¡CUÁNTO SIENTO TU AUSENCIA!
Mbaeíchapa che Anguiru, hace un buen tiempo que perdimos contacto. En estos días, con cierta intensidad, me puse a pensar en los muchos momentos que pasamos, tan agradables, sobre todo en el trabajo, y la nostalgia no me abandona. Espero, chamigo, que estés bien en compañía de tu familia y recuerda que siempre te tengo presente.
Es que, pasamos tantos momentos gratos… y también… difíciles, que han hecho que te considere un hermano. Así, me viene a la memoria algunas anécdotas que me hacen reír. Tantas experiencias y muestras de confianza que nos dimos, no son cualquier Vyrorei.
Es por ello que quiero decirte que doy gracias al
Cielo por haberte conocido y ser un retazo de mi historia personal.
Algunas veces, por cosas de la vida, nos
vemos obligados a separarnos de los queridos amigos y compañeros de trabajo, que
pasan a vivir a miles de kilómetros de distancia y nos imposibilitan visitarnos.
Déjame decirte que desde el día que nos separamos, queridísimo amigo, he sentido tu ausencia, pues fuiste mi apoyo y confidente cuando
lo necesité y siempre me diste la confianza de que en vos podía confiar.
Estimado amigo, si bien hoy nos encontramos en distintos
puntos de este mundo apu`a, no quiere decir que nuestros
vínculos hayan terminado. Nuestra amistad es muy fuerte y sincera, por ello
estoy seguro que siempre me encomiendas a la protección de nuestro Padre
Misericordioso – me lo dijiste una y otra vez – y sé que me consideras también
un hermano.
Ojala puedas leer esta plañidera carta y de ser
así, espero que te comuniques conmigo para saber de vos, de tu familia, de tus
proyectos… La amistad sincera es algo muy preciado y por lo tanto hay que
cuidarla. “Un amigo es siempre afectuoso, y en tiempos de angustia es como un
hermano”, dice el libro de los Proverbios 17,17.
Solemos recordarte con aquel amigo común,
todas las veces que nos encontramos, de modo que tu amistad
significa mucho para tus pocos amigos no siendo la distancia que hoy nos
separa, motivo de olvido e indiferencia.
Esta Noche Buena deseo que se cumplan
todos tus deseos. Nunca es fácil alcanzar nuestras metas – me dijiste una y
otra vez - se requiere constancia, firmeza, determinación, como vos lo tenés.
Amigo, que esta Navidad inunde de dicha
y prosperidad tu vida, tu casa y que no te desanime las dificultades y las
tristezas que los trabajadores del campo de Dios tienen que soportar. Espero
volver a verte pronto, mi querido amigo.
Tupâra’y arareñóipe Tahenyhê pende
rekove Tesâi, mborayhu, py’aguapy, Arandu, vy’apavê, ha tekokatúgui¡ Vy’apavê opavavépe! (En la
Natividad de Jesús, que sus vidas se colmen de salud,
amor, paz, sabiduría, felicidad y plenitud. ¡Felicidades
a todos!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario