o ... ¿“Producto
final de la evolución cósmica”?
En una distendida conversación en aula,
ha surgido ésta pregunta: ¿Qué es la vida...tiene sentido?.¿Es el hombre un
espíritu encarnado o, producto de la casualidad?.
La pregunta por el sentido de la vida es
tan antigua como la misma humanidad. Y para miles, la vida nada vale. La
cotidiana experiencia nos golpea con casos de terrícolas que mueren y matan,
por nada: un aparato celular, un gol tempranero, discusión con algún familiar
por cuestiones frívolas...etc. Así las cosas, invito a algunos filósofos a manifestar pensamientos que subsidien mi ignorancia.
Gabriel
Marcel
decía: “La vida no es amada, porque se ha roto el enlace nupcial entre el
hombre y la vida”; “El hombre es espíritu encarnado y por tanto
creado y en libertad: de ahí su grandeza y sus miserias, unas veces el drama,
otras, la luz”
J.P.
Sartre
concibe al hombre como la sinrazón de todo lo existente. “Todo
está sin motivo alguno, todo está de sobra. Somos un montón de existencias
incómodas; no tenemos la mínima razón que justifique nuestra existencia, ni la
de los demás. La conciencia trágica de que vengo de la nada y voy a la nada,
produce nausea ante la existencia”.
Víctor
Frankl
ha dicho del hombre: “Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero así
mismo, el ser que ha entrado en ellas con paso firme, musitando una oración”
F.
Nietzsche: “El
hombre ha sido abandonado a su propia incertidumbre y a la insignificancia de
su destino. Esta incertidumbre aboca al nihilismo, es decir, a la nada”.
M.
Heidegger,
considera que la angustia es un constitutivo existencial de todo hombre que en algún momento de su vida, se pregunta por el sentido y valor de su existencia.
Para él, el hombre se ve, por una parte, arrojado a la existencia y, por
otra, se encuentra irresistiblemente
condenado a la muerte que amenaza con hundirnos en la nada: de ahí los motivos
de su angustia.
Santa
Clara de Asís,
poco antes de morir expresó: “Bendito seas tú Señor, porque me creaste”.
Todo tiene un sentido, nada existe al azar en la medida que existe un Dios
Creador. Todo lo que existe es mediante una Inteligencia Superior que todo
controla.
¿Cómo pretendemos dar sentido a nuestra
vida humana, a nuestra realidad personal si no sabemos de dónde venimos, ni lo que somos y hacia dónde vamos?. Somos seres dotados de inteligencia, voluntad y
libertad, por consiguiente, de cada uno y de nadie más, depende degradarnos en una
existencia inferior o regenerarnos en niveles superiores.
Si creemos que somos producto de la casualidad,
no podremos saber de dónde venimos. Pero si creemos que nuestro origen es causal,
la inteligencia nos dirá que en el origen de cada realidad personal, única e irrepetible,
existe un proyecto de Alguien con inteligencia superior, a
quien llamamos Dios.
El hombre ha sido creado a imagen y semejanza
del Todopoderoso y aquí es donde comienza esta aventura de la vida humana y, - parafraseando a José Seco Pérez - digo, como toda película tiene un final, depende de cada uno de nosotros,
que ese “final” sea feliz o angustiante.
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