martes, 2 de noviembre de 2010

YO VIOLO, NOSOTROS VIOLAMOS, ELLOS NOS VIOLAN

¡Nuestras costumbres....!
No es menester ahondar en las bondades y virtudes de nuestro hermoso país. Pero es necesario señalar una y otra vez “algunas debilidades” que nos esclavizan. 

Uno de esos vicios socialmente aceptado es: la permanente violación de normas de convivencia humana. Pareciera que la habitualidad con que violamos reglas - desde las más “inocentes” hasta las más pesadas - ya no nos parecen reprochables. 
Estas perlas que “adornan” nuestra cotidiana conducta ciudadana, alimentados por el combustible de la arrogancia, prepotencia e ignorancia, entre otras, son:

* Estacionar en medio de la vereda... el peatón, que se "arregle" sobre la calzada
* Convertir veredas en negocios, talleres, etc., en ruta de motocicletas o de automóviles ..
* Chatear por celular mientras se conduce cualquier tipo de rodado, de 2 o 4 ruedas.....
*  Conducir lento por el carril izquierdo, dificultando aun más el caótico tránsito....
* Conducir alcoholizado, no usar el cinturón de seguridad y, orinar en la calle....
 * Comentar - sin ruborizarse - haber conseguido-comprado la licencia de conducir. ...        
* Arrojar desperdicios a la calle o en patios baldíos....
* Torturar al prójimo frente a escuelas, hospitales, residencias con polución sonora..  
* Torturar a vecinos con humo y nauseabundo olor provocado  por quema de basura.
 *  Imprudentes maniobras y velocidad de conductores de trasporte-aéreo-escolar.
Familia entera “cabalga” sobre una motocicleta, ante la mirada de nuestras autoridades,   y no pasa absolutamente nada. Es decir, los violadores se sienten impunes porque saben   que no serán importunados. Y la larga lista de etcéteras, puede seguir....

Esta fauna de violadores comparte morada con el desorden establecido, por complicidad o incompetencia de autoridades, sean estas judiciales, policiales, administrativas. Así vemos por ejemplo, policías sin casco, conduciendo motocicletas, sin chapa y ¡no pasa nada!.  

Nuestra galería de violadores también componen muchos profesores -poseedores de carretillada de diplomas– que no pueden negar su baja catadura ética. Malos funcionarios públicos fagocitadores del erario público; religiosos y laicos de doble moral, así como mujeres y varones conduciendo su rodado con criatura en su regazo. No pocos referentes políticos tienen deuda con la justicia....

¿Cuándo dejaremos de chapotear en el fango de nuestra chatura cívica?

Como estamos en "democracia", el delito abandonó su lecho privado para tomar impulso y vertiginosa carrera en la sociedad. Y otros males se hicieron "institución". Así las cosas, en esta moderna Babilonia, todo depende "de"..No es de extrañar, por tanto, que violemos y seamos violados "alegremente" en nuestro aletargado y somnoliento país.

Pero, me resisto a conformarme vivir en este caos establecido. Esta descomposición social no tiene la última palabra. Somos dotados de inteligencia y voluntad y por lo mismo, hay  que luchar (no plaguearse solo en las redes sociales) por el cambio que tanto decimos anhelar.Porque, como dice el slogan:  “La Paraguay Jaipotava, Ñandé Mante ja Japota



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