Pese a Faraónicas dietas que perciben
las autoridades de nuestro país, ciudades y pueblos muestran un aspecto
lamentable.
¡Cualquiera hace lo que quiere, violando
normas y derechos de terceros y no pasa nada! Cualquiera puede
arrojar cloaca a la calle…y no pasa nada.
Puede conducir una moto sin
casco, con tres o cuatro ocupantes, ante la mirada del juez, policía, militar,
intendente, gobernador o ministro…y no pasa nada.
Puede atropellar derechos de enfermos
frente a un hospital; a estudiantes frente a una institución educativa
(escuela, colegio, universidad), frente a un templo o a vecinos con polución
sonora…y no pasa nada. ¿Qué de las autoridades…dónde están?
Muchas autoridades dicen que la
inseguridad disminuye; que la gente va recuperando la confianza en ellas, que
bajó el índice de la pobreza…bla…bla…ciertamente, nadie les cree. Lo que crece
es la desconfianza ciudadana hacia ellas.
Toda autoridad debe poseer virtudes, entre ellas, la fortaleza. Ser fuerte o
valiente no es lo mismo que no tener miedo. San Ambrosio en su libro sobre los
oficios dice: «la fortaleza sin justicia es palanca del mal» (cf. Las Virtudes -
Josef Pieper p.196)
Temor y amor se condicionan
mutuamente: cuando nada se ama, nada se teme; y si se trastorna el orden del
amor, se pervierte a sí mismo el temor. Ejemplo, el hombre que perdió la voluntad
de vivir ya no tiene miedo de morir.
En un cierto sentido, la fortaleza
supone el miedo del hombre a hacer el mal; porque lo que mejor lo caracteriza,, no es el
no conocer el miedo, sino el no dejar que el miedo le fuerce al mal o le impida
realizar el bien. (198)
¿Tiene miedo la autoridad para multar al
infractor? ¿Puede más que la autoridad, el delincuente que arroja impunemente y
a la luz del día su cloaca a la calle; quien ocupa la vereda con matonil prepotencia, en perjuicio del peatón entre otras arbitrariedades tan
comunes en nuestra fauna social?
¿Qué pasa con el discurso político de
entregar tiempo, esfuerzo y parte de la propia vida en justa defensa de la
comunidad, si le falta coraje para multar infracciones menores como las
mencionadas? ¡Es difícil hacer lo que se debe cuando falta la virtud moral de la fortaleza!
Fortaleza no significa ausencia de
temor. Valiente es el que no deja que el miedo a los delincuentes le haga
abandonar los compromisos asumidos públicamente. Ninguna autoridad fue obligada
a punta de pistola, a ocupar este o a aquel cargo.
El temor real debe constituir en incumplir su promesa, es decir, en ser un delincuente
más, al robar la esperanzas de la gente. “El que teme a Dios ante nada
tiembla” (Eccli, 34). De lo contrario, la fortaleza
delincuencial gana por goleada a la débil autoridad.
Dice Marlis González Torres Psicóloga y Sexóloga 05/02/14.“Señalaré algunas
de las características que, a mi juicio, resultan necesarias en un líder político para que resulte atractivo a la población….
Proximidad
y cercanía al ciudadano. Esto será una garantía para ser visto como alguien que
es capaz de entender qué necesita el electorado…Confianza. Conformada por tres
elementos fundamentales:
Competencia: preparación
necesaria para acometer la tarea que le espera. Sinceridad: que las cosas son tal como las
explica. Credibilidad: haber desarrollado en el pasado actitudes
y comportamientos al solucionar situaciones que hagan predecible la forma en que
actuará ante los retos y problemas que ahora y en el futuro se le presentarán”.¡Que así sea!
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