lunes, 7 de octubre de 2024

¡DIOS MÍO! ... ¿Por qué sufrimos?

 La biblia dice que Dios es amor y bendición para quienes confían en Él. Dios nos ama, bendice, provee, sana, libera, salva, trae plenitud, protege. Pero, ¿Por qué sufrimos? 

Hace falta entender que el motivo básico del sufrimiento es el pecado. Desde aquel “fatal error gastronómico”, ocurrido en el paraíso (desobediencia al comer del fruto prohibido). Así, enfermedad, traición, dolor, injusticia, y la muerte seguirán siendo parte de esta humanidad. 

El sentido del sufrimiento es hacer el bien al que sufre. “No nos está permitido “pasar de largo”, con indiferencia. sino que debemos “pararnos” junto a Él. (Juan Pablo II).

Enfermedad, sufrimiento y dolor, es un combo de males que acompaña al humano durante toda su vida. Producen angustia, depresión, rebeldía, contra todos y contra Dios. Indican impotencia, límite, finitud. Y anuncian su destino final: La muerte.

¿Por qué sufrimos? ¿Se puede ser feliz sufriendo? Veamos: La mutilación de un miembro o la muerte en una ruta: ¿A quién culpar … a la borrachera de otros…a la mía… al pavimento? ¿Qué tiene algo que ver Dios en el suceso?

Algo propio en el ser humano es el castigo por el pecado. Preguntamos: ¿Por qué a mí? ¿Qué hice? “Todos nacemos hambrientos, necesitados y con tendencias al mal”. Muchas conductas tan nuestra-ñane mba é- son causas de sufrimientos. Algunos ejemplos: 

*Se pisotean derechos ajenos. En vez de reconocer las faltas, groseramente se amenaza. Se roban el puesto de los demás en la fila. Se molestan con polución sonora… 

*Choferes varones y mujeres cierran el paso a otros. Estacionan el espacio peatonal atropellando sus derechos. 

*Arrojan cloacas y basura a la calle, lo mismo hacen desde sus vehículos sin sonrojarse. El caradura, tová atá, dirá: “Para eso están los barrenderos”. No faltan quienes largan a sus perros a la calle…Estos deben estar en casa y bien cuidados. 

*Ocupan las veredas, exponiendo la vida del peatón, obligado a transitar por la calzada. Y tantas violaciones más, propias de este maximísero y errante país, copado por ignorantes, matones y prepotentes -mbareté pokaré. 

Con razón dice Carlos Díaz Hernández: “El humano de hoy es un animal enfermo, etimológicamente hablando (in-firmis, no firme): camina con un pie más corto que otro, hipertrofia su brazo tecnita a costa de la bella alma de santo: una especie en pañales en su desarrollo moral. 

Respetar es ponerse en lugar del otro, saber que puedo lastimarlo; que debo respetar normas. Si deseo ayudar para una mejor sociedad, debo evaluarme y avanzar en ese proceso de ser menos irracional, es decir, menos “bestia”.

Vivimos en sociedad. Es hora de corregirnos los unos a los otros: caso contrario lloraremos cuando unos “desubicados abortos sociales” nos hagan sufrir. Lloraremos como rebaño lo que no hemos sabido defender como personas libres y solidarias. 

Este tipo de gentuza provoca dolor debido a su amasado embrutecimiento. Así la gente sana, comencemos a hacer el bien para no seguir diciendo inútilmente: “Es preciso que todo cambie para que todo continúe”. ¡Ta upéicha!

martes, 1 de octubre de 2024

¿HOMBRE O MACHO?

 
Dice Juan Sebastián Barriga Ossa: Es difícil ser hombre. Desde que nacemos nos hacen creer que es fácil. Pero no, es jodido, tan jodido que pocos realmente se atreven a enfrentar su masculinidad ¿No me cree? Pónganse a pensar en lo que le enseñaron de chiquito. 

A ser el más fuerte, a ganar todas las peleas, a poseer a todas las mujeres, a proveer, a mantener, a siempre tener valor, a verse como hombre, a hacer cosas de hombre, a no necesitar ayuda. Pero cuando no pudo cumplir con esto ¿qué sintió?, tal vez miedo o confusión, o más bien debilidad.  

En décadas pasadas, a los varones nos enseñaron a no ser débiles, porque, cuando nos sentimos débiles no sabemos qué hacer. Muchas veces, esa incapacidad de controlar nuestros sentimientos se convierte en frustración, en rabia y sobre todo en violencia. 

Preguntemos: ¿Cuándo no pudimos cumplir con el rol de macho? ¿Cuándo la presión pudo más que su voluntad, cómo actué? ¿Cuándo fue la última vez que pude llorar? 

