El problema de la posmodernidad es la pérdida de fe en el poder público. No interés ante las injusticias. Ya no hay idealistas ni
interés de la autosuperación personal.
El cambio postmoderno se da por aumento del individualismo narcisista y hedonista que endiosa el consumo masivo, baja calidad del lazo social, de amistades, familiares y de pareja…
La posmodernidad carece de sentido, aviva la ignorancia y se vale del relativismo, en la cultura, moralidad, en el saber, mientras anula la razón. Entonces, ¿qué idea hay de Dios en la posmodernidad? (Antonio Izquierdo-Catholic.net)
Decepcionado, el terrícola posmoderno ve la necesidad de volver a Dios, pero no por medio de la religión, sino por vías negativas, relativistas, reduccionistas, que lejos de llenar su vacío existencial, lo agrandan.
Así las cosas, ¿qué papel toca al cristianismo en esta sociedad? El cristianismo debe señalar una vía alternativa a la del mundo relativista. Debe ser luz de un mundo en la oscura noche moral y espiritual (Jn 8:12–36).
Dice A. Milagro: “A veces nos preguntamos qué y para qué es la vida. Es muy triste estar en una sala de espera, sin esperar nada, solo existir porque, pero sin hacer nada, sin esperar nada, sin darle un sentido. Una vida así es una muerte prematura…
Vive de tal manera, que cuando mueras no tengas vergüenza de haber vivido; al contrario, te sientas satisfecho de haber vivido tal como viviste. La vida no es placer, comodidad, diversión, turismo, dinero, confort; la vida tiene todo eso, pero no es eso.
Como tampoco la vida no es dolor, la vida no es lágrimas y llanto, la vida no es sufrimiento y pesadumbre, la vida no son problemas y angustias... la vida tiene todo eso, pero la vida tampoco es eso, precisamente.
La vida es cumplimiento del deber, llenar un puesto, cumplir una misión, contribuir al bienestar de los de más: eso es vivir. “En la senda de la justicia está la vida; el camino de los rencorosos lleva a la muerte” (Prov, 12, 28).
“No saben qué será de la vida de ustedes el día de mañana. Son vapor “que aparece un momento y después desaparece” ¡Y ni siquiera saben lo que mañana será de su vida!
Ustedes son como una neblina que aparece por un momento y en seguida desaparece. Lo que deben decir es: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”.
En cambio, ustedes insisten en hablar con orgullo y todo orgullo de esa clase es malo. (Sant, 4, 14-16).
Los grandes “dogmas” de la modernidad. Simplificando realidades en sí bastante complejas, presentaré unos cuantos ´dogmas´ de la modernidad, socavados y demolidos por la piqueta del postmodernismo.
Dice Antonio Izquierdo: Recordemos cosas sencillas, de todos conocidas. El Dios cristiano no se define por la Razón, sino por el Amor: “Dios es Amor”.
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