jueves, 16 de enero de 2020

¿ÉTICA…

Resultado de imagen para educacion sin etica...EN LA EDUCACIÓN
Evelyn Diez-Martínez, doctora en Psicología del Desarrollo Cognitivo, Escuela de estudios de Ciencia Sociales de París; Profesora de tiempo completo de la Facultad de Psicología y Maestría en Educación…el 14.11.14, publica:                  “Deshonestidad académica de alumnos y profesores”.

La deshonestidad académica ha sido ampliamente abordada en estudios con alumnos a través de autorreportes sobre sus conductas deshonestas, que indican un incremento de éstas en todos los niveles educativos de diversos países (….)

Autores como Della Porta y Vanucci (2002) definen la corrupción en la educación como "la ausencia de ética en el desarrollo de la labor de enseñanza" y, también, en el desarrollo del proceso de aprendizaje.

Ejemplos de ello serían, copiar en los exámenes, comprar las tareas, falsificar firmas y plagiar  trabajos, y por parte de los profesores; falta de transparencia en la acreditación e impunidad en aplicación de reglas...

Conductas deshonestas que se aprenden o refuerzan en las instituciones educativas …impacta en el posterior desempeño ocupacional y ciudadano de una persona. La investigación sobre deshonestidad académica fue abordada de manera amplia, en alumnos de nivel superior, a través autorreportes (...)

Los resultados indican incremento de deshonestidad en todos los niveles educativos de diversos países (…) El estudio se realizó mediante un cuestionario a 1,142 profesores españoles; a quienes se pedía valorar la relevancia de posibles causas de plagio de los alumnos.

Respuestas: facilidad que ofrece internet; escaso esfuerzo de los alumnos (copiar es más fácil); mal uso del tiempo que hacen los estudiantes. Profesores no leen en profundidad los trabajos; exceso de tarea al alumno; profesores no consideran los trabajos para la calificación final...

En grupos de discusión aparecieron:

• Características y comportamientos de profesores: escasa supervisión; poca claridad en las instrucciones; no coordinación con otros colegas;ingenuidad del profesor (…)

Características y comportamientos de alumnos: inconsciencia del alumnado al regirse por la ley del menor esfuerzo; desmotivación; plagios; masificación de la universidad; predominio de antivalores…

Así, el razonamiento moral, no siempre funciona como autorregulador y las personas se apartan de la conducta ética. Pudieran alumnos o profesores deshonestos justificar este tipo de conductas basadas en mecanismos de desvinculación descritos por Bandura (1999), que se enumera:

- Justificación del acto inmoral. Estos mecanismos consideran que el fin justifica los medios y que a la larga esta conducta será beneficiosa al obtener mejores calificaciones (...) Esta lógica se basa en un pensamiento utilitario, pero también, comparativo; esto es: alumno y profesor comparan su conducta con la de los demás compañeros, que son iguales o peores…

- Negación y rechazo de la responsabilidad individual. Alumnos y profesores niegan culpas al asumir que su conducta no lastima o no viola ninguna regla importante.

- Negación y rechazo de consecuencias negativas. Afirman que las consecuencias de sus actos no afectan de manera directa ni a sus compañeros ni al profesor, ya que éstos incluso, podrán obtener beneficios. De suyo, este tipo de justificación aumenta la corrupción…  

-Negación y rechazo de la víctima o los afectados. Alumnos y profesores culpabilizan a quienes  se verán afectados por las consecuencias de estos actos, ya que éstos son quienes los impulsaron a delinquir. En el fondo, los otros tienen la culpa de que existan actos inmorales.

La deshumanización de las víctimas. Los afectados no tienen nombres, son todos... institución, la sociedad; así se elimina el sentimiento de culpa. En lugar de obstaculizar estos actos, se justifica la inacción: "todos hacen lo mismo, todos copian, todos plagian, al profesor no le importa"…

Estudios revelaron que muchos alumnos no consideran que "el hacer trampa" sea un asunto moral (Eisenberg, 2004), no ven conexión entre conductas académicas deshonestas y la corrupción en su futuro desempeño profesional, ni su actitud ética y ciudadana.