No es fácil ser hombre porque siempre estamos en una competencia, siempre tenemos que vencer o conquistar y cuando no podemos… nos dicen que está bien tomar, poseer, arrebatar, imponer. Abusar.  

José Manuel Hernández psicólogo, trabaja con hombres abusadores, dice: "cuando nacemos, a los hombres nos repiten una serie de conductas: que debemos ser fuertes, que un hombre no llora, etc". 

Estos ideales o modelos son una especie de libretos que tenemos que cumplir en nuestras vidas para ser aceptados en la sociedad como hombres y suelen ser imposiciones creadas por el sistema patriarcal.

Un macho nace, pero solo un ser humano maduro puede ser hombre”, dice un dicho. “Ser macho no es más que una cualidad del hombre. Un hombre es el que se esfuerza por demostrar sus emociones, que se hace cargo de sus acciones y respeta a la mujer”. 

Según la Organización Mundial de la Salud, el 12,6 por cada 100.000 hombres se quitan la vida en comparación a 5,4 por cada 100.000 mujeres, o sea el doble.  

Esto ocurre porque la mayoría de los hombres no expresan sus sentimientos sumado a la presión social de ser proveedores y cabezas del hogar. Genera un cúmulo de frustración que explota de algún modo. 

Algunos no aguantan y deciden quitarse la vida y otros descargan su desconsuelo contra las que creen más “débiles”, que son de “confianza” o que dominan, como a su familia. Luego, seamos hombres y no machos. Somos creados a imagen y semejanza de Dios, que no es poca cosa. ¡Ta upéicha!

jueves, 26 de septiembre de 2024

RELATIVISMO MORAL

 
Dice Adolfo J. Castañeda: “El relativismo consiste en que la verdad de todo conocimiento o principio moral depende de las opiniones o circunstancias de las personas. Como las opiniones y las circunstancias son cambiantes, ningún conocimiento o principio moral, según esta postura, es objetivo o universal”. 

Es decir, el relativismo afirma que ningún conocimiento o principio moral es verdadero independientemente de las opiniones de las personas o de sus circunstancias, ni tampoco, por esa misma razón, es válido para todos en todo tiempo y lugar. 

En realidad, el relativismo, en cuanto al conocimiento de la realidad en general, es agnosticismo (niega, o pone en duda, la capacidad del ser humano de conocer la verdad real, objetiva; y, en cuanto al conocimiento de lo moral, en individualismo o subjetivismo).

Una de ellas es el considerar que todas las opiniones morales tienen la misma validez, sin importar que algunas de ellas sean contrarias entre sí. El relativismo moral odia a las jerarquías de las ideas. 

El relativismo moral o ético da igual valor, legitimidad, importancia y peso a las opiniones morales y éticas sin importar de quién, cómo, cuándo y dónde se expresen; por tanto, las opiniones morales o éticas, que pueden variar de persona a persona, son igualmente válidas y ninguna opinión de “lo bueno y lo malo”. 

Algunos afirman que situaciones cambiantes hacen cambios en la moralidad – en situaciones diferentes, diversos actos podrían ser calificados como incorrectos en otras situaciones. Pero hay tres cosas por las cuales debemos juzgar una acción: la situación, el acto, y la intención. 

Dice A. Milagro: “Dios te dio cabeza, manos y corazón: cabeza para pensar, manos para obrar, corazón para sentir. Necesitas de las tres cosas; no pretendas desprenderte de ninguna de ellas, pues quedarías incompleto, imperfecto: no serías hombre. 

No puedes prescindir de la cabeza, porque tus obras serían imprudentes y podrían llevarte al fracaso; no puedes prescindir de las obras, pues, de lo contrario, tus pensamientos serían estériles e infecundos; no puedes olvidarte del corazón, pues tus pensamientos y tus obras resultarían muy fríos y por lo mismo no serían humanos. 

Ni cabeza sin manos y sin corazón; ni manos sin pensamientos y sin corazón; ni corazón sin ideas y obras. La cabeza, para pensar; las manos, para obrar; el corazón, para sentir. Y pensando, obrando y sintiendo llegarás a ser íntegramente hombre. 

“Mejor es refugiarse en Dios, que confiar en el hombre” (Sal 118, 8). “Líbrame del hombre malo y del violento guárdame” (Sal 140, 2 ss) ¡Ta upéicha!

viernes, 20 de septiembre de 2024

AMAR LA VERDAD ... ¡Condición previa de la Educación!

 
¿Qué es la verdad?” preguntó Pilato a Jesús, cuando lo llevaron ante él declarando: “Yo … para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” (Jn 18:37). 

