sábado, 21 de septiembre de 2019

¿DÓNDE ESTÁ LA AUTORIDAD…

DE LOS GOBIERNOS PROMESEROS?
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Es la pregunta que hace la minúscula comunidad decente al constatar cómo se  va “descuartizando” el orden público, en todo el país y en todas sus formas.

Contaminación-infección sonora, invasiones de tierras, motochorros, instituciones públicas deficientes y corruptas, hospitales desabastecidos… entre otros tantos delitos impunes, realidades incuestionables que instalaron el desorden.

Toda sociedad organizada requiere una autoridad que ejerza justicia y  capacidad de cumplir y hacer cumplir las normas constitucionales que rigen en un estado de derecho, como cacarean los “picapleitos”.

Un Estado simplemente formal, aplastado por bosque de normas que no se cumplen, más un ejército de eternos e inoperantes “succionadores-vividores-profesionales de la teta estatal”, es tan inútil como muleta de cera en el asfalto caliente. 

Ya no queremos, como en el pasado, Autoridad matonil: “mbareté con el débil y débil con el mbareté”. Hoy, los delincuentes de todo color y calibre - como metástasis - sin pausas ni barreras, ocupan cada metro cuadrado de nuestro suelo guarní.

Anhelamos autoridades que inspiren respeto y confianza, que honran sus palabras, es decir, sus promesas electorales.

Cualquiera advierte, que el caos está devorando nuestro Estado débil y pusilánime. La justicia se politiza y la política se judicializa. Nada es verdad, nada es mentira, todo es relativo... radiografía de una sociedad, moralmente enanizada.

Ya no se puede ocultar la imagen negativa que tienen los ciudadanos sobre sus instituciones. La organización Transparencia Internacional nos coloca desde hace rato, entre los primeros países más corruptos del continente.

Pocos creen que algo pueda cambiar si no cambiamos nuestra apática conciencia ciudadana. Es urgente despertar ahora…de nuestra “beata somnolencia producida por el letal virus del ñandé ko upeichante voi”.

La mayoría, al parecer, desconfía u olvidó antiguos valores del hombre paraguayo. El panorama es deprimente, ya no podemos contentarnos con vibrar sólo con escuchar la polka “13 Tuyutí”…para sentirnos dichosamente  histéricos.

Propongo a las autoridades, erradicar dos delitos fáciles de combatir: “Acabar con el delito de polución sonora y, hacer cumplir las normas de tránsito y de urbanidad”. Si esto no lo pueden hacer, la mejor noticia que pueden dar al mundo es su desaparición.

¡Y todos los ciudadanos, tenemos el deber de colaborar con las autoridades…siendo cada día, un poco menos delincuentes!




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