Y por casa, ¿cómo andamos?…¿estamos infectados por los mismos males? 
Si la respuesta es afirmativa… ¿Por qué lloramos al comprobar que cada día la densidad de indeseables por metro cuadrado es cada vez mayor?

martes, 14 de enero de 2020

RELATIVISMO Vs DEMOCRACIA

EL RELATIVISMO: ATACA LA VERDAD. 
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¿Qué falla en nuestra enferma democracia, cuyo regazo amamanta imputados, incompetentes,  impresentables que acceden a cargos públicos?

Ya en enero, del 2007, Secundino Núñez decía:
Si el pueblo es el sujeto y el protagonista de la acción sociopolítica liberadora, tenemos que ir al pueblo y tomarle el pulso

Tenemos que calibrar sus energías cívicas y detectar sus hábitos viciosos de mbarete y pokarê, desidiaprebendarismo. Porque sería grave error y miopía lamentable salir diciendo que esta corrupción avasallante es cosa privativa del Partido Colorado.

Con mayor acierto decimos que es la ciudadanía toda la que debe entrar en penitencia, recuperando su sano juicio y mostrando una nueva conciencia cívica. Enseña el sabio Jesús: “No se pone vino nuevo en odres viejos” (Mt. 9;17).

Intentando echar luz al “mejunje” doy paso José R. Ayllón, quien dice:

“La condición de posibilidad de la democracia es el pluralismo, que viene a reconocer los diversos caminos que la libertad sigue en su búsqueda de la verdad política. Y el pluralismo es necesario para la existencia real de las discusiones democráticas…

Por el contrario, el fundamento de la democracia no puede ser el relativismo moral. Porque el relativismo hace trivial al pluralismo y tiende a eliminarlo. Según Hans Kelsen, la decisión corresponde al voto popular (…).

Es ahí donde obra como perfecto demócrata-numérico, que no se apoya en valores absolutos ni en la verdad subjetiva, sino en los procedimientos de la mayoría. Que el resultado del juicio fuera la condena de un inocente no parece inquietar a Kelsen (...)

El mundo es una compleja red de relaciones entre hechos y objetos que se relacionan en el espacio y en el tiempo.

En este sentido es correcto afirmar que todo es relativo: relativo a un antes, a un después, a un encima, debajo, al lado, cerca, lejos, dentro, fuera. Todo es relativo porque todo está relacionado, vinculado con algo.

La conducta ética nace cuando la libertad puede escoger entre formas diferentes de conducta, unas más valiosas que otras. El relativismo es peligroso porque pretende la jerarquía subjetiva de todos los motivos, la negación de cualquier supremacía real.

El relativismo hace imposible la ética. Si queremos medir las conductas necesitamos una unidad de medida igual para todos (…) Porque si el kilómetro es para ti 1.000 metros, para él 900, y para otros 1.200, 850 o 920, entonces el kilómetro no es nada.

Es preciso reconocer que en la raíz de la democracia hay absolutos morales, que no son dogmas ni imposiciones. Son criterios inteligentes, necesarios como el respirar.      

Hoy vivimos el desencanto y la desesperación porque ya nada es verdad ni mentira. Ante una realidad objetiva, se tiene distintas opiniones. (dice J.R.A. Introducción a la Ética)

Curiosamente, la interpretación de leyes y reglamentos, al parecer es un tema no digerible en el país. Ponerse de acuerdo en obvias cuestiones supone titánico desafío. ¿Cuestión de neuronas...intereses, o ambas cosas?

Así las cosas, anguirú, lo que para uno es una mesa, para otro puede ser un caballo.