Educar en la verdad es vital misión de los educadores, es decir, distinguir lo verdadero y lo falso. Cuando lo que se busca es la verdad, se busca el bien. La verdad y el bien se favorecen y se fortalecen mutuamente. Luego, la verdad es un principio básico de la educación. Buscar la verdad y el bien son una misma búsqueda. Un conocido cuento dice: 

“Cierto día la Belleza y la Fealdad decidieron bañarse. Después de un rato, salió del agua la Fealdad, se vistió con la ropa de la Belleza y se fue. Luego la Belleza, al no encontrar su ropa, se puso los vestidos de la Fealdad. 

Desde entonces, muchos seres humanos las confunden. Pero hay personas inteligentes que se fijan mejor, ven las obras y el rostro de una y otra, y las reconocen, sin dejarse engañar por los ropajes de cada una”. 

Dice A. Milagro. “Muchas veces nos preguntamos qué es la vida, y sobre todo nos inquieta el saber para qué es la vida. Porque es muy triste estar en una sala de espera, sin esperar nada, vivir porque se tiene vida, pero sin hacer nada en fa vida, sin esperar nada de la vida, sin darle un sentido a la vida; una vida inútil es una muerte prematura. 

Vive de tal manera, que cuando mueras no te avergüences de haber vivido; al contrario, que estés satisfecho de haber vivido tal como viviste. La vida no es placer, la vida no es comodidad, la vida no es diversión, la vida no es turismo, la vida no es dinero, la vida no es confort; la vida tiene todo eso, pero la vida no es eso. 

Como tampoco la vida no es dolor, la vida no es lágrimas y llanto, la vida no es sufrimiento y pesadumbre, la vida no son problemas y angustias... la vida tiene todo eso, pero la vida tampoco es eso, precisamente. La vida es cumplimiento del deber, llenar un puesto, cumplir una misión, contribuir al bienestar de los de más: eso es vivir. 

“En la senda de la justicia está la vida; el camino de los rencorosos lleva a la muerte” (Proverbios, 12, 28). “Vosotros, que no sabéis qué será de vuestra vida el día de mañana. Sois vapor” que aparece un momento y después desaparece” (Sant, 4, 14). 

jueves, 19 de septiembre de 2024

EVANGELIZAR.... “Por medio de las emisoras”

 


Evangelizar es el acto de anunciar y pregonar el evangelio de Jesús, es decir, de difundir el cristianismo. Luego, evangelizar es tarea necesaria de todo bautizado. Por lo tanto, la evangelización es una función de los que creen en Cristo​, dice Eleuterio Fernández G). 

Predica el mensaje, insiste cuando sea oportuno y aun cuando no lo sea. Convence, reprende y anima, enseña con toda paciencia. Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina”.  (Timoteo 4-2) 

Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por la picazón de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a los mitos y mentiras. 

“Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio” (Timoteo 4-5) 

En la 2ª Carta a Timoteo, versículos 2 y 5 capítulo 4, el apóstol Pablo dijo que existe algo sobre lo que no podemos hacer: postergar lo que nos corresponde evangelizar. En tiempos de tribulación, y persecución de la Iglesia y de sus fieles, es aún, más necesaria. 

Cuando concluía el Gran Jubileo del año 2000, Juan Pablo II regaló al mundo la Carta Apostólica: “Al comienzo del nuevo milenio”. Así, en orden a la importancia de la evangelización decía lo siguiente: 

Repito la “llamada” a la nueva evangelización ... hace falta reavivar en nosotros el ardor de la predicación apostólica de Pentecostés. Porque: ¡ay de mí si no predicara el Evangelio! (1 Co 9,16). 

Lo mundano nos propone dejar la doctrina de la Iglesia; hace que nuestra fe se aleje de la Verdad, para que vivamos de acuerdo con el mundo que quiere romper con la Tradición y hacer, incluso, burla del Magisterio de la Iglesia. 

Todo lo bueno y mejor está en la evangelización: la vida eterna. Y por eso, evangelizar a tiempo y a destiempo es una obligación de todo discípulo de Cristo. ¡Ta upéicha!

jueves, 12 de septiembre de 2024

EL MODERNISMO … ¿Es bueno o malo?

 
Dice el escritor español Javier de Navascués: “En la Iglesia siempre encontraremos límpida la sana y perenne doctrina, muy beneficiosa y saludable para nuestra alma. No estemos ávidos de novedades, que son un veneno mortal”. 

