sábado, 16 de agosto de 2014

DÍA DEL NIÑO PARAGUAYO

¿Heroísmo o Infanticidio?

Según Chiavenato, la batalla de Acosta Ñu fue una de las más terribles en la historia militar del mundo. Enfrentados estaban brasileños con 20.000 hombres y paraguayos con 3.500 niños de 6 a 15 años, quienes horrorizados se agarraban de las piernas de los soldados brasileños, llorando, implorando que no los matasen, y eran degollados en el acto. Más tarde, el conde D’Eu mandó incendiar la maleza, en el fuego se veían niños heridos correr hasta caer víctimas de las llamas….

De ser veraz la historia: ¿Por qué la omisión o acción de enfrentar 3.500 niños a 20.000 soldados profesionales? Semejante decisión no la había tomado ni siquiera los bárbaros. Con terrorífica crueldad se dice que el sacrificio de esos niños simboliza el heroísmo paraguayo. Para hablar de heroísmo, los niños deberían: conocer, querer y poder voluntariamente, abrazar el atroz martirio. 

¿Fueron obligados o fue espontánea iniciativa de los niños?. Sea como fuere, culpables de tamaña tragedia son: Quienes mataron, y quienes hicieron que los maten. Un menor, ni ayer, ni hoy, ni nunca puede tomar decisiones, y mucho menos, la de ir a una guerra.

Hoy, de modo “frívolamente agradable”, también muchos niños son empujados a la "masacre" de convertirse en “algo”, en lugar de "alguien", a causa de: mala educación escolar; nula o mala educación de papás posmodernos, embotamiento por la tecnología, es decir, de homo sapiens, pasan a la sub calidad de “homo videns”, con ideal apagado etc. etc.

Impera hoy una corriente educativa permisiva, de “dejar ser y hacer”. Muchos papás desde esta visión temen ser rigurosos, dejan que los hijos menores tomen decisiones, pequeñas y grandes, también. Nunca dicen “no” porque, erróneamente temen bloquearles .... atentando contra su libertad.

No pocos padres y educadores con conciencia averiada, consideran que los niños tienen la sabiduría suficiente para tomar decisiones sobre sus vidas. Los niños necesitan de papás y profesores capaces de guiar su creatividad y fuerza, pero también de contenerla, porque como todos sabemos hasta el hartazgo, el niño de hoy no es como el de décadas. Se necesita con extrema urgencia recuperar la autoridad que alguna vez tenían los padres y profesores: autoridad, muy diferente de autoritario.

Anhelo, festejar algún día, ojalá más temprano que tarde, el ¡Día del Niño!, con un Estado, Educación y Padres reconstruidos, a partir de haber logrado dos condiciones: 1º) Que exista un niño capaz de crecer con valores de patriotismo, honestidad e integridad y 2º) Que no aparezca después, un Herodes que lo mate. (cfr. G. Sartori - La democracia después del comunismo, p. 46)

Tarea: luchar, en casa y en la escuela contra la 1º) Orfandad Normativa: no hay normas ni límites para nada. Todo se permite en nombre de la “democracia, libertad y dignidad” y ) Contra la Orfandad Espiritual: El Dios Uno y Trino, es aplastado por los “dioses”  de las “4 Pes”: Poder, Plata, Prestigio y Placer.

Nos dejamos “hormear” fácilmente por su majestad el fútbol, las diversiones de Tv y demás “ídolos pasajeros”, superando a Dios, en tantos hogares “cristianos”. ¿Qué idea de Dios tienen hoy muchas familias?. Hay que volver a disciplinar. Disciplinar no es castigar. Es discipular, guiar, enseñar, modelar. Pero ha de evitarse dos extremos dicen: el Permisivismo que promociona una falsa libertad, y el Autoritarismo.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario