viernes, 15 de julio de 2022

FAMILIA... Sin Dios...no tiene futuro.

 
Sabemos que la familia vive una crisis de valores y se agrava la desintegración. Poco se cuestiona tener al humano como objeto desechable, tirable. La ausencia de valores es una pandemia en la actual sociedad: arrogancia, irrespeto, deshonestidad, injusticia... 

Dos ejemplos: a) “La ideología de género es como la última rebelión de la creatura contra su condición de creatura” (Benedicto XVI). Es una degeneración sólo comparable al bestialismo. Un mundo construido sin Dios y contra Dios. 

 b) Es tragedia que nuestra sociedad progre acepte el aborto-occisión (muerte violenta) de niños, ante el “ñembotavy”, o sea, ante el cobarde silencio herodiano de los buenitos. 

Así, es necesario preguntarse, tanto en la familia como en la enseñanza escolar; si la formación en valores que se ofrece, es apropiada para iniciar una conducta individual y social firme, a favor de una sociedad más justa, solidaria y respetuosa. Preguntas:

-¿A qué se deben estas conductas? ¿Por qué la juventud actúa de forma insana? ¿Cómo la familia enfrenta golpes de suicido, bulimia, promiscuidad, anorexia, drogadicción, aborto, pornografía, embarazos no deseados y maternidad en adolescentes, etc.?

-¿Cuántas veces tratamos a los hijos como mascotas a las que hay que domesticar. O se pretende imponer lo que los padres quieren que sea cada uno de los hijos? ¿Cuántos padres descargan sus frustraciones en sus hijos? 

Afirman que el origen de muchos problemas se debe a falta de formación integral en la familia. Solo el verdadero amor, la donación sin prejuicios o egoísmo, nos salvarán. 

Entonces, ¡salvemos a la familia sin olvidar que el amor implica libre decisión! El amor es actitud de voluntad, no solo de sentimiento. El mundo está en crisis, por falta de educación de valores en la familia, ya que ésta, es base y pilar de la sociedad. 

Luego, respetemos al cónyuge, a la familia, a todos; abrámonos a un dialogo franco, a un tiempo de calidad, a mayor atención a los hijos. ¡Ese es el compromiso!...Porque muchas veces: 

Caemos en absurdos tan claros como la de festejar que repartan gratis la "píldora del día después", a niñas de 12 años…lo cual implica que no requieren nuestro permiso para el ejercicio pleno, libre e irresponsable de su sexualidad. 

Y ¿qué decir de las "mamis progre" que introducen a escondidas (ñemi hape mi) un preservativo en la cartera de su "bebé", antes de ir a la discoteca?

Luego nos “ofendemos” cuando de modo grotesco “perrean” y se exhiben en las redes sociales, con los celulares de última gama que les regalamos. Hablan de “salud sexual y reproductiva”, y sobre sus derechos al placer y decidan su destino desde los 16 años. 

Padres, aunque parezca cosa del viejazo, acompañemos a los hijos, sepamos qué hacen, dicen, sienten, piensan, cómo actúan y quiénes son sus amigos cercanos. No pensemos sólo en nuestras carencias. “Urge saber qué poder tienen en las redes sociales...¡Porque ellos son los futuros padres de familias!

Todos, al nacer ya entramos en la sociedad; por ello, es mejor corregir errores ya; caso contrario, gemiremos como manada, cuando unos pocos nos lleven al matadero. Y Lloraremos como rebaño lo que no pudimos defender como personas libres y solidarias. 

Démonos el autogobierno social en paz, con convicción, sin violencia ni imposición, con madurez de carácter, porque sabemos que el mal hace gran campaña para matar la noción de moral en la familia y en la política. (Que este desafío comience primero conmigo mismo). 

Porque, ¡Una juventud sin valores es un riesgo para la sociedad! 

lunes, 11 de julio de 2022

LA RUINA… ¡De la familia…hoy!

 

En esta era “progre”, vale la pena hacer una autocrítica cristiana: reconocer con valentía y honestidad que somos responsables ante Dios y ante nuestra conciencia de estos errores y paganismo reinante… por no combatirlos, afirma aquel comentario. 

Colgar un crucifijo en las paredes o en el cuello, no nos libera de los compromisos asumidos en el Bautismo, para vivir como Cristo, Sacerdote, Profeta, Rey. Se reconoce a Cristo aprisionado en el templo, pero se lo desconocemos en la escuela, en los bancos, en la cancha, en la casa… 

Si no hacemos lo que debemos y hacemos sólo lo que nos gusta, somos responsables de este caos establecido. Luego, hace falta: a) Con-pro-meterme…b) Pro-en favor de… c) Miso- de una misiónpara vivir como Sacerdote (Heb.4:14) Profeta (Lc.7:16) y Rey (Jn.18-37). 

¡Los laicos son la iglesia!, decía el Cardenal Newman. Si la Iglesia no despierta en sus laicos la conciencia misionera y el sentido de pertenencia en su misión, seguiremos siendo parte de esa “iglesia durmiente”, esclerosada e inútil…que solo despierta para criticar y nada, para mejorar. 

La familia tradicional es sustituida por la “familia tecnita. La familia era, “la primera escuela donde aprendimos a pensar y el primer templo donde se nos enseñaron a orar”. El 1er derecho y obligación de los padres es practicar su dignidad y autoridad. Hoy, ya no son reconocidas, ni por los mismos padres, ni por el entorno, ni por el Estado. 

“Uno de los males más graves que afligen hoy a la humanidad es la pérdida del principio de la autoridad. 

“La civilización está en peligro porque está en crisis la familia”. Los derechos y obligaciones de los padres como educadores y responsables de los hijos no se limitan al propio hogar. Se extienden a la calle, a la plaza, al cine... 

A los papás les compete por derecho propio, la facultad de ser rectores de todo lo relacionado a la formación de los hijos, deben intervenir como tales, moralizando “farras” y modificando los horarios nocturnos, etc. 

Estos derechos y deberes valdrán sólo si los padres se asocian. El mejor servicio que los padres pueden prestar a la humanidad, es la buena educación de los hijos. "La educación es la clave del porvenir de nuestros jóvenes y de nuestra misma sociedad". 

Sólo el mal procede espontáneamente del interior del hombre, el bien exige un trabajo intenso. El medio para hacer brotar en el hombre, sentimientos nobles y buenas ideas, es la educación. 

De ésta, dependerá el carácter moral del terrícola: “el hombre es más por educación que por nacimiento”. Los papás no deben limitarse a impartir saberes técnicos y formas de cortesía externas para ser exitosos en el mundo. Eso está bien, pero es lo mínimo, no basta. 

Si el hombre es lo que come, su educación es un problema de alimentación; más si estamos convencidos de que el hombre es lo que conoce y ama, lo que desea y persigue, entonces su educación es un problema de alimentación del alma. 

O sea, una operación delicada, interna, constante, el moldeo de su alma, para lo cual hace falta y se necesita todo ese fondo de paciencia, desinterés, celo, perspicacia que Dios ha depositado en el corazón de los padres”. (José María. Arizmendiarrieta): 

La familia es la primera escuela donde aprendemos a pensar y el primer templo donde se nos enseña a orar”. Porque… ¿qué es el pobre terrícola si no piensa y no se relaciona con su Creador?