jueves, 15 de noviembre de 2018

CONDUCTA HUMANA:


ENTENDIMIENTO Y VOLUNTAD

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Existen actitudes muy radicales que chocan violentamente con el sentido común y, por lo mismo, contra la vida misma al negar evidencias. Algunas de estas posiciones han sido adoptadas por personas de notorio poder intelectual... afirma  el P. Antonio Orozco Delclós.

¿Cómo es posible que se pueda llegar a afirmar, por ejemplo, que el sexo de una persona está determinada por la sociedad… que es una cuestión cultural o que las cosas pueden ser y no ser al mismo tiempo? Semejante desatino cualquier niño podría refutarla.

Si el entendimiento está por naturaleza ordenado y abierto a la verdad, sus errores no pueden ser debidos sólo a la falta del entendimiento. ¿Qué elementos distorsionantes ciegan la mente y mueven al hombre a abrazar errores de tanto calibre. Es necesario trabajar mucho, porque un error no se elimina hasta que no comprendan las causas que lo han ocasionado.

Sucede que las facultades del hombre no son compartimentos estancos; se hallan -sin confundirse- como una en la otra. No se olvide que es el hombre el que entiende por su entendimiento y quiere por la voluntad. 

Como el intelecto se entiende a sí mismo, de igual modo, la voluntad quiere querer, (o no querer). Así, la razón mueve a la voluntad mostrándole el objeto (que es su fin), pero la voluntad mueve a la razón imperando su acto. 

"Intelecto y voluntad se implican mutuamente"; en sus operaciones "hay una cierta similitud con el movimiento circular, en el cual el último movimiento viene a ser el primero (...) Así, aunque el intelecto sea simplemente anterior a la voluntad, sin embargo, por la reflexión viene a ser posterior y de este modo, la voluntad mueve al intelecto".

Una vez consumado el primer acto del intelecto (conocer), hace ya su aparición en escena la voluntad (querer) cuya estimación será decisiva para las sucesivas operaciones del intelecto.

El conocimiento pertenece única y exclusivamente al entendimiento (momento del acto de conocer, en cuanto conoce esto o aquello). Pero en el ejercicio de la operación concurre la voluntad consintiendo (autoriza, admite) o imperando (manda, ordena). La voluntad no conoce la verdad, pero la capta como conveniente o inconveniente al sujeto.

Por eso "se dice que los grandes pensamientos nacen del corazón; y se añade que, del corazón nacen también los grandes errores.

El corazón no piensa ni juzga, no hace más que sentir; pero el sentimiento es poderoso. elemento que multiplica sus deseos. Cuando el entendimiento va por el camino de la verdad, los sentimientos nobles y puros contribuyen a darle fuerza y brío; pero los sentimientos depravados, pueden extraviar el entendimiento más recto".

Entonces, la voluntad puede mover al intelecto de modo que éste insista en el conocimiento de alguna verdad, pero puede también lograr que el entendimiento desista del empeño, cuando le repugne alguna verdad que le alejen de las evidencias que le resulten odiosas.

Por eso dice Tomás que "entendemos porque queremos, imaginamos porque queremos, y usamos de todas las demás potencias y hábitos porque queremos". Cabe preguntarse cómo estando la voluntad ordenada esencialmente al bien, y siendo la verdad un bien, puede rechazar u odiar alguna verdad.

Ocurre que lo verdadero, en general, universalmente considerado, es siempre un bien; pero en particular -esta o aquella verdad- puede presentarse como algo contrario o repugnante:

"Conocer la verdad es en sí mismo amable; por  que los hombres aman la verdad que les ilumina. Mas su conocimiento puede resultar incidentalmente odioso, por cuanto impide gozar de algo que se desea" o "en cuanto es un estorbo para otras cosas que más ama". Dice el Salmo: no quiso entender para no obrar bien".

 "Así, algunos no quieren conocer la verdadera fe para pecar sin trabas; a éstos se refiere la Escritura cuando dice: No queremos la ciencia de tus caminos". "Así el hombre odia a veces una verdad porque quiere que no sea verdadero lo que lo es".(Tomado de “La libertad en el pensamiento” Antonio Orozco Delclós, pgs 116 y sgtes)   
                                                               

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