Y si de cuestiones jurídicas se trata, ¡i jetu ú ventema!...pero, solo para los “comunes”…¡entendéa! Pero, todo error es corregible…si se reconoce el mal...

El presidente de la Cámara de Diputados, Pedro Alliana, lamentó la pésima imagen que proyecta, actualmente, la clase política como consecuencia de los casos de corrupción que salpican a funcionarios de varias reparticiones del Estado. (Publicado el 10.02.19)

¿Qué hacer ante tanta barbaridad:relativismo y no verdad? 

lunes, 13 de enero de 2020

SATISFECHO Y ADEMÁS…

¡¡FELIZ!! 
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No faltan voces que dicen: ¡No es posible estar satisfecho y ser feliz todo el tiempo!

Razón no han de faltar a quienes así piensan. Uno puede sentirse complacido, conforme o satisfecho por algún grato acontecimiento: buena salud, meta lograda, estudios concluidos, un trabajo  agradable...

No es raro confundir felicidad con satisfacción. Ambos estados de ánimo son aparentemente similares, pero en su esencia son diferentes. Dice el diccionario RAE:

Satisfacción: Sentimiento de placer que se tiene cuando se ha colmado un deseo o cubierto una necesidad. "Su satisfacción fue grande cuando supo que ganó un premio”

Felicidad: Estado del ánimo que se complace en la posesión interior de un bien. Paz con uno mismo, concordia familiar. Alegría al saberse perdonado…reconciliación…

Hay personas satisfechas que viven una vida de abundante bienestar material: cuenta corriente abultada, flota de caros vehículos, casas principescas… pero sin felicidad. Se muestran satisfechas y contentas mientras sus aventuras materiales se mantienen.

Cuando llegan los momentos negativos de la vida (que siempre llegan) caen en la angustia y asoma la depresión y desesperación: el mundo se les viene abajo cuando paran en la cárcel, por ejemplo.

Nuestro reciente “tsunami” socio político prueba lo señalado.

Es que, ¿puede ser feliz algún satisfecho millonario que por disposición judicial no pueda salir del país; obligado a vivir de incógnito, rodeado de seguridad porque se sabe despreciado por la mitad más uno de la sociedad?

¿Cuántos viven en un taper de oro…solos…en medio de todo el mundo?

Y sin embargo, conocemos gente que a pesar de sufrir malos momentos, sobrellevando enfermedad, pobreza, desamparo…mantienen una mirada positiva y esperanzada.

El hombre transita dos realidades: la espiritual y la material. La primera tiene que ver con el interior del hombre. Fuimos creados por Dios y para Él. Si comprendemos esta verdad podemos entender que se puede ser feliz, aun siendo insatisfecho.

La segunda se relaciona con la vida material: nacemos, crecemos, nos desarrollamos y morimos. Contamos con opciones, posibilidades y sorpresas, positivas y negativas.

La vida es lucha –con nosotros mismos y con los otros-, es lograr superar obstáculos y disfrutar de los aspectos positivos. Entonces somos felices y satisfechos.

Otros afirman que la felicidad es un estado: un modo de ser y estar. Es la capacidad de aceptar problemas y tensiones contrarias a nuestros deseos: es actitud que implica admitir lo malo de la vida sin tomarlo como algo personal, y apreciar lo bueno de ella.

Esto requiere trabajar la interioridad, que no depende de factores externos, como ser pobre o rico, tales requisitos es incumbencia de cada quien, no de la felicidad.

Para muchos (confundiendo conceptos), felicidad es comer asado los fines de semana. Otros son felices cuando van de pesca… En realidad lo que sienten es satisfacción, porque si no lo hacen…se frustrarían.

La satisfacción depende siempre de lo externo: si somos ricos en lugar de pobres, si tenemos coche o no tenemos, si tenemos salud en lugar de estar enfermos….

