domingo, 27 de marzo de 2011

¡O PROGRESÁ LA ATRASO!

¿Ficción o Realidad?

Paradójicamente, en esta sociedad que se jacta de transitar victoriosa por las anchas avenidas del confort, bienestar y supertecnología, un gran porcentaje de la humanidad vive hoy peor que hace 20 años. Veamos algunos datos proporcionados por C. Díaz  en el  “El hombre, animal no fijado”:

lunes, 14 de marzo de 2011

PECADO CAPITAL (Final)

¡Quien no tiene cuaresma, no tendrá Pascua!

Culminamos esta serie de artículos sobre los pecados capitales haciendo referencia a los tres últimos: Gula, Envida y Pereza. Los siete pecados capitales también son conocidos por las siglas SALIGEP: Soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.

PECADO CAPITAL (II)

¡Quien no tiene Cuaresma, no tendrá Pascua! 

La semana pasada, con la Soberbia, hemos iniciado esta serie de artículos referidos a los pecados capitales, con el propósito de meditar profundamente durante  esta Cuaresma. Hoy tomamos los tres siguientes: Avaricia, Lujuria y la Ira.

PECADO CAPITAL (I)

¡Quien no tiene Cuaresma, no tendrá Pascua! 

No pocas personas esquivan hablar del pecado. Otros sencillamente lo ignoran o tratan de ignorarlo. En ambos casos es autoengaño, pues el pecado existe y sólo es posible eliminarlo, no cometiéndolo.

miércoles, 9 de marzo de 2011

EL DOLOR

                                 ¡Inevitable Realidad!


Según el diccionario Larousse, sinónimo de dolor es daño, sufrimiento, aflicción, pena, angustia, arrepentimiento, lamento. ¿Qué mortal no ha experimentado a lo largo de su vida alguna experiencia del dolor?

Sin embargo, estamos en una cultura en la que sufrir es un dis-valor. Por ello no tenemos motivos para soportarlo, sino medios técnicos parta combatirlo. Rechazamos el sufrimiento, las molestias y la frustración, al tiempo que ansiamos la comodidad, el bienestar y la ausencias de angustias. Naturalmente, no estamos diciendo que debamos desear el dolor, puesto que es antinatural.

jueves, 3 de marzo de 2011

CONTROL A LA TELEVISIÓN

                                                                           Desafío necesario y urgente

La televisión educa - entendiendo por educación, cambio de conducta - de una manera especial. Su indudable magnetismo, despierta curiosidad pero no es muy útil a la hora de desarrollar y ordenar los pensamientos, como cuando de lectura se trata. En la televisión la palabra comparte protagonismo con la música y las imágenes. No deja tiempo para la reflexión.