lunes, 13 de febrero de 2012

¡EDUCACIÓN, EDUCACIÓN, EDUCACIÓN...!

                        ¿Qué es la Educación?

Saber qué es, para saber qué hacer. La educación es un resultado sometido a proceso. Proceso que afecta al hombre como totalidad, y al mundo con él. Gravísima responsabilidad del maestro: Saber qué es, para saber qué hacer, afirma el Dr. Juan Enrique Bolzan, profesor de  Filosofía - Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Educación es comprender: (1) el mundo a conocer; (2) el mundo a transformar; (3) el mundo a compartir; (4) el mundo a trascender.
El mundo a conocer: El hombre – diría S. Núñez - debe conocer la naturaleza, de la cual extrae sus conocimientos, porque es en el mundo, donde está, vive y opera. (Homo sapiens)

El mundo a transformar: El saber genera poder. El hombre conoce las cosas como son, y también, quién es él y qué puede hacer con aquellas. (Homo faber) Ciencia y tecnología inter-actúan en continua acción de mutación del hombre y las cosas (la ciencia, el arte, la cultura, conductas, costumbres, etc.)

El mundo a compartir: Significa saber, saber-se y reconocer-se en el otro. El mundo es un universo a compartir con el próximo y con las cosas. El “otro yo”, mi prójimo, es compañero peregrino, con las mismas responsabilidades y obligaciones. Con él debo compartir lo que es de todos, y no repartir, porque nadie es dueño del universo. Entonces, alguien manda y otro obedece; no como amo que aplasta a un esclavo.

El mundo a trascender: Todo lo que ocurre en el cosmos tiene una causa y un mismo destino final: Dios. Las cosas materiales y la vida terrena son perecederas y no es de inteligentes afincarse eternamente en ellas. Paradójicamente, ese “instante” de la vida ha de ser camino preparatorio para tan subido y eterno destino del hombre, la felicidad. El vehículo conducente: ¡Educación!

Así las cosas, la actividad educativa debe convencerse de esta realidad: la inteligencia está hecha para la verdad y la libertad que afloran desde el interior y justifican la existencia del hombre. Por tanto, la educación consiste, simple y esencialmente en conocer lo verdadero y querer lo bueno. De no ser así, ¿para qué se educa?

Ayer, en Moscú (1968) Congreso Internacional sobre Educación y bajo patrocinio de la Unesco; hoy también, aquí y allá, por izquierda y por derecha florecen cursos de capacitación, posgrados, especialización, etc, se “fagocitan” con bulímica voracidad conceptos como “aprender a aprender”, “favorecer convicciones”, “ejercitar habilidades cognitivas”, “desarrollar capacidades”, “meta-cognición” “evaluación” y demás impresionismos linguísticos.... volviendo así al vacuo “aprender a aprender” Si no se enseña para saber y el saber como posesión... ¿para qué se enseña? se pregunta J.E Bolzan.

¿Por qué, luego de décadas, lucha tenaz y esfuerzos la educación no logra su cometido? ¿Qué lugar ocupa la educación en Paraguay....por qué? Quizá usted, estimado lector, arriesgue una respuesta.


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