viernes, 26 de abril de 2013

HOMBRE MATERIALISTA HOY......


                                                                            ¿Esclavo o Libre?

Hoy se habla hasta el hartazgo de libertad, verdad, tolerancia y demás “ingredientes” de los derechos humanos. Antes de las recientes elecciones generales en nuestro país, políticos de todos los colores nos han bombardeado con deslumbrantes promesas de vida en un “paraíso” de seguridad, salud y educación.

Todos aceptamos, valoramos y esperamos el cumplimiento de tales promesas. Por consiguiente, una vez más nos “instalan” mucha esperanza. Esperanza en la honestidad y patriotismo de funcionarios públicos del nuevo gobierno - entiéndase ciudadanos de “primera”, (aunque no tan nuevo por el “rekutú” de figuras muy rechazadas) - no sean, otra vez, más de lo mismo.

Mientras tanto, podríamos orientar nuestra mirada hacia el hombre común o de “segunda” (sin acceso a vehículo, combustible, teléfono y otros  privilegios gratis) que ha levantado un altar a los ídolos del dinero, el sexo, el poder y la tecnología. En este culto de adoración el hombre hoy - acaso más que nunca – corre tras la felicidad sin conseguirla.

Si queremos un mundo mejor, debemos hacer y ser mejores hombres. Para cambiar el mundo no basta cambiar las estructuras solamente. Es cierto que años de padecimientos y graves injusticias en nuestro empobrecido país, se lo debemos a las autoridades que ni cumplen, ni hacen cumplir con lo prometido en campaña electoral.

Pero al hombre común no le es lícito vivir acusando y atribuyendo todos los males a la estructura, auto-perdonándose errores personales, porque está demasiado ocupado en participar de la loca carrera del tener más y en el menor tiempo posible, muchas veces, no interesando los medios para conseguirlos. Porque será como el perro que corre tras el conejo sin alcanzarlo nunca o, como el hombre que corre tras su sombra, sin alcanzarla jamás.

La solución, sin dejar de lado la naturaleza (ciencia, tecnología, dinero, poder, etc) radica en volverse a lo Trascendente. Recuperar la amistad con Dios es reconstruir familia, formar temprana conciencia, cultivar el respeto al semejante y al bien común, liberar al hombre – joven y no tan joven - de tanta borrachera posmoderna, droga, prostitución y demás actividades que nos convierten en banda de ladrones, prepotentes patoteros entre otras “lindezas” de las cuales muchos, estúpidamente se jactan.

Cuenta el P. Jorge Loring en Para Salvarte p. 373: Después de la Primera Guerra Mundial, uno de los escritores más célebres de Italia, Giovanni Papini, que había sido ateo, anarquista y anticatólico se convirtió al catolicismo. En su “Historia de Cristo” describe un mundo moderno idolatrando al dinero, la inmoralidad y el Egoísmo. Es una muestra de que, se puede si se quiere. Entonces, sólo hagamos nuestra parte...y podremos exigir a la contraparte.

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