No decimos que si somos felices no necesitamos de cosas materiales: las necesitamos, pero podemos perderlas sin que nuestro sentido de “ser” se pierda. Esta es la diferencia fundamental entre ser feliz y estar satisfecho.

Luego, ser feliz sabernos alguien y no algo....ergo, saber que no somos una cosa más entre tantas cosas, a menos que lo queramos.

domingo, 12 de enero de 2020

¡VACACIONES!…¿ PARA DESCANSAR…

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 o POR ESTATUS?...
El descanso trae beneficiosos. Disfrutar correctamente de unas vacaciones supone una cantidad de beneficios. (Hasta el planillero -dígase de paso- se estresa a lo largo de un año… aunque no por trabajar..)

En primer lugar -dirá aquel psicólogo-, en relación al estrés, el periodo vacacional ayuda a relajarse, reparando el organismo de los daños provocados por el aumento de cansancio y la ansiedad.

Un buen descanso produce aumento de creatividad, pudiendo dar pie a la formación de nuevas estrategias e ideas, que en el lugar de rutina estresante, no surgirían.

Y ¿por qué esto? Simplemente porque en las vacaciones el cerebro, aunque sigue activo, solo se centra en actividades sin tensiones. Es una pausa en la cansina rutina. 

Pero, las vacaciones también son o pueden ser muestra de estatus. “Viajar como símbolo de estatus y no de libertad”, escribe la periodista Edith Sánchez (13.09.19).

Viajar se ha convertido para muchos en un símbolo de estatus. “Los viajes dejaron de ser una vía para explorar y descubrir, o para descansar y romper con la rutina”.

Algunos los ven solo como un medio para alardear y obtener aceptación y reconocimiento social.

Viajar te hace más feliz, o más sabio, o más libre, solo si no está asociado a la necesidad de mostrarte, sino a un genuino interés de descubrir otro contexto (...) Quieres conocerte mejor a ti mismo, conocer mejor cierta cultura o adentrarte en determinados usos y costumbres que despiertan tu curiosidad.

Hoy, surge una nueva matriz de viajeros. (...) Es una especie de híbrido, fabricado por el mercado. Su principal objetivo no es viajar, sino mostrar que viajan.

Y los hacen, particularmente, en las redes sociales. Para quienes piensan así, un viaje sin galería en redes, no es un viaje. Uno de los aspectos más reveladores son los destinos que eligen. Generalmente se trata de lugares “de moda”….

Puede que los tenga sin cuidado la arquitectura, pero necesitan ir a la Torre Eiffel o la catedral de la Sagrada Familia y tomarse una foto allí. Probablemente no sabrán por qué es importante hacerlo, pero sienten una necesidad intensa de lograrlo.

Que viajar se ha convertido en un símbolo de estatus es indudable…También nutre egos débiles. Muchas veces, deja amargas experiencias y gigantescas deudas. 

Viajar es maravilloso cuando lo conviertes en experiencia personal y no en obediencia ciega a los mandatos del mercado. Viajar por alardear no es una opción inteligente, peor  aún, si tus ingresos no te dan para ello y no sabes responder al por qué lo haces

Es posible que logres muchos like (me gusta) y corazoncitos, pero al final del día esto cuenta poco.
Mejor que valores tu tiempo, tu dinero y las experiencias genuinas de la vida.Viajar como acto de libertad es lo mejor.

Ndéee, vos ko te pichás nomás..no es nio culpa de otros que vos ni siquiera a Torokua–í pudiste ir todavía…sos envidioso…mejor ahorrá para que el otro año puedas viajar aunque sea a tu valle...

Dirá la abuela: ¡Andá katu de vacaciones che memby, no hagas caso de lo que diga la gente!. Cada quien hace de su vida y hacienda lo que le viene en gana…¡Entendéa! 