Buscar otras “verdades” fuera de la Iglesia es locura y necedad, como también lo es dejarse embaucar por la teología moderna, apestada de herejías. A este respecto afirmaba Gregorio XVI en la Encíclica “Singularis Nos”: 

Es muy deplorable hasta qué punto vayan a parar los delirios de la razón humana cuando uno está sediento de novedades que se esfuerza por saber más de lo que conviene saber, imaginando, con excesiva confianza en sí mismo, que se debe buscar la verdad fuera de la Iglesia católica …”. 

El P. Antonio Gómez Mir, párroco de San Jordi de Barcelona y capellán de Hispania Martyr nos explica el modernismo y sus causas desde su raíz, así como las principales condenas del Magisterio de la Iglesia. 

¿Qué entendemos por modernismo y cuáles son las notas que lo definen? El modernismo es una crisis del pensamiento católico que se manifestó a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, que pretendía conciliar la fe con algunos principios de la “filosofía moderna” y con ciertas teorías de la crítica histórica. 

Las notas principales que lo definen son: agnosticismo y sentimentalismo, heredado del protestantismo liberal y la exaltación humanista. Para entender su desarrollo habría que retrotraerse a Lutero, o incluso a Erasmo de Rotterdam, que bien podría ser el primer modernista, el primer demócrata cristiano. 

¿Qué dice el posmodernismo sobre Dios? La religión posmoderna considera que no existen verdades ni leyes religiosas universales, sino que, la realidad está determinada por las circunstancias sociales, históricas y culturales según el individuo, el lugar y/o el tiempo. 

 “Lamentablemente, millones de personas siguen construyendo su visión en base a la fe, muchas veces imponiéndose con violencia frente a los demás que no comparten esas ideas. Dios ya no es necesario”. 

La religión puede interpretar lo que quiera, pero en la mayoría de los casos caerá en el error si intenta imponer la visión irracional a la realidad del mundo (…) El mayor logro de la especie humana, es la capacidad intelectual alcanzada hoy día.

El triunfo rotundo de la razón humana, como señala Hawking, puede ser vanagloriado con la extensión del pensamiento crítico y la sepultura de los dogmas. Es tiempo de no temer a la ciencia y olvidar a la religión. (Diario Abc color 05.09.2010) 

En claro desacuerdo con este escriba, respondo con lo escrito por el P. Jorge Loring: Dice Charles Robert Darwin al final de su libro Origen de las Especies -1859: “Es grandioso el espectáculo de las fuerzas variadas de la vida que Dios infundió en los seres creados haciéndose desarrollarse en forma cada vez más bellas y admirables 

Dijo el Premio Nobel de Medicina John C. Eccles, en el prólogo de “Las Fronteras del Evolucionismo”: “Cada alma es una nueva creación divina”. 

martes, 10 de septiembre de 2024

NO HAY “DERECHO” A EQUIVOCARSE

 

Con harta frecuencia se oye decir: “Todos tenemos derecho a equivocarnos, a cometer cualquier tipo de error o tomar decisiones erróneas. ¡Somos personas y como tales nos equivocamos! 

Y es verdad que nos equivocamos. Pero, es engaño decir tener derecho a equivocarnos. Por consiguiente, la fórmula: el hombre tiene «dere­cho a equivocarse» es ignorancia; mala fe o ambas cosas, porque nadie tiene «derecho» a cometer error. 

Tenemos “derecho” a ser com­prendidos por nuestras faltas, a ser aceptados con nuestros errores, a ser perdonados por nuestras estupideces, a ser reconocidos como seres que inevitablemente pecamos… setenta veces siete. 

Nos equivocamos por ignorancia, sin querer o queriéndolo… ¡No por derecho! Quien mata a su mamá lo hace por rabia, locura, venganza, accidente… nunca será por “derecho”, porque, nadie tiene derecho al desatino, al error.

Ya Sócrates decía: “Quien pregunta si es licito pegar a la madre…no merece explicación, sino azote 

Una cosa es aprender de los errores para no volver a cometerlos y otra muy diferente, es decir, “errar es humano”, y por eso nos equivocarnos. No falta quien diga: “equivocándote es como aprendes. No es verdad, aprendes cuando ya no te equivocas. 

Si insistimos en la idea de que todos tienen el derecho de equivocarse, es que, definitivamente, viviremos en el error. Una cosa es decir que el que se equivoca de buena fe no debe ser castigado y otra, sostener que la equivocación es algo loable. 

Un ejemplo: Si alguien afirmara que Ciudad del Este es la capital de Francia, le diríamos que está equivocado, y si no lo convenciéramos, pensaríamos que anda mal de la cabeza. Nadie tiene “derecho” a equivocarse. La imposición de una mayoría, no siempre es lo correcto. 

