“El desmesurado crecimiento de la
técnica ha preocupado intensamente al hombre del siglo XX. Los posibles
damnificados por un crecimiento sin control son dos: la Naturaleza y el hombre
mismo. La amenaza de una técnica desmesurada e independiente de su creador ha
sido experimentada intensamente, ya desde el siglo pasado”. (cfr. Ricardo Yepes
S. Fundamentos de Antropología p. 91).
Me intriga en que acabará este boom de las nuevas tecnologías. Se nos hace
ver todo como positivo, como un avance. ¿Estamos avanzando realmente?
Ya no nos esforzamos en memorizar porque
la tableta lo hace por nosotros, ya no necesitamos orientarnos porque el móvil
me marca el camino, un montón de profesionales se ven afectados por los cambios
que están generando.
Nos parece normal ver a cuatro o cinco
amigos tomando algo en un bar sin hablarse, cada uno concentrado en su móvil…acabaremos
siendo una sociedad robotizada.
En mi opinión, podemos usar y disfrutar
de todo lo que nos ofrecen las nuevas tecnologías y nuevas formas de
comunicación, pero no podemos dejar que dominen nuestras vidas y se introduzcan
en todos nuestros hábitos…afirma Ana Prado.
Opinión favorable: Es común ver a
niños de 2 o 3 años jugar “dedeando” (cuando
no lo introducen a en la boca) teléfonos inteligentes con increíble habilidad. Lo
vemos en la calle, en el supermercado, en el templo…para que papá y mamá disfruten
de una momentánea “tranquilidad”, aun cuando en secreto les preocupa (¿preocupa
realmente?) el daño que puede causar.
Un estudio de la Universidad de
Wisconsin, en Estados Unidos, presentado esta semana en una conferencia de la
Sociedad para la Investigación del Desarrollo Infantil, descubrió que los niños
de entre dos y tres años eran más propensos a responder a pantallas táctiles
que a las que no requieren de interacción (como la televisión).
Según la investigación, mientras más
interactiva y más real sea la pantalla, más familiar se siente desde la
perspectiva de un niño de dos años. (cfr.
Artículo publicado el 1 mayo 2013) bajo el título:
“Tecnología, ¿beneficia o perjudica el desarrollo de los niños?”
Opinión
no favorable:
"No soy una de esas personas que cree que no deberíamos exponer a los
niños a celulares, tabletas y otros dispositivos", comentó Helen Moylett,
presidenta de Early Education, una
fundación que tiene como meta mejorar la calidad de la enseñanza y de los niños
menores de cinco años.
La
tecnología puede ser una herramienta útil e interesante si se utiliza en el
lugar adecuado para ayudarnos a aprender, y no todo el tiempo ni como reemplazo
de otras cosas". No obstante, la mayor preocupación de Moylett es que no
siempre los padres son un buen ejemplo.
"Veo
a padres enviando mensajes de texto mientras caminan. Muchas veces están
enganchados a sus aparatos, que se convierten en una barrera de comunicación
con sus hijos".
Mal hábito. El psicólogo
Aric Sigman ha declarado con frecuencia que los niños están más expuestos que
nunca a la pantalla y que este hábito debe ser cambiado, pues podría llevar a
la adicción o depresión.
Sigman calcula que los pequeños que nacen ahora pasarán el equivalente a un año pegado a las pantallas antes de cumplir los siete años. De ser cierto, poca gente podría negar que sea un dato preocupante. «A medida que la complicadísima maquinaria técnica se va desarrollando más, parece que la acción del sujeto individual es menos relevante, hasta llegar a transformarse en un objeto más de esa cadena.
El hombre se convierte, tan sólo, en un
instrumento de producción; él mismo es transformado por ese proceso de
posibilidades técnicas. (...) ¿Qué importa ya lo que el hombre piense, sienta o
diga? Lo único que cuenta es la función que desempeñe en el proceso de
producción objetiva. (cfr. Ricardo Yepes
S. Fund. de Antropología p. 92)
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