miércoles, 25 de mayo de 2022

CIENCIA VS RELIGIÓN: ¡Un suceso para pensar!

 
 Anécdota brillante del ethos de quien se convirtió en uno de los Grandes de la Historia. “La Historia de la Ciencia nunca deja de sorprendernos” 

En el año 1892, un anciano de barba blanca y un joven universitario coincidieron en el mismo vagón de tren en Europa. El anciano leía pausadamente un libro que parecía ser voluminoso y pesado. El joven también: estudiaba un voluminoso ejemplar de Ciencias. 

En un determinado momento, el joven se percató de que el libro que leía su acompañante era la Biblia y le preguntó: 

-¿Usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y de cuentos?

El anciano le respondió: 

*Sí, por supuesto, pero este no es un libro lleno de fábulas ni de cuentos. Es la Palabra de Dios. ¿Cree usted que estoy equivocado? 

-Claro que está equivocado, respondió el chico. Usted, señor, debería dedicarse a estudiar Ciencias e Historia Universal. Vería cómo la Revolución Francesa, ocurrida hace más de 100 años, mostró la miopía, la estupidez y las mentiras de la religión. Y agregó el joven: 

-Solo personas sin cultura o fanáticas todavía creen en esas tonterías. Usted, señor, debería conocer un poco más lo que dicen los científicos de esas cosas. 

El anciano le dijo entonces: 

*Dígame, joven, ¿es eso lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia? 

-Mire, dijo el joven, como me voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle, pero déjeme su tarjeta con su dirección para que le pueda enviar algún material científico por correo. Así aprende un poco sobre temas que realmente importan al mundo. 

El hombre anciano sacó una tarjeta de visita de su bolsillo y se la dio al joven. El joven quedó estupefacto al leer en la tarjeta quién era aquel anciano.

El texto impreso no engañaba: Profesor Louis Pasteur: Director general del Instituto Nacional de Investigaciones Científicas - Universidad Nacional de Francia. 

Pasteur (1822-1895) considerado el padre de la microbiología pasó a la Historia por su contribución científica, sin que esta fuera nunca un obstáculo para su fe católica. 

¿Qué diferencias se puede ver entre el joven estudiante y este señor mayor de 70 años?

¿Es realmente cierto que la Ciencia es enemiga de la Fe? ¿Qué otros grandes científicos conoces que fueron o son grandes creyentes?  ¿A qué conclusiones nos lleva esto? 

¿Qué opinas de la frase?: “El mayor placer de una persona inteligente es aparentar ser idiota delante de un idiota que aparenta ser inteligente”. 

¿Para qué sirve la humildad? ¿Cómo desarrollarla y qué hacer para crecer en  ella? 

viernes, 13 de mayo de 2022

TENGO QUE: ¡Saber lo que quiero y querer lo que sé!

 

Tener un ideal es el medio único de hacer algo y llegar a ser alguien; no se comprende lo que vale la vida, hasta que no se pone al servicio de un ideal; “porque la vida es triste si no se la vive con una ilusión” (Alfonso Milagro) 

Es urgente pensar sobre el porqué de mi existencia. “Cuando el terrícola sabe adónde va, el mundo entero le da paso”. Cada soldado, dijo Napoleón, lleva en su mochila el bastón de mariscal; lo que hace falta es tener voluntad de vencer. 

Cada hombre lleva en su interior la imagen de un héroe y de un santo; lo que hace falta es que día a día; golpe tras golpe, vaya tallando esa imagen, ya que ser hombre, ser héroe y menos el ser santo no se “hace repentinamente”. 

La vida no es fácil; hay problemas que superar. Los golpes suelen ser duros, pero el atleta no se hace entre sábanas, sino en las pistas; el sabio no surge de las farras, sino de los estudios; nadie es santo mirando las nubes, sino venciendo vicios y debilidades. 

Nuestra vida no es digna de ser vivida si no es adornada por algún ideal. El poder que se maneja, los favores que se mendigan, el dinero que se amasa…tiene un valor fugaz que no satisface (…) las fuerzas morales que embellecen y califican la vida. 

Vivir es aprender, para ignorar menos; es amar para unirnos los humanos; es admirar y compartir los dones de la naturaleza; un esfuerzo por mejorarse, afán incesante de elevación hacia ideales definidos. Muchos nacen, pocos viven (J. Ingenieros) 

Para todos, la vida tiene dos rostros: La tristeza y el dolor tienen su lado amargo, pero también lo tiene dulce; todo dependerá de cual cara miremos. Es duro trabajar muchos días sembrando la semilla y cuidándola; pero es agradable recoger la cosecha. 