Un ejemplo: Así se abren dos caminos en un colegiado: uno, autoritario que impone una mayoría y salva a los colegas de las garras de la justicia y se excomulga a la minoría. Y otro, permisivo, que balbucea “abstención” … 

Dirá Ricardo A. Guibourg, Director de Filosofía del Derecho de la UBA: “No hay, pues, derecho a equivocarse, sino dificultad para demostrar quién se equivoca. 

Como no se “cambiar a los médicos por curanderos, sería absurdo dar pie a proyectos políticos científicamente descabellados”. Conclusión: nos equivocamos por ignorancia o por sinvergüenza. Errar es humano. Pero nadie tiene derecho a matar o decidir sobre la vida de otro ser humano 

lunes, 9 de septiembre de 2024

¡AMISTAD! … ¿Palabra devaluada?

 
Afirma el escritor José A. Veiga: “La palabra amistad se está devaluando. No cabe duda, la usamos con una facilidad asombrosa, se la ponemos a personas que conocemos y en un periodo de tiempo muy reducido ya le llamamos amigo. 

Y no me refiero solo a los amigos de las redes sociales, muchos de los cuales no conocemos físicamente, nunca les abrazamos, ni sabemos cómo miran ni como sonríen, pero son amigos. Presumimos de tener cientos o miles de ellos y parece que quien no tiene el número más alto es un mindundi en esto de la amistad.  

Quiero hablar de AMISTAD en mayúsculas, con personas que saben que podemos contar con ellas en lo bueno, pero sobre todo en los momentos malos, cuando nos encontramos en apuros y deseamos o necesitamos esos ojos amigos que nos entienden, esos oídos que nos escuchan y esas manos que con un simple roce nos tranquiliza. 

En días de alegrías, de situaciones donde todo es Paz y felicidad, están todos, los AMIGOS y los amigos. A mis alumnos les digo que una vez leí un proverbio que decía algo así: “Cuando encuentres un amigo por cada letra de la palabra amistad, grábalo con letras de oro y guárdalo cerca de tu corazón” …

¿Qué buscamos en una persona para considerarla AMIGO? Enumera las características que crees que debería tener tu amigo ideal, una vez que las hayas escrito, piensa si tú las tienes, para poder ofrecérselas a esa persona. Porque muchas veces pedimos o exigimos algo que nosotros no podemos dar, algo que carecemos (…).

Como dice la frase “La amistad no tiene precio” La verdadera AMISTAD no tiene precio, pero la amistad que vemos en la actualidad está rebajada, tanto que cuando conseguimos lo que deseamos de esa persona ya no nos sirve y cambiamos de “amigos” (Eclesiástico 6:5-7) 

La verdadera amistad. “La conversación agradable atrae muchos amigos, y al que habla amablemente todos lo saludan. Que sean muchos tus amigos, pero amigo íntimo sólo uno entre mil. Si consigues un amigo, ponlo a prueba; no confíes demasiado pronto en él”. (Eclesiástico 6:5-7)

Una moderna y atractiva narrativa de la amistad hoy es: La de amigos con derecho” amistad con derecho a roce -llamado popularmente como amigos con derechos -es una simple y llana relación sexual. Según ciertos expertos, las reglas para ser amigos con derechos son:

Menos charla y disfrutar. Estar bien con uno mismo. No es amor. No hacer reclamos. No llevar problemas. Que sea alguien emocionalmente estable. Manejarse con cuidado. Tiene final. No hay que olvidar que es algo pasajero y depende de ambos cuánto se prolonga.

jueves, 5 de septiembre de 2024

SER SANTO HOY… ¿Es posible?

El Papa Francisco dice que, hoy también, todos los cristianos están llamados a ser santos. Se refiere a la santidad ordinaria –a la santidad que llama de la “puerta de al lado”– para mostrar que no es un objetivo inalcanzable o exclusivo de algunos. (Aciprensa)

Con la ayuda de la gracia, todo cristiano puede vivir con amor y ofrecer “el propio testimonio en las tareas de cada día, allí donde cada uno se encuentra”, como se lee en el primer capítulo del documento.

Son santos los padres que, con esfuerzo, crían a sus hijos; aquellos que afrontan la enfermedad o el sufrimiento con espíritu cristiano; quienes se compadecen del pobre y del necesitado; los que superan la tentación de la murmuración…

A lo largo de toda la exhortación apostólica, el Papa ofrece ejemplos cotidianos y sencillos que muestran las oportunidades que el día a día ofrece para identificarse con Cristo y “construir, con él, ese reino de amor, justicia y paz para todos”.

Los enemigos de la santidad. En el documento Gaudete et exsultate denuncia dos “falsificaciones de la santidad”: el gnosticismo y el pelagianismo, tendencias que, cada una a su modo, esclerotizan el dinamismo de la vida cristiana, lo encorsetan y olvida lo esencial.

“Solamente a partir del don de Dios, libre y humildemente recibido, podemos cooperar con nuestros esfuerzos para dejarnos transformar más y más”. Lo testimonia la vida de los santos. Es más: precisamente nuestra falta de confianza en la gracia es lo que “impide que Dios actúe en nosotros”.

Ese falso camino de santidad se traduce en “una autocomplacencia egocéntrica” que somete la vida de la gracia a las “estructuras humanas” y así fosiliza los impulsos del Espíritu y empobrece la fe y la vida cristiana.

Pero ¿cómo alcanzar la santidad? La clave está en las bienaventuranzas: “En ellas se dibuja el rostro del Maestro, que estamos llamados a transparentar en lo cotidiano de nuestras vidas”. Nos anima a vivirlas con plenitud, pues  “santidad no puede entenderse ni vivirse al margen de estas exigencias, a ser testigos de Cristo”.

Testigo es el que testifica, el que da fe de algo o de alguien; es afirmar la veracidad y la rectitud de algo o de alguien, comprometer la propia palabra y la vida por defender a esa persona o a esa posición. Todos debemos ser testigos de la verdad y del bien; en todas partes debemos dar testimonio de la verdad y del bien.

Siendo testigos, estamos dispuestos a dar la cara por la verdad; aunque ello suponga incomodidades, pérdida de ciertas conveniencias, ya que por encima de todo eso, debemos ser testigos de la verdad y del bien.  Cristo es la Verdad y el Bien. ¡Ser santos hoy, es posible, aunque no es fácil! Un ejemplo:

Carlo Acutis, de 15 años y aficionado programador de informática, documentaba milagros y apariciones marianas aprobadas en todo el mundo, y subía toda esa información en un sitio web que creó antes de  morir por leucemia, demuestra que ser santo hoy, es posible” ¡Ta upéicha!

jueves, 29 de agosto de 2024

IGLESIA Y POLÍTICA: ¡Cuestiones de antes y ahora!

 
Se dice una y otra vez -en el verdadero sentido de la palabra- que política es el conjunto de verdades teóricas y prácticas que conciernen a la sociedad civil y al Estado. Es decir, a verdades que se refieren a la sociedad y al fin para el cual ha sido constituida. 

Política, según algunos Papas, es el acto más sublime de ejercitar la caridad, habida cuenta que ella se realiza para el logro del bien común. 

Pero también tiene un sentido ofensivo, entendiéndose por política, la lucha entre partidos políticos y adherentes: intrigas, calumnias y demás perlas de las cuales hace gala una mayoría de nuestra fauna política-partidaria. 

La Iglesia no tiene la misión de hacer política. No se ocupa de cuestiones de técnica política: en la formación del gobierno, en la elección de autoridades, etc. Estas dependen solo de la libre elección de los ciudadanos. 

Pero tiene la doble misión de recordar los valores de orden moral que guían la actividad humana y señalar a sus hijos, dónde está el deber moral y en qué condiciones deben cumplirlo. (J. Verdier, Cardenal de París). 

Luego, la Iglesia no está fuera, sino por encima de los partidos, en el sentido de que las acciones de los políticos, siendo actos humanos, deben orientarse hacia su último fin, que es el bien común de la gente que vive en la “polis”. 

Entonces, si un político se dice cristiano, sus acciones deben guiarse por actitudes cristianas: solidaridad, respeto, responsabilidad, honestidad y demás virtudes propias de quien se dice o hace llamar cristiano. Es una deducción lógica que no admite discusión. 

Se equivocan quienes quieren arrinconar a la Iglesia en sus templos, como afirmara Juan Pablo II, más aún si quienes pretenden tal despropósito, se declaran seguidores de Cristo. ¿No es tal pretensión un colosal disparate? 

En nuestra fauna casi el 90% de los políticos se declara cristiano y muchos sin empacho, ensayan grotescamente ciertos pasajes bíblicos; pero sus actos gritan que se deleitan en su soberbia y acaban sintiendo temor y asco por la excelencia de la verdad. ¡Grave problema ético! 

Las conciencias pueden estar averiadas, ya que “Somos muy aficionados a decir que buscamos la verdad, pero muy reacios a aceptarla” (E. Gilson filósofo e historiador francés). Amar la verdad es la primera condición para conocerla en profundidad. 

