Poner límites es obligación ética.
Siguiendo la costumbre posmoderna, el hijo menor de edad, salió divertirse a medianoche. Está clareando un nuevo día y el chico no vuelve a casa. Pero esta hazaña no es exclusividad de varones, lo mismo ocurre con muchas adolescentes.
¿Causa a los padres alguna preocupación este hecho? O, seguiremos escuchando la “tranquilizadora” expresión: ¡es normal, ahora ko es así nomás luego!
¿Causa a los padres alguna preocupación este hecho? O, seguiremos escuchando la “tranquilizadora” expresión: ¡es normal, ahora ko es así nomás luego!
He tenido la ocasión de cruzarme con dos niñas menores caminando tambaleantes y descalzas por la supercarretera, a las 07:00 de la mañana de un día domingo, con evidentes signos de haber pasado la noche, en una de esas madrigueras tan promocionados para la “diversión”.