Es fatigoso estudiar, pero es agradable recibir el título; es duro “romperse” para construir la casa, pero es agradable poseer tu propio hogar; es duro realizar cualquier esfuerzo, pero es luego muy agradable gozar del fruto de los esfuerzos realizados. 

Para llegar a ser virtuoso, hay que hacer grandes esfuerzos, conseguir difíciles victorias, pero luego podemos gozar de la alegría de llegar a ser lo que debemos ser. 

Dios nos hizo entero: nos dio cabeza, manos y corazón; cabeza para pensar, manos para obrar, corazón para sentir. Necesitamos de las tres cosas; si nos privamos de una de ellas, quedaríamos incompletos, imperfectos: no seríamos hombre. 

Parece que tres actitudes debemos asumir ante la realidad del mundo: a) La actitud de mirar al cielo, sin hacer caso de la tierra, algo así como los apóstoles se quedaron mirando al cielo cuando Jesús se apartó de ellos; 

b) La que prevalece hoy: de mirar más bien a la tierra y centrarse en el tiempo, sin mayores preocupaciones. c) La de fijar los ojos en el cielo, pero con los pies en la tierra; bien clavados los ojos y bien fijados los pies; ni cielo sin tierra, ni tierra sin cielo. 

Hay compromiso espiritual-terrenal, que impiden que el cristiano sea descuidado; ya que hay cosas de las cuales debe ocuparse: ¡hacer lo que se debe!; luego, debe  ¡Saber lo que quiere y querer lo que sabe! Lo primero es “Amar a Dios sobre todas las cosas”. 

Nada bueno se puede hacer sin ayuda de Dios. “Si alguien se declara a mi favor ante los hombres, yo también me declararé a favor de él” (Mt, 10:32) Ya lo dijo un Papa: Que el mundo esté de colores, es mi ideal; Cristo cuenta conmigo, y yo con su gracia”.

viernes, 6 de mayo de 2022

AMOR Y RESPETO... ¡No se mendigan…!

No es raro -más aun en estos tiempos de esclavitud digital- sentirse fracasado ante la desconfianza, ansiedad, rabia, soberbia, violencia o indiferencia de los padres, hijos, hermanos, vecinos, compañeros de trabajo… 

Algunas veces -dice aquel psicólogo- se relaciona la depresión con la baja autoestima, el rechazo o incapacidad de relacionarse, cuando alguien se juzga incompetente social. 

Así, la pregunta: ¿Por qué mis padres y mis hermanos no me quieren, no se preocupan por mí? ¡Me rechazan; No tengo familia ni amigos…nadie me quiere! ¿Qué hacer? Quizá un recto examen de conciencia me conceda la respuesta: 

“¿Controlo mis emociones o soy un barril de pólvora que pelea con todo el mundo y por cualquier cosa? ¿Doy casi nada…pero quiero recibir mucho? Creo merecer lo  mejor… pero nada hago para lograrlo?” 

Naturalmente, los humanos necesitamos relacionarnos con los otros. Todos necesitamos un círculo en el cual apoyarnos. Dice un escrito recibido: “A veces en la vida hay más motivos para sentirnos mal: decepciones, mentiras, maltrato, ingratitud, calumnia. 

Quizá te lastimaron y la vida se hizo difícil. Es triste, perdiste la esperanza, no confías en nada, ni en nadie, ya no tienes razón de vivir. Pero, siempre el Señor Jesús nos dice: ¡Levántate, resplandece…Con mi paz el dolor, la angustia y tristeza desaparecen! 

Es tiempo de dejar lo que te ata y causa dolor y cambiarlo por el gozo divino. No estás solo; Dios te ama, sustenta y llama a disfrutar de su presencia, cuidado y su gracia. 

En esta vida es necesario ser consciente de que tendremos que enfrentar distintos tipos de desafíos o situaciones adversas: debemos estar preparados. ¿Cómo salir victoriosos?  Buscando en Dios, fortaleza, inteligencia y sabiduría para superar los obstáculos. 

Necesitamos de entereza, coraje, determinación y habilidad. Encomendando nuestras causas al que no perdió ni una batalla. Debemos ser dóciles y humildes para reconocer nuestros errores, y obedecer a Dios en todo de manera a obtener el resultado esperado. 

Oigamos a Pablo: El Señor me dijo: “Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad”. Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo.  