¿Cuántos de nuestros tribunos-políticos conocen la verdad? Por ello, la Iglesia tiene mucho que decir a los políticos y demás autoridades que tienen la gran misión de gobernar un pueblo. Al fin y al cabo, todos somos iglesia, es decir, parte del cuerpo místico de Cristo. 

El que pueda entender esta verdad, que lo entienda. Será de mucho provecho personal como también para la comunidad a la cual dice servir. ¡Ta upéicha!

viernes, 16 de agosto de 2024

NO HAY MAL ... ¡Que por bien no venga!

 

No hay mal que por bien no venga. Dicen que este refrán es enseñanza que transmite una visión optimista de la realidad, ya que de una dificultad se puede lograr algo bueno o favorable.   

Se lee en el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica: La fe nos da la certeza de que Dios no permitiría el mal si no hiciera salir el bien del mal mismo, por caminos que nosotros sólo conoceremos plenamente en la vida eterna. Todas las cosas tienen “pros y contras”. 

El P. Jorge Loring agrega: “Hay sufrimientos que Dios no los quiere. Porque son consecuencia de pecados. Por ejemplo, las víctimas del terrorismo. Pero otros sufrimientos entran en los planes de Dios. Por ejemplo, las víctimas de un terremoto. Son dolores consecuencia de las leyes de la naturaleza”.

El mundo que Dios hizo tiene muchas cosas buenas, pero a veces ocurren desgracias que no comprendemos. Sería absurdo querer entender a Dios al modo humano. Dios tiene su Providencia que a veces no entendemos: lo mismo que las hormigas no entienden el juego del ajedrez y no saben por qué se mueve una pieza u otra.

Es lógico que el hombre no siempre entienda el proceder del Todopoderoso Dios. Nos debe bastar saber que Dios es Padre y permite el sufrimiento para nuestro bien. Por eso deja actuar las leyes de la naturaleza y la libertad de los hombres.
 

Para los hombres el sufrir es un mal; pero no así para Dios, que redime al mundo por el sufrimiento. Si el sufrir fuera malo, Cristo no hubiera sufrido ni hubiera hecho sufrir a su madre. Esto, aun así, no impide que nosotros procuremos aplacar el dolor con los medios que Dios pone a nuestro alcance.

Pero, también hay que valorar la mortificación voluntaria y la penitencia. El sacrificio siempre fue una práctica frecuente en toda la Historia de la Iglesia. Las aflicciones o mortificaciones deben tener una cierta continuidad. No se trata de hacer un gran sacrificio un día, para luego descansar una temporada. Hay muchos modos de hacer pequeñas mortificaciones.
 

Sufrimiento es una actitud pasiva o activa frente a un mal, o mejor, frente a la ausencia de un bien que se debiera tener. “El hombre sufre a causa del mal, que es una cierta falta, limitación o distorsión del bien. Se puede decir que el hombre sufre a causa de un bien del que él no participa” (Juan Pablo II). 

Por consiguiente, valido es el proverbio No hay mal…que por bien no venga”.

viernes, 9 de agosto de 2024

PIENSO... luego, estorbo.

Al “pienso, luego existo” de Descartes y, al “me duele, luego existo” de Kierkegaard, puede ser añadido el “pienso, luego estorbo”, de no pocos terrícolas que pueblan nuestra fauna hoy.   

Nos enseña Ricardo Yepes S. en Fundamentos de Antropología, que el fin de la vida social es la vida buena, que no la buena vida. El fin de la ciudad es la vida de armonía, respeto y solidaridad, no sólo de conveniencia y el simple vivir. 

Así, aspiramos disfrutar de un conjunto de bienes que componen la vida buena, donde se practica la justicia, las buenas relaciones familiares, el respeto a las personas, al bien común y a las leyes, entre otras acciones virtuosas. Por tanto, el fin de la vida social es la felicidad de las personas. Contrariamente a estos nobles pensamientos, sin embargo, vivimos sufriendo conductas irracionales que van creciendo saludables en nuestra sociedad. 

Se afirma que el pensar es el acto más sublime de la inteligencia: ¿Piensan aquellos que atropellan impune y prepotentemente el sagrado derecho al descanso de gente trabajadora o enferma, cuando molestan con potentes equipos de sonido a altas horas de la noche? 

¿Piensan aquellos que ponen en riesgo sus propias vidas y la de terceros, cuando en la noche transitan sobre una motocicleta sin luz, con tres y hasta más miembros de una familia? 

¿Piensan aquellos orangutanes de grotesco actuar, fruto de su arrogante ignorancia, cuando gritan al mundo algo así como: Yo soy...; Yo hago lo que quiero … y qué: quéjate donde quieras y ante quien quieras?  ¿Piensan los irresponsables padres que permiten a sus hijos menores conducir alcoholizados, provocando todo tipo de desórdenes en la vía pública? 

