RELIGIÓN, POLÍTICA Y FÚTBOL
Un criterio que impone la profecía social en nuestra fauna guaraní: En la mesa, en el grupo…no se hable de “religión, política ni de fútbol”, porque la gente acaba pelándose. Luego, cabe admitir que somos incapaces de dialogar. Así las cosas ¿de qué hablar en una reunión de amigos o grupo de WhatsApp?. Un conocido contertulio, con aires de sabelotodo, ensayó la siguiente explicación:
* La religión
es “tabú” que no se comenta ni en privado y menos, en público, salvo honrosas
excepciones. Tal vez por ignorancia o temor a “del qué dirán”, sobre todo, si
la conducta desmiente a las palabras. ¿Qué dirá un político “cristiano” que por
corrupto se enriquece a costa del hambre, sudor, ignorancia y muerte del
compatriota?
Sin duda, un impedimento para abrir el
pico, en muchos casos, es la inmoralidad. En tal caso, es lógico que el inmoral
y sus seguidores mantengan la boca sellada. Luego, ¡De religión no se hable!
* La política, es el “arte de
lo posible e imposible”, cacarea uno y otro, aquí y allá. Sabido es que
la corrupción está carcomiendo nuestro país. No pocos políticos son “carne de
horca”, diría Isaac Parker, juez que condenó a la soga a más de 300 personas,
cuando estalló la Guerra de Secesión, en el siglo XIX.
Lo mejor entonces es no fanatizarse y
evitar discutir porque el amigo, socio, compañero, o pariente puede comprometer intereses personales-partidarios, y no conviene, por lo tanto, mover el
avispero: ani hagua jaiko vai. Así las
cosas, ¡de política, no se hable!
* Su majestad, el
fútbol.
Afortunadamente, hablar de fútbol requiere ínfimo gramo de materia gris. Patear
un balón e introducir al arco, por habilidad o chiripa, no gasta neuronas.
Pero, ¡oh paradoja!...un partido amistoso puede derivar en "velorio". La
experiencia nos grita que familias enteras viven “despelotadas” por causa de la
pelota.
Estoy de acuerdo con el fútbol deporte
que une y reúne a para una gran fiesta. No con ese fútbol mercantil e idiotizante
que estupidiza a la gente y lo hace miserable. ¿Cómo se explica que hermanos de
sangre enluten su casa por culpa de la pelota?. Luego, ¡de fútbol no se hable!
Nuestro silencio en temas de religión, política
y fútbol, se debe a la incapacidad
de discutir con tino y respeto esos temas. Disparamos ideas infantiles que nos
llevan a malentendidos, peleas y muerte, porque ideas y opiniones priman sobre
las personas. ¡Lamentable!
Somos incapaces de sostener nuestras ideas,
sin herir sentimientos. Como no sabemos dialogar, debatir, ofendemos, porque no estamos
acostumbrados a defender con altura nuestras creencias. Hemos desarrollado,
como sociedad, un infantilismo en temas religiosos, políticos y peloteriles,
afirma Antonio Maza Pereda.
Sepultemos el erróneo dicho: “No estoy de acuerdo contigo, pero respeto tus
ideas”. Esto es muy
tonto, porque hay ideas que son reprobables: las personas son dignas de
respeto, por sobre las ideas, pues, las ideas nacen de las personas, luego, las personas, son más importantes que las ideas. Si así lo
entendemos, habrá tolerancia y las relaciones interpersonales serán sabrosas.
Quizá, por ello, la psicóloga Valeria
Sabater dice: “en ocasiones quien guarda
silencio ante la crítica, la envidia o la provocación, no es por falta de
argumentos ni valentía. Lo que ocurre es que cuando la ignorancia habla, la
inteligencia calla, ríe y se aleja”.... ¿Qué decir..qué hacer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario