Está claro que no atiendas la llamada si no puedes, pero si podes y no atendes, indica -a priori- que sos un prepotente y mal educado, como mínimo, para no agregar más insultos. No todas las llamadas son para molestar solamente. Así las cosas, respóndeme estas preguntas my brother:
¿Es válido excusarte de responder porque, quien te llama no está en la lista de tus contactos? ¿Qué perdés si atendés la llamada de un idiota hincha pelotas?.. Y contrariamente: ¿Qué pasa si la llamada es para darte una buena noticia, como es el caso que nos ocupa?
Repito: si llaman de alguna firma para romperte las pelotas y te acosan, ofreciéndote el oro y el moro creyéndose con derecho de invadir tu tiempo, le das una colosal carajeada y cortás, ha opáma la vy'a, entedéa capelu.
No sufras Síndrome de Hubris, propio de personas con poder. Expertos dicen que este Síndrome, es exceso de arrogancia-prepotencia-“mbarete, vyro, ñembotuicha”, y peor, si son ignorantes “tavy-arriéro perõ”. Algunos de sus aspectos son:
*Necesidad de admiración o de atención exclusiva por parte de los demás. *Capacidad escasa de escuchar y baja empatía. *Imponen sus criterios e ideas. *Te miran por sobre el hombro y se tienen como lo mejor del mundo, grandes y superiores, etc.
No se ganan simpatías, ni aun de las generosas personas. Nos enojan hasta hacernos perder la paciencia. Despiertan carretillada de mal humor: provocan ira, malestar, frustración, sufrimiento psicológico. Sus palabras son hierentes-cortantes-oikytĩ.
Dice aquel psicólogo: “Aunque lo ideal es mudar su forma de ser, rara vez se consigue. La gente huye de los prepotente-arrogantes. Pero, no siempre es fácil captar este tipo de terrícola a simple vista.
Recordá que el teléfono no es un asunto de estatus, es decir, no sos más porque tu celu (el “tonto veloz”) es de alta gama. Si así pensás, sos apenas, “una cosa más entre tantas cosas”, dirá aquel querido profesor. Es teléfono es un aparato para servirte y servir.
Así que, nosotros y nadie más decidimos cómo usar el
teléfono. Aprovechemos mejor sus
ventajas y minimicemos obstáculos. Atender llamadas, es señal de fina
educación, además de gran satisfacción, cuando ayuda a hacer el bien.
Para quien respeta, no contestar es a priori, descortesía. Amigo, reacciona pronto. Es vital responder la llamada y no dejar que el teléfono suene más de tres veces. Si no podes atender ahora, luego discúlpate. Disculparse es de ¡valientes! no de cobardes.
Si ignoras quien te llama o aparecen llamadas de números extraños, es que tal vez se equivocaron o es de algún ex compañero de colegio, ex vecino, o algún conocido que luego de tanto tiempo, sólo desea saludarte. No pienses tan mal.
Verdad es que el teléfono es un maravilloso invento que permite comunicación rápida y fácil; pero también puede convertirse en un invasor de la intimidad…
Otro modo de mediar con los que llaman, es hacerles saber las horas que podes atender. Así evitamos inútiles enojos-py'aro y florecen excelentes relaciones. Es mejor ser claros y transparentes.
Te aprecio amigo, no quiero que digan que sos ignorante y prepotente…y que la mejor noticia que podés darle al mundo, es tu desaparición…Es mejor recuperar el don de gente....ya demasiado "gorilas con pantalones, pueblan nuestra maximísera y errante fauna guarani" ¡Seamos más educados! ¿Sí pa?
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