miércoles, 6 de febrero de 2013

EL “CÓMO” GASTO MI DINERO....

¡Revela quién soy como persona!

Es curioso advertir que la manera de gastar nuestro dinero, descubre la escala de valores que manejamos; nuestro ethos, no pocas veces, impensadamente, es guiado por algún dinero en mano, ha dicho el maestro Secundino Núñez, en aquella conferencia.

Dice el Dr. Larry Burkett: “La forma en que manejamos nuestro dinero es una demostración externa de nuestra condición espiritual interna

Recuerdo el testimonio de un alumno: “Yo me gano 200.00 guaraníes por semana; el lunes, al volver al trabajo, nada me sobra, he gastarlo todo el sábado”
Esta historia, lamentablemente, es repetida frecuentemente por cientos de personas, quienes viven el “día a día”. La sabiduría popular explicará este despropósito así: “Ja aprovechá vaerá, ñande ry´a repykué” (Hemos de aprovechar el esfuerzo de nuestro sudor)

No es difícil toparse con gente que piensa y actúa con la premisa del consumir “ya ahora” Por tanto, no es casualidad que mucha gente malvive casi toda su vida, dolorosamente hipotecada. El problema no está en cuánto gana, sino en cómo gasta, dirán los economistas y el sentido común.

El adquirir cosas que no se necesita, habla de la falta de equilibrio emocional. Hace del títere un consumidor compulsivo y no llevará mucho tiempo para zambullirse en negras aguas de la bancarrota. Ejemplos de penurias... a montones.

El uso del dinero también habla de la integridad del individuo. Ejemplo. “Yo conduzco la motocicleta con destino a mi lugar de trabajo, a 120 km/hora, sin registro de conducir, ni la correspondiente habilitación, y tampoco uso casco protector. Me detiene la Caminera por evidentes irregularidades. Saco del bolsillo 100.000 guaraníes para ofrecerlo, con el cuento que le compre una muñeca a su hijita.

Ese acto de sobornar habla de mi carácter y valores personales. Revela mi absoluto desprecio a la ley. Estas acciones son como el ADN de nuestro cotidiano vivir, y no pocos, con harto cinismo, propio de idiotas morales, lo comentarán en rueda de amigos, como si tal conducta fuera el mayor timbre de gloria.

La lista de perlas de nuestra vergonzosa realidad puede seguir, tomando distintos ámbitos y niveles, pero ya sería extremadamente aburrido ahondar en lo que todos hemos visto y oído... cuando no hemos sido nosotros mismos los protagonistas de este episodio en cuestión. ¡Nangana Goyo..,mbaé piko tanto... no sabés pió que así nomá loo ko somo..! para eso ngo tenés la plata, dirá tiernamente aquel que quisiera subsidiarme alguna dosis de consuelo.



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