viernes, 24 de octubre de 2014

UNIVERSIDAD CATÓLICA

¡EJEMPLO A IMITAR!


¡Ejemplar!... en el sentido que la Institución decidió expulsar a los deshonestos, como una muestra de que no tolerará la corrupción. Y tal drástica decisión ha obedecido a la razón, al pudor y a la vergüenza; no al temor de “quedar mal” ante el imaginario colectivo. Esa es la gran virtud aplaudida.

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"El Consejo de Gobierno de la Universidad Católica expulsó el martes a 41 estudiantes de la carrera de Ciencias Jurídicas por haber comprado sus calificaciones. Los implicados fueron notificados de forma personal y a través de correo electrónico entre el miércoles y el jueves de la histórica decisión de suspenderles la matrícula de forma definitiva" (..)

"Al considerar la adulteración de calificaciones y asistencia, así como la falsificación de las firmas de profesores, el Consejo de Gobierno dictaminó la expulsión y la cesación de la matrícula de la decena de estudiantes por resolución Nº 99" (...)

"Los secretarios de la Facultad de Derecho implicados en la venta de calificaciones a los estudiantes dejaron huellas de los cambios realizados en el sistema informático. Hasta el momento fueron imputados 22 estudiantes y 3 funcionarios. La UCA decidió dar a conocer el listado oficial de expulsados el fin de semana, al culminar las notificaciones" (....).

La compra/venta de notas en la UCA tomó estado público en agosto de este año. La irregularidad se constató mediante un control de rutina de las autoridades de la Universidad.

        Tres aspectos de peso inimputables a la Universidad Católica como Institución:

1º)  La falsificación de las firmas de profesores.
2º)  Ya fueron imputados 22 estudiantes y 3 funcionarios.
3º)  La irregularidad se constató mediante un control de rutina de las autoridades de la Universidad. (No lo descubrió la prensa como en tantos casos...)

Por consiguiente, se sigue que la inconducta de un grupito de delincuentes no afea la limpia trayectoria de la Universidad Católica. Se ha impuesto correcciones y castigo a los corruptos desobedientes y se ha desterrado a los potenciales “irredimiblemente” miserables “profesionales”. ¡He aquí el ejemplo a imitar¡… por izquierda y por derecha, aquí y allá, en ésta o aquella institución.

La fortaleza de la Universidad Católica – a pesar de las humanas limitaciones que tenemos los hombres – radica no en una imposición externa, ni en la fuerza de la ley, ni el peso de la opinión pública, ni el consejo de los amigos, sino, en el cumplimiento de una exigencia, es decir, de una exigencia normada por la misma Universidad....Hasta que se demuestre lo contrario.

Tomás Moro, antes de ser decapitado escribía a su hija Margaret: “Esta es de ese tipo de situaciones en las que un hombre puede perder su cabeza y aun así no ser dañado”. Sin fanatismo trasnochado opino que un caso como el que nos ocupa, no daña el elevado prestigio de la Universidad Católica, aunque algunos así, ardientemente lo deseen....hasta que se demuestre lo contrario.

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