¡AÑO NUEVO! ... ¿Viejos Vicios?

 

Estar en guerra con tus vicios, estar en paz con tus vecinos y dejar que cada año nuevo te encuentre un hombre mejor. (Benjamín Franklin) 

Dice A. Milagro: según Gandhi, “el hombre es el resultado de sus pensamientos; lo que él piensa, es lo que llega a ser. De ahí la importancia que tiene el cultivar rectos pensamientos; al educar diariamente nuestra conciencia, reflexionado seriamente sobre el sentido de nuestro existir”-ñande rekove. 

La idea lleva al acto, dice la filosofía; el hombre siente según piensa y vive según lo que siente; porque si el hombre no vive según lo que piensa y siente, pensará y sentirá según como vive-oiko iñakare . 

Cultivar ideas nobles, rectas, de bondad, debe ser nuestra meta; día tras día debemos oxigenar la mente, purificar el espíritu, limpiar la conciencia, aclarar la vista del alma y rectificar la orientación de la vida. 

Para eso, nada mejor que un minuto para Dios, un minuto para la reflexión, para tu propia introspección-py´a mongueta”. “Malas ideas nos apartan de Dios y Él rechaza a los insensatos”. 

“Por eso, en alma perversa no entra la sabiduría, no habita en cuerpo sometido al pecado, pues el Espíritu Santo, que nos educa, huye de la doblez, se aleja de los pensamientos necios y se ve rechazado al sobrevenir la iniquidad” (Sabiduría, 1, 3-5) 

El cuerpo y el espíritu interactúan juntos cuando se toman decisiones o llevamos a cabo cualquier actividad. ¡Tú tienes la libertad de elegir la virtud o el vicio! A pesar de no ser perfectos, somos capaces de mejorarnos a nosotros mismos, somos perfectibles.

En la medida que logremos, nos ayudará a ser felices y, por ende, verdaderamente libres, que no es lo mismo que absolutamente libres. Entender los conceptos de virtud, valor y vicios es imprescindible; y sobre todo, saber aplicarlo en nuestra vida-ñande rekovpe, hará más fácil nuestra tarea de laicos. 

Un hábito es un acto deliberado, bueno o malo; el hábito bueno es la virtud y el hábito malo es el vicio. Es una conducta que repetimos constantemente, volviéndose algo cotidiano en la vida de cualquier ser humano. Eso es la virtud, o el vicio, si es malo, dicen los que saben. ¡Feliz año nuevo!

NAVIDAD… ¿QUÉ ES?

 Si en la calle preguntáramos qué es la Navidad, muchos responderían: “Es una gran fiesta de Papá Noel o de Santa Claus para recibir regalos”, “en Navidad nos reunimos toda la familia para una buena comida”. Otros dirán: “Es cuando se celebra el nacimiento de Jesús en Belén”. 

 La Iglesia celebra una Misa en la víspera o vigilia de Navidad; otra por la noche, llamada “misa del gallo”; otra al amanecer, “misa de la aurora” y, por último, la Misa del día. No en todos los templos se celebran todas estas cuatro Misas, pero están en el Misal, dice aquel catequista. 

Hoy, los jóvenes y no tan jóvenes … ¿qué tanto conocen el real significado de Navidad? Se nota en cambio, que gran parte de la sociedad posmoderna hace culto a la farra, donde lo celebrado es el encuentro familiar, con faraónica cena, música-ruido a todo volumen y alcohol… ¡es navidad! 

Sin embargo, todo lo dicho y no dicho, hace que olvidemos o no invita a participar de la Misa del Gallo. Por consiguiente, la Navidad hoy se “vive o se desvive” en la onda del Consumo, y muchas  veces, sin enterarnos de que en el vecindario, puede haber gente que pasa muy mal. 

No hace mucho tiempo, el cardenal Roger Mahoney (USA), escribía: “Jesús fue también narrador de historias, a las que llamaba parábolas. Jesús era oriental y hablaba para orientales, que tienen gran imaginación y para quienes una narración, sugiere mucho más que un concepto abstracto. 

Es un lenguaje que sirve para ser interpretado y da paso a que la inteligencia deduzca una verdad importante. Lo que conviene a nuestra civilización cristiana es no olvidar que esa bella narración no es un simple cuento de hadas, sino una Historia que ocurrió realmente…y con un fin muy concreto”. Dice 

A. Milagro: Todos nos felicitamos deseándonos ¡Feliz Navidad! con sinceridad. Y repetimos la frase: ¡Año nuevo, vida nueva!. Un nuevo año supone para cada uno de nosotros posibilidad de perfección, de mejorar y superar dificultades. 

“Los cristianos, en general ni creen ni practican lo que Jesús enseñó y vivió: “Amar a Dios y al prójimo” ¡Qué paradoja!... nos encanta la moral cristiana, pero negamos a Jesús en nuestra vida. Así las cosas, el cristiano necesita formarse, no solo informarse.  

¿Qué significa que todo cristiano necesita formarse? Supone que quien dice tener fe, debe optar por la verdad. Lo que Cristo nos enseñó, no son delirios, son casos reales.  El cristianismo no es ceremonias o dogmas. Es conocer a Jesús. Es íntima unión entre Dios que da vida y el hombre pecador. 

Cristianismo es vivir diariamente esta relación con Jesucristo. Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y me siga” (Mt. 16:24). “Ustedes no son del mundo, tampoco soy Yo”. (Jn. 17:16) 

Un modo de vigorizar la fe es, formar la conciencia moral cristiana, para creer. Quien dice seguir a Jesús, se “pone en su lugar”. Ta upéicha. ¡¡¡Bendecida Navidad!!!