¿Piensan aquellos que guiados sólo por sus instintos -lejos de la razón- cometen todo tipo de salvajadas en la calle, en la cancha, en la escuela? ¿Por qué los padres no son los primeros en corregir a sus hijos patoteros que promueven peleas tanto en la calle como en los colegios, sucia costumbre que ganan adeptos? Finalmente, ¿no se dan cuenta que convertirse en “aborto social” es igual a ganarse el desprecio de la sociedad decente? 

De ahí que el “no pienso, luego estorbo”, es una palpable realidad en la conducta de nuestra fauna humana. Sin embargo, este mal no tiene la última palabra. Somos seres dotados de razón y voluntad libre y por consiguiente, superiores a cualquier bestia. 

Entonces, utilicemos el siguiente trípode para lograr la vida buenaa) cultivemos nuestra mente, leyendo y estudiando para adquirir saberes útiles; b) fortalezcamos nuestro ser interior, nuestro espíritu -somos espíritu encarnado y carne spiritual; c) y así, disciplinar nuestra conducta para vivir en sabrosa armonía social. 

No necesitamos ser un país territorialmente extenso para ser un Paraguay digno y decente. La grandeza de una nación se mide por la ausencia de chatura cívica de sus habitantes. Sepultemos, por tanto, el mbareté-pokaré  y enarbolemos la bandera de virtudes como la decencia personal y el respeto a los demás. Los paraguayos de bien lo merecemos. ¡Ta upéicha!

jueves, 8 de agosto de 2024

¡RESPETO, CORTESÍA y TOLERENCIA,,, ¿Valores perdidos?


Es fácil sentir que las relaciones humanas en el trabajo, familia, y vecindad…están muy debilitadas. Por consiguiente, urge reflexionar-ña ñamindu´umi, con entrega y dedicación esta realidad. Abundarán argumentos para explicar el fenómeno. 

Al parecer, algunos de esos posibles motivos es haber perdido el valor de la delicadeza personal. Quizá se malentienda que cualidades como finura, suavidad, distinción, cariño, etc., se considere sinónimo de debilidad o falta de hombría. 

En una sociedad donde la matonil prepotencia grosería, indiferencia, vulgar arrieraje y descortesía, fortalecen sus reglas…imagino muy difícil, ser cortés, respetuoso, y amable, sin que el imaginario colectivo, no lo asocie de modo erróneo y desfigurado, con el mundo de “maricas” en oposición al “machote”. 

Ejemplos: No saludar al vecino, al compañero de trabajo, a alguien con quien me cruzo en la calle, ¿me hace más o mejor, o demuestro lo ignorante, evasivo, y mísero que soy? o, ¿creo que mi saludo es gran regalo no merecido por el otro? 

Saludar es cortesía; no depende de ningún agrado o simpatía. No saludar, en cambio, es negar buenos deseos al otro, o peor aún, muestra de desprecio al hacerme “superior” al otro, “inferior”, que no merece mi saludo. 

Delicadeza al hablar. ¿Cómo y cuál es mi actitud en el trato con los demás? ¿Soy delicado en la forma de hablar, teniendo en cuenta el tono, la paciencia, las palabras, o digo lo que quiero y como quiero, porque nadie me impedirá? 

¿Quién no se ha arrepentido por alguna palabra dicha de mala manera, que - sin querer o queriendo… ha ofendido a alguien, generado malestar o confusión, porque “disparó” sin “pensar” lo que dijo, creyéndose con derecho a decir cualquier cosa, en cualquier momento y a cualquier persona? 

Es contrario a la delicadeza hablar de los demás. ¿Quién de los mortales tiene derecho de hablar de las intenciones del prójimo, sin caer en la estúpida pretensión de adornarse con el “síndrome de diocesillo”? 

Delicadeza es necesaria hasta para reclamar nuestros justos derechos que están garantizados por ley. Y sin embargo, comprobamos que, muchas veces, mi derecho extiendo más allá de los límites, al atropellar derechos ajenos que nada tienen que ver con mis desatinados “derechos”. Esto es delito.  

Delicadeza es respetar al otro como alguien igual a mí. Ejemplo, si al momento no me es posible atender la llamada telefónica, luego tengo que devolverla. Eso es cortesía, respeto. No hacerlo es bravuconada-matonil o ignorancia…o ambas cosas. 

La mejor noticia que puede dar al mundo, un ejemplar de esta calaña -si no se redime- es su: desaparición