Entonces...disfruten las vacaciones sin hacer caso de tóxicos comentarios...

sábado, 11 de enero de 2020

QUIEN ES FUERTE NO ATACA…

¡¡RESISTE!!
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Josef Pieper en su libro “Las virtudes fundamentales”, enseña: La fortaleza supone vulnerabilidad; sin vulnerabilidad no se daría ni la posibilidad misma de la fortaleza. En la medida en que no es vulnerable, está vedado al ángel participar de esta virtud.

Ser fuerte o valiente significa poder recibir una herida. Si el hombre puede ser fuerte, es porque es esencialmente vulnerable. Por herida se entiende toda agresión, contraria a la voluntad…Lo que acontece en y con nosotros, en contra de nuestra voluntad.

Es decir, todo lo negativo, que acarrea daño y dolor, que inquieta y oprime. El fuerte no recibe esa herida por su propia y espontánea voluntad. Si la recibe, es más bien por conservar o ganar una integridad (algo) más esencial…un bien mayor.

Un ejemplo: sabemos que en el matrimonio no siempre es todo color de rosas. Incomprensiones, malentendidos,  comunicación deficiente…pueden ser considerados como heridas dadas, como recibidas. ¿Cómo se arregla?

Debido a que en la conciencia del cristiano no está el querer romper y tirar a la basura su matrimonio, él/ella, llega a ser partícipe en la lucha por el bien mayor: No divorcio, a pesar de las heridas recibidas. En este caso cede y resiste, el más fuerte.

El fuerte no «sufre por sufrir», ya que no desprecia la vida. Pero, conviene dejar muy particularmente sentado, desde un principio, que el que es fuerte o valiente no busca ser herido por su propia y espontánea voluntad.

Si la esencia de la fortaleza consiste en aceptar el riesgo de ser herido por la realización del bien, queda claro que el que es fuerte o valiente sabe qué es el bien y que él es valiente por su expresa voluntad.

La prudencia y la justicia preceden a la fortaleza. Es decir, sin prudencia y sin justicia no hay fortaleza; sólo aquel que sea prudente y justo puede ser valiente; y es imposible ser realmente valiente si antes no se es prudente y justo.

La virtud de la fortaleza nada tiene que ver con una impetuosidad ciega.  

El que impremeditada e indiferentemente se expone a toda suerte de peligros no es ya valiente; porque al comportarse de ese modo, da a entender que cualquier cosa es para él, un valor más alto que su integridad personal, a la que por tales motivos pone en juego.

La prudencia da su forma esencial e intrínseca a las restantes virtudes cardinales: a la justicia, a la fortaleza y a la templanza.

Dice Ambrosio: La fortaleza sin justicia es palanca del mal. No es sólo el prudente el único que puede ser valiente. También es verdad que  una «fortaleza» que no se pone al servicio de la justicia es tan irreal y tan falsa como una «fortaleza» que no esté informada por la prudencia. Sin la «cosa justa», no hay fortaleza.

Ser fuerte o valiente no es lo mismo que no tener miedo. Por el contrario, la virtud de la fortaleza es cabalmente incompatible con la ausencia de temor.

El sujeto valeroso mantiene sus ojos bien abiertos y es consciente de que el daño a que se expone es un mal. Sin falsear ni valorar con torcido criterio la realidad, deja que ésta le «sepa» tal como realmente es: por eso ni ama la muerte ni desprecia la vida.

Ser paciente significa no dejarse arrebatar la serenidad del alma por las heridas que se reciben por hacer el bien. La paciencia preserva al hombre del peligro de que su espíritu sea quebrantado por la tristeza y pierda su grandeza.

La paciencia, dice Hildegarda de Bingen, es «la columna que ante nada se doblega». Y Tomás, basándose en la Sagrada Escritura resume con extraordinaria puntería: «por la paciencia se mantiene el hombre en posesión de su alma».

El que es valeroso es también, y precisamente por ser valeroso, paciente. Luego, si te acusan sin razón de narco, lesbiano, ladrón, o lo que sea… ¡no dejes que te dañe! ¿Sí pa?