En un mundo “despelotado” de confusión, en el cual
chapoteamos, hace falta decir que muchas veces emitimos juicios temerarios. Y más, si
nos declaramos “cristianos”, es necesario discernir para comprender al otro...y no pecar.
El Señor Jesús advierte: “Pues Dios los juzgará a ustedes de la misma manera que ustedes juzguen a otros (…) (Mt.7, 22).
Muchas veces juzgamos deprisa, lo que debilita o mata inútilmente la relación con los demás. A menudo juzgamos incorrectamente por hacer valer el “me gusta, yo creo”, etc....pero, ¡Quien piensa diferente…no necesariamente es un enemigo!... A propósito, me permito compartir, un comentario:
“Una mujer fue al médico y después de algunas preguntas, sobre su historia clínica, el médico que era católico le preguntó:
- Usted es evangélica? - ¡Sí! Respondió la paciente. Y el médico comentó:
- Me agradan los evangélicos, pero: Hablan mucho acerca de Jesús y no de María. *Silencio*....
- Doctor, ¿puedo hacerle una pregunta? - Por supuesto…dijo el médico.
- Doctor, si algún día yo llegara a su consultorio y su secretaria me dijera que usted no está, pero que su madre me puede atender ¿cree que me gustaría ser atendida por ella?
-
¡Claro que no! -respondió el médico- ¡El graduado en medicina fui yo, no mi madre!
- La mujer siguió: Bueno, doctor. Quien murió en la cruz por mí fue Jesús, no su madre.
Entonces el médico le respondió... ¡es verdad!... Pero si usted llegara a la recepción y encontrara a mi madre y resulta que ya no hay más turno y que además usted no tuviera dinero para pagar la consulta, y ella me pidiera que la atendiera...
Yo
con gusto la atenderé y hasta le daría gratis los medicamentos que necesitara…sabe ¿Por
qué?... por el simple hecho de ser una petición de mi amadísima madre. Porque, un “querer”
de mi Madre, es un “hacer” para mi…
Dice la Biblia: “Al tercer día hubo una boda en Caná de Galilea…Jesús y sus discípulos fueron
invitados a la boda. Se acabó el vino, y la madre de
Jesús le dijo: “Ya no tienen vino”.
-Jesús le contestó:-Mujer,
¿por qué me dices esto? Mi hora no ha llegado todavía. --Ella dijo a los
que estaban sirviendo: "Hagan todo lo que él les diga".
Había allí seis tinajas de piedra…En cada tinaja cabían de cincuenta a setenta litros de agua. Jesús dijo a los sirvientes: -Llenen de agua las tinajas… saquen un poco y llévenselo al encargado de la fiesta”…
Esto que hizo Jesús en Caná de Galilea fue la primera señal milagrosa con la cual mostró su gloria; y sus discípulos creyeron en él. (Juan 2:1-11)
Conclusión: Jesús amaba a su madre, y ésta, se ocupaba de las necesidades de los demás. “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen y se les abrirá”. María es nuestra Intercesora ante su Hijo.
Así que: ¡No juzguemos las creencias de los demás!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario