miércoles, 12 de diciembre de 2018

¡NO SE HABLE DE...!

RELIGIÓN, POLÍTICA Y FÚTBOL

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Un criterio que impone la profecía social en nuestra fauna guaraní: En la mesa, en el grupo…no se hable de “religión, política ni de fútbol”, porque la gente acaba pelándose. Luego, cabe admitir que somos incapaces de dialogar. Así las cosas ¿de qué hablar en una reunión de amigos o grupo de WhatsApp?. Un conocido contertulio, con aires de sabelotodo, ensayó la siguiente explicación:

* La religión es “tabú” que no se comenta ni en privado y menos, en público, salvo honrosas excepciones. Tal vez por ignorancia o temor a “del qué dirán”, sobre todo, si la conducta desmiente a las palabras. ¿Qué dirá un político “cristiano” que por corrupto se enriquece a costa del hambre, sudor, ignorancia y muerte del compatriota?

Sin duda, un impedimento para abrir el pico, en muchos casos, es la inmoralidad. En tal caso, es lógico que el inmoral y sus seguidores mantengan la boca sellada. Luego, ¡De religión no se hable!

* La política, es el “arte de lo posible e imposible”, cacarea uno y otro, aquí y allá. Sabido es que la corrupción está carcomiendo nuestro país. No pocos políticos son “carne de horca”, diría Isaac Parker, juez que condenó a la soga a más de 300 personas, cuando estalló la Guerra de Secesión, en el siglo XIX. 

Lo mejor entonces es no fanatizarse y evitar discutir porque el amigo, socio, compañero, o pariente puede comprometer intereses personales-partidarios, y no conviene, por lo tanto, mover el avispero: ani hagua jaiko vai. Así las cosas, ¡de política, no se hable!

* Su majestad, el fútbol. Afortunadamente, hablar de fútbol requiere ínfimo gramo de materia gris. Patear un balón e introducir al arco, por habilidad o chiripa, no gasta neuronas. Pero, ¡oh paradoja!...un partido amistoso puede derivar en "velorio". La experiencia nos grita que familias enteras viven “despelotadas” por causa de la pelota.

Estoy de acuerdo con el fútbol deporte que une y reúne a para una gran fiesta. No con ese fútbol mercantil e idiotizante que estupidiza a la gente y lo hace miserable. ¿Cómo se explica que hermanos de sangre enluten su casa por culpa de la pelota?. Luego, ¡de fútbol no se hable!

Nuestro silencio  en temas de religión, política y fútbol, se debe a la incapacidad de discutir con tino y respeto esos temas. Disparamos ideas infantiles que nos llevan a malentendidos, peleas y muerte, porque ideas y opiniones priman sobre las personas. ¡Lamentable!

Somos incapaces de sostener nuestras ideas, sin herir sentimientos. Como no sabemos dialogar, debatir, ofendemos, porque no estamos acostumbrados a defender con altura nuestras creencias. Hemos desarrollado, como sociedad, un infantilismo en temas religiosos, políticos y peloteriles, afirma Antonio Maza Pereda.

Sepultemos el erróneo dicho: “No estoy de acuerdo contigo, pero respeto tus ideas”. Esto es muy tonto, porque hay ideas que son reprobables: las personas son dignas de respeto, por sobre las ideas, pues, las ideas nacen de las personas, luego, las personas, son más importantes que las ideas. Si así lo entendemos, habrá tolerancia y las relaciones interpersonales serán sabrosas.

Quizá, por ello, la psicóloga Valeria Sabater dice: “en ocasiones quien guarda silencio ante la crítica, la envidia o la provocación, no es por falta de argumentos ni valentía. Lo que ocurre es que cuando la ignorancia habla, la inteligencia calla, ríe y se aleja”.... ¿Qué decir..qué hacer?

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