REUNIÓN DE PRESIDENTES....¿Mba'épe i de provecho?

 

Con fastidiosa frecuencia vemos, oímos o leemos artículos como: “Concluyó la Cumbre jefes de Estado y de Gobierno; se firmaron acuerdos bilaterales...” pero el pueblo plebeyo pregunta si estos encuentros no son sino espectáculos de poder y turismo, lejos de los beneficios que se dice obtener. 

La mala imagen es una realidad incontestable. El ex-presidente colombiano Álvaro Uribe se refirió a éstos como “detestables”, argumentando que es “feo ver a los presidentes paseando a toda hora. 

Con los problemas que tenemos en nuestros países, nos pasamos de cumbre en cumbre”, dijo a la cadena RCN antes de partir a Salamanca (Tiempos del Mundo 20.10.05) Años después, la realidad es la misma. 

La mayoría de los presidentes participan de muchas cumbres al año. En ellas cacarean ambiciosos proyectos contra todos los males de la humanidad y con encendidos discursos destacan el valor de la solidaridad, fraternidad, hermandad de los pueblos... que ... ¿se cumplen? 

¿Se logra erradicar los índices de pobreza y niños en las calles…?  ¿Qué adelanto se obtuvo en décadas de democracia en materia de salud, educación y seguridad, temas que nunca faltan en discursos de ocasión? ¿Cuánto nos cuesta cada viaje presidencial y con exceso de acompañantes? 

Ejemplo: la Hidrovía: ¿Acaso no dependemos de la voluntad de algún personaje para que nuestros productos lleguen o salgan del país? ¿Cuántos millones de dólares y angustias provocan los “hermanos”, más allá de la frontera? 

¿Y los “gloriosos” acuerdos bilaterales...? ¡bien gracias! Estas reuniones, más que para firmar toneladas de papeles -muchas veces- (totalmente inútiles) amenazan convertirse en un perverso vicio de derroche de tiempo y dinero público, que es nuestro-ñane mba'e. 

Es urgente que los presidentes resuciten escenarios más positivos, más provechosos, de aplicación inmediata y efectiva. Que las “reuniones” presidenciales sean realizadas con honestidad y patriotismo para planificar políticas de “bienestar del pueblo” a quien tanto “dicen” servir. 

Total, cuando les corresponda disfrutar de su merecido descanso, ¿no será el pueblo, quien arcará con sus gastos, o es que alguien ingenuamente cree que los presidentes pagarán de sus honorables bolsillos, sus opulentos viajes? 

Como la esperanza es lo último que debemos perder -según dicen- esperamos que tales reuniones sean provechosas para nuestro fracturado país. ¡Ta upéicha!   

“POKARẼ ES”... ¡Bajeza social-Deshonestidad!

 
Sin dudas, vivimos en un mundo de claro deterioro en el modo de convivir entre humanos y con la naturaleza. ¿Qué significan las palabras libertad, honradez, solidaridad, patriotismo, familia, deber, paz, respeto, trabajo?... 

La RAE define “bajeza social” como: “Acción vil y despreciable, de la que deriva un perjuicio para alguien: “nunca descendía a la bajeza de insultar al adversario político”. “Calidad de vil o despreciable”. 

“Pokarẽ” es igual a fraude, deshonestidad. Ej: “Ko múndope oĩ hetaiterei hénte pokarẽ” es decir: “En este mundo hay deshonestidad, indecencia, impudicia, inmoralidad, desfachatez, desvergüenza”. 

Según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) del 2022, con una puntuación de 28 en una escala del 0 al 100, donde 100 implica menor nivel de corrupción posible, Paraguay ocupa el puesto 137/180 países, un retroceso de 9 lugares en comparación al año previo. 

La puntuación, que es 2 puntos inferior a la del año 2021 e igual a los niveles del 2019-2020, ubica al país entre los más corruptos de Sudamérica superado solo por Venezuela. Esto implica una brecha de 46 y 39 puntos con Uruguay y Chile, considerados… los menos corruptos de la región. 

“La debilidad institucional, señalada en anuncios de sanciones de la Oficina de Control de Activos (OFAC) de los EEUU, impuestas a actores claves por hechos de corrupción, podría incidir en los resultados del índice”. 

Por lo dicho y para reducir nuestra bajeza social y gran chatura cívica decimos: “Señor Jesús, hoy, me pongo en tus manos como un niño recién nacido. Te quiero decir que sólo en ti tengo puesta mi esperanza. Todo lo espero de ti. Yo, sin ti, nada puedo”. 

En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas tramposas, en algo de que pudieran acusarlo. (Mt 22, 15-21)

Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran: “Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, porque no buscas el favor de nadie. Dinos, pues, qué piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?”.

Jesús que conocía sus malas intenciones, les contestó: “Hipócritas ¿por qué tratan de engañarme? Muéstrenme la moneda del tributo”. Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó: 

“¿De quién es esta imagen y esta inscripción?” Respondieron: “Del César”. Y Jesús les dijo: “Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Así, ¿qué valores dominan la actual sociedad? ¿Crisis de valores o crisis de convivencia? 

Dice el maestro; es necesario y urgente; reconocer los reales valores dominantes de la sociedad actual y el impacto que estos generan en las relaciones humanas. Antes de hablar de valores, es necesario un nuevo modo de pensar y entender qué son los valores. cómo vivir la convivencia. 

“Porque como es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá, pero su corazón no está contigo. Vomitarás el bocado que comiste y perderás tus suaves palabras. No hables a oídos del necio, porque menospreciará la prudencia de tus Palabras. (Pr 23-7-8) ¡Ta upéicha!