martes, 5 de octubre de 2010

ANOREXIA DE LA FE

Advertencia! Este artículo es válido sólo para cristianos inteligentes...!  (I)

Reflexión

Nadie ignora que vivimos en un mundo desprovisto, no solamente de objetos sagrados, sino también privados de signos de Dios. La fe es una frágil plantita azotada por todos los “tsunamis” del mundo actual.

Antiguamente todo funcionaba con referencia expresa a Dios, ya que la mayoría de la gente pertenecía a la Iglesia. En todo caso, sólo variaba su fervor. En el fondo, todos aceptaban la religión con la misma naturalidad que aceptaba la enseñanza de la lengua materna, afirma González-Carvajal en “Ideas y Creencias del Hombre actual”.

En las modernas ciudades, en cambio, la cosa es diferente. En EE.UU. están oficialmente censadas alrededor de 1.200 “religiones”. Y nada digamos hoy del resto de América Latina, donde  cada vez más aparecen grupos de las más variadas denominaciones. El lado positivo de este aspecto es que pudiendo rechazar la fe, puede contribuir a revitalizar a la Iglesia, analizándose ella misma su caminar.

Se habla con insistencia de que cuatro son los pecados contra la fe: la duda, la apostasía, la incredulidad y la herejía.  El problema ya se plantea antes del inicio de este enunciado. Veamos: ¿Qué es pecado para la gente, si mucha gente ya ni tiene idea de pecado?

Es lamentablemente muy poco conocido que hay un nuevo orden mundial  pretendiendo instalar la idea de que los Diez Mandamientos de la Ley de Dios ya no sirven para lograr la armonía entre los hombres, y por consiguiente, los rechazan tajantemente.

Entonces, estos próceres del mundo de las finanzas proponen, mediante una “Reingeniería Social” establecer nuevos paradigmas, dice  Oliveira y Silva, en su libro de bolsillo “El nuevo Orden Mundial”.  Estos cuatro nuevos paradigmas son:

1.      El Desarrollo sustentable.
2.      La Salud.
3.      La perspectiva de Género.
4.      La Carta de la Tierra.

Así presentado el nuevo esquema, suena a idealismo humanitario elevado, pues ¿qué de malo hay en estos nuevos modelos para lograr la felicidad del mundo? Luego, ¿Para qué necesitamos de la fe? Y ¿qué provecho ofrece la fe para estas nuevas propuestas? Sin embargo, estas “inocentes ideas” están disfrazadas de grandes mentiras. (
Solicitaré al Dr. Oliveira autorización para comentar retazos de su obra, en mis siguientes artículos a los efectos de no quedar en deuda con mis pacientes lectores).

Por tanto, no es raro que transitemos alegremente por las anchas avenidas de conductas reprochables, pues no habiendo reglas morales que reorienten nuestro descarrío, todo es permitido según la vieja sentencia del torcido derecho: “lo que no está prohibido, permitido está
Así las cosas, no es de extrañar que nos volvamos bulímicos al consumir tanta basura. Los gerentes del hedonismo sin freno, no ahorran esfuerzos para hacernos creer que cuanto más tenemos, más próximos de la ansiada felicidad estamos. Así gana espacio el combo de <el amor libre, el alcohol sin medidas, la libertad a “mi manera” y otras lindezas de nuestro mundo posmoderno> constituyendo una brújula que nortea  todos los aspectos de nuestra vida.

No es prudente olvidar que somos seres transbiológicos. Superamos la materia, no estamos condenados a convertirnos en alimentos de gusanos. Somos carne espiritual y espíritu encarnado. Además de satisfacer nuestros deseos terrenales, es de vital importancia ocuparnos de nuestra realidad espiritual. La anorexia de la fe tendrá catastrófica consecuencia para nuestro futuro eterno. ¡Quien pueda entenderlo... lo entienda!


No hay comentarios:

Publicar un comentario