jueves, 30 de octubre de 2014

HAGO LO QUE QUIERO….

¡¡Y   QUÉ!!

La nuestra, es una sociedad donde la desfachatez, prepotencia e impunidad ante las transgresiones de las normas es caso y cosa de todos los días. Por desgracia y para peor de males…¡no pasa nada!. Cualquiera comete todo tipo de tropelías, haciendo lo que le viene en gana y tan siquiera, es mínimamente importunado.

Luego, el individuo por la prótesis de “postmoderno”, rechaza la disciplina, se burla de la razón, se deja guiar preferentemente por el gusto. Así obedece a sus enfermizos deseos. Ya no piensa en un “yo” como persona, sino más bien, ha llegado a hacer un elogio de su incoherencia mental (esquizofrenia).

¿Cómo se puede entender la conducta de jóvenes estudiantes – por ejemplo – que se mutilan despiadadamente en nombre de aipó competencia de “Safaris estudiantiles”; o estudiantes que “festejando” fin de curso, causaron destrozos en algunas aulas?

Es que cada cual compone "a la carta" los elementos de su pobre existencia sin preocuparse por la coherencia de sus acciones. Hoy manda el sentimiento, el gusto, el insano deseo. El individuo postmoderno, sometido a una avalancha de informaciones “vyroreí”, opta por un colosal vagabundeo para vivir por debajo de su existencia. Es decir, repta (o tyryry).

Este tipo de terrícola “no se aferra a nada, no tiene certezas absolutas, y sus opiniones son susceptibles de modificaciones rápidas. “Pasa de una cosa a la otra con la misma facilidad con que cambia de detergente. También en las relaciones personales renuncia a los compromisos profundos.

La meta es ser independiente afectivamente, no sentirse vulnerable. El medio para conseguirlo es lo que ha sido llamado el "sexo frío" (cool sex), orientado al placer breve y puntual, sin ambiciones de establecer relaciones excluyentes ni duraderas”. (cfr. Luís González-Carvajal- “Ideas y creencias del hombre actual”, p 171).

Pero como el mal absoluto no existe, es digno destacar la actitud de las autoridades del colegio Santa Teresita, de Luque, de expulsar a 8 estudiantes que causaron destrozos en una de sus aulas. Lo hicieron a pesar de las presiones de algunos padres que pretendieron el levantamiento o la reducción de la sanción.

La medida conlleva el mensaje pedagógico de recordar a los protagonistas de la barbarie, sus compañeros, familiares y a toda la sociedad que el atropello a los bienes colectivos debe recibir un castigo y sus responsables tienen que hacerse cargo de las consecuencias de su conducta. (Diario U.H. p. 22 -  29.10.14)

El hombre es un ser dotado de inteligencia y voluntad. Es lógico por tanto que, al entrar en crisis la razón y tomar conciencia del desorden establecido en su propio “yo”, quiera de nuevo abrir las vías de acceso a Dios. Como decía Pascal: "el corazón tiene sus razones que la razón no conoce".

Abrigo la esperanza que casos vergonzosos no queden en el alegre “opareí”. Podemos si queremos…es cuestión de querer renunciar a seguir siendo el irredimible “hijo pródigo” 

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