Y me alegro también de las debilidades, insultos, necesidades, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo, porque cuando más débil me siento es cuando más fuerte soy. (2 Co  12:9-11) 

Así que, las buenas relaciones se dan de una manera fácil, sin exigir ni forzar nada. Solo disfrutemos de la presencia del otro, compartir ratitos y vivirlos juntos con plenitud. Un amigo siempre está cuando lo necesitamos. 

“Este es el Dios que tienes. Uno que te conoce mejor que tú mismo. Él conoce todas las situaciones en tu vida. Nunca ha abandonado a nadie. Él sostiene a cada una de sus creaciones preciosas en la palma de su mano”. Isaías 49: 15-16.

El amor y respeto no se mendigan... ¡hay que ganárselos!. 

lunes, 2 de mayo de 2022

¡NO SE HABLE!.. “De la muerte”

¿Por qué repudiamos hablar de la desagradable muerte, si además, nadie ni nada lo puede evitar?.... ¿Por qué la inteligencia humana elude abordarla? 

Para el terrícola de hoy, morir es asunto incómodo. Ya decía el filósofo J. Baudrillard: “las sociedades salvajes a las sociedades modernas, la evolución es irreversible: poco a poco los muertos dejan de existir”. 

Antiguamente, la muerte no se ocultaba…era parte en la vida social. Morir era visible, público, expuesto, normal. Ahora el homo digital percibe la muerte como “una rareza impensable […] un extravío incurable”. (John Berger) 

“Sin nuestro “permiso” Dios nos creó con ansias de vivir eternamente. Pero, ante la parca ¡no hay escapatoria! ¿Nos casaremos, enfermaremos, seremos exitosos?... no lo sabemos, pero sabemos, sin dudar que todos moriremos, sin falta-katuete.

Un dolor o pena, por muy grave que sea, creemos que desaparecerá. Pero morir, no podemos evitar. Todos sabemos que el fin llegará; y nadie sabe cuándo ni cómo.   

La pregunta: si vamos a morir ¿qué sentido la vida? Según Sócrates “el hombre que no piensa sino en vivir, no vive”. Vivir y morir forma parte del ciclo de la vida, aunque a muchos “inteligentes” les cueste aceptarlo. 

Luego, la parca aterroriza y la mejor estrategia del tonto-homo vyrus, es auto-engañarse rechazando la realidad. Entonces, sufre tanatofobia (trastorno por ansiedad-depresión) por miedo-kyhyje a su propia muerte. 

No querer morir es natural; es gran dilema cuando el miedo paraliza. Cuando llegan los ataques de pánico, ansiedad o cuando se torna obsesivo, es ocasión de buscar ayuda. 

“Nos hará bien pensar: ¿Cómo será el día en el que esté ante Jesús…al preguntarme sobre los talentos que me dio: qué hice con ellos? ¿Cómo recibí su Palabra…con corazón abierto? ¿Hice germinarla por el bien de todos o lo escondí?” (P. Francisco) 

No conviene enfrentar la muerte con angustia. No es saludable. Vale la pena pensar como cristianos y cumplir con nuestros deberes. Los muertos ya no están. Los vivos necesitamos ganarnos esa vida eterna junto a Dios.

No es bueno ser imprudentes y decir “no temo a la muerte”, porque podemos pecar por medio del robo, adulterio, corrupción, drogas, etc. El descuido hace olvidarnos que fuimos creados por Dios para vivir con rectitud y al morir, encontrarnos con Él.

En la muerte hallamos un sentido para nuestra vida eterna….ya que no estamos condenados a ser alimentos de gusanos, sino, “ciudadanos del cielo”. (Fil. 3:20)
 

Todo ser humano tiene dignidad, que es la base de igualdad de todos los hombres entre sí. El rico y el paria; el tonto y el sabio…somos iguales… todos tenemos: * El mismo origen; * La misma Naturaleza; * La misma vocación y El mismo destino. 

La novedad esencial de la muerte cristiana se da por el Bautismo; el cristiano está ya “muerto con Cristo”, para vivir una vida nueva. Muerto con Cristo al pecado, como decimos al renovar nuestras promesas bautismales en la solemne vigilia de Pascua.

San Pablo afirma: “Para mí, la vida es Cristo y morir una ganancia” (Flp 1: 21). El conocimiento de Dios sin el de nuestra miseria produce orgullo. El conocimiento de nuestra miseria sin el conocimiento de Dios produce desesperación” (Blaise Pascal).

Vivir cada día como si fuera el último, es de inteligentes. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn, 15) Morir en gracia, es la llave para llegar al Cielo. Morir causa tristeza, pero no nos puede vencer. ¡Ñandejara es vía a la vida eterna!