“Sello de una
clase política irresponsable, perversa y antipatriota”
El diputado liberal Antonio Buzarquis,
reconoció -según informe de la 970 AM- que la aprobación de la Ley de Seguro
Obligatorio contra Accidentes de Tránsito (SOAT), “es producto de la falta de análisis y tratamiento a las apuradas en la
Cámara Baja.“Debemos asumir nuestra responsabilidad y decir que generalmente se
aprueban leyes con mucha prisa”. La pregunta: ¿Y por qué aprobaron a los apurones?
Refirió que” no se debe mirar la cantidad de leyes
aprobadas en el Congreso Nacional, sino la calidad de las mismas y sobre todo
la socialización de la ley con la ciudadanía. “Pareciera ser que estamos en una carrera y queremos convertir al
parlamento en una fábrica de leyes”. La pregunta: ¿Y por qué convierten el parlamento en una perversa fábrica de leyes?
Acotó que “una Ley no puede ser aplicada de un día para
el otro y que debe ser analizada por varios sectores. “El pecado que cometemos
es cuando no socializamos un proyecto de Ley y aprobamos sin haber hecho
previamente un análisis con la ciudadanía. Por un lado hay que escuchar a todos
los sectores de la sociedad y que la ley debe ser aplicada de manera gradual”.
La declaración
de Buzarquis pinta de cuerpo entero la irresponsabilidad de nuestros
legisladores. Aprueban una ley, para luego tratar de remendar el colosal
disparate.
Dolorosa razón
habrá tenido quien acuñó esta lapidaria sentencia: “El Paraguay está casado con el
infortunio”. El servilismo y la servidumbre de una gran masa de la
fauna política, sigue estigmatizando
este pobre país.
La clase
política mentirosa, expendedora de fáciles felicidades (durante campañas
proselitistas prometieron y juraron servir a la patria) se burla de este noble
pueblo. Para muchos, dirá Carlos Díaz, la tarea ética – ¡se consideran éticos!
- consiste en inflarse cual rana croadora, denostar, irritarse contra quien
piensa distinto, explicando a la ciudadanía, una y otra vez, el origen de sus
malos actos y olores.
Lo cierto, -
digo con Carlos Díaz - es que estos tribunos de la plebe tienen tanta prisa por
mamar un poco más de las ubres de la generosa matrona estatal, inescrupulosos sueldos.
Todo se improvisa. Pareciera que una ley es tan importante como rascarse la
nariz. La pregunta: ¿Es honesto el exagerado
dinero que ganan por hacer muy mal, lo poco que hacen?
Tenemos
hiper-inflación de leyes – algunas como por ejemplo la N° 608/95 que crea el Sistema de Matriculación y la
Cedula del Automotor, verdadera estafa. Es preciso y
urgente que se cumplan las que están vigentes. Ello debería ser tarea primera
de quienes nos gobiernan. Sueño con que nuestros políticos aspiren –alguna vez-
aromas éticos.
¡BASTA DE LEYES CONFUSAS, CUESTIONABLES, GENERADORAS DE CAOS!
Y usted,
estimado lector… ¿qué opina?
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