que dice. Cuando algún beneficio está a la vista traiciona, una y otra vez. Vive como un domesticado y morirá servil.

El adulador profesional es cobarde e injusto, porque no tiene valor para decir la verdad. Su egoísmo le hace indiferente a las necesidades del amigo o compañero de trabajo. Siendo su prójimo de menor rango, no dudará en calumniarlo ante los jefes "poguasu", si con esta vil acción fuera a ganar puntos a su favor.

El hipócrita pokare, "fagocita" la comida pagada por los famélicos salarios de sus subalternos, o de los menos favorecidos. Si por ventura tiene que aportar algo, lo hará sólo a  cambio de aplausos…Y todavía, hará alarde de la limosna que ha sacrificado.

Así las cosas, el adulador profesional, hipócrita, letradito y desleal, siempre está dispuesto a traicionar sus principios a cambio de algún zoquete. Ignora la gratitud, y su maledicencia basta para destruir amistades. Como se sabe despreciado, vive  a la defensiva, desconfiando de todo y de todos.

Debido a su rastrera conducta, es buscador del éxito a como dé lugar. La popularidad o la fama que pudiera alcanzar debido a su impúdica habilidad de "zalamero bufón", lo hará caer tan bajo por y para el selfie, o codearse con los transitorios “poguasu” (quienes se creen gerentes generales del universo).

Esta fauna de pelagatos ayer, grotescos y prepotentes nuevos ricos hoy, podrían llegar al colmo de declararse cristiano y comulgar en diferentes templos para vender dosis de fe; sin renunciar a su condición de traidor de la confianza del prójimo..

Pero, ¿De de qué le sirve a esta fauna poseer casas principescas, flota de vehículos, abultada cuenta bancaria, títulos académicos, aplausos obligados ante cámaras y micrófonos, si los hijos descubren que su papá es, ha sido, y probablemente seguirá siendo- salvo milagro - solo un aborto social?

Estimado lector no se inquiete...lo mencionado, es sólo un relato imaginario. Semejante historia ha de desarrollarse, tal vez, en lejanas latitudes.

No obstante, si este quimérico escrito, a su juicio encaja con algún homo sapiens de nuestra fauna guaraní que usted conoce: vecino, profesor, jefe, subalterno, compadre, o algunos "bienaventurados" empotrados en las binacionales o, recientemente electos para ocupar cargos en el nuevo gobierno, no se asuste... sólo será pura coincidencia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario