lunes, 29 de agosto de 2022

LA VID A ES… ¡Extremadamente dura!


Cuando “el infortunio”, enfermedad, accidente, pérdida de trabajo, deudas, etc.; tocan nuestra puerta…la vida se torna…espantosamente dura, ¡i jetu ú ñane rekove!... Luego ¿Cuál es nuestra actitud? ¿Cómo reaccionamos?

Los terrícolas, ante una desgracia -lógicamente- se deprimen. La tristeza ataca y afecta, también a la gente que rodea a la víctima. Porque, además de luchar contra su “mala pata”, soporta críticas como: ¡qué poca fe tenes…qué clase de cristiano pio sos…etc. 

Otras sienten ansiedad. Angustia y temor afectan el sistema digestivo o el corazón; hasta la capacidad para resolver problemas. Y la lista puede seguir…. ¿Quién algún vez no habrá pasado por algunas de estas experiencias? Con un ejemplo ilustra Fr. Nelson M:

Una chica se quejaba acerca de su vida, y de cómo las cosas le resultaban difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
 

Su abuela la llevó a la cocina. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. Pronto el agua de las tres ollas hervía. En una colocó zanahorias, en otra, huevos y en la última, granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. 

Al rato la abuela apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las puso en un recipiente. Puso los huevos en un plato. Luego, sirvió el café en una taza. Mirando a su nieta le dijo: ¿Querida qué ves?.. “Zanahoria, huevos y café”, respondió. 

Luego pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Le pidió que tomara el huevo y lo rompiera. Al sacarle la cáscara, vio que estaba duro. Luego le pidió que tomara un poco del café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. 

La nieta preguntó: “¿Qué significa esto, abuelita?” Ella le explicó que los tres elementos enfrentaron el agua hirviendo, pero, que reaccionando de modo diferente: 

La zanahoria, en el agua hirviendo se ablandó y debilitó. El huevo superó el agua caliente. Su cáscara protegía su interior líquido. En agua hirviendo, su interior endureció. Los granos de café, eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, cambiaron al agua. 

¿Cuál eres tú?, preguntó a su nieta. Cuando el caos llega a tu puerta, ¿Cómo eres? ¿Una zanahoria que parece fuerte pero que cuando llega el dolor pierdes tu fortaleza? 

¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Tenías un espíritu fluido, pero después de una muerte, separación, divorcio, o un despido te hiciste duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ?¿Eres amargado con un espíritu y un corazón endurecido? ¿un grano de café?

Así, alguien sugirió unos remedios que no tienen las farmacias: ejercicio físico, ayuno y alimentación equilibrada, desahogo con un confidente, orar, meditar y reír, perdonar, cantar, alabar y confiar en Dios, son medicina gratis. 

Al usar estos medicamentos, rara vez necesitaremos medicamentos de venta libre. Ya que: 

“Él nos consuela en todos nuestros sufrimientos, para que nosotros podamos consolar también a quienes sufren, dándoles el mismo consuelo que Él nos da. Porque así como los sufrimientos de Cristo se desbordan sobre nosotros (…) se desborda nuestro consuelo.  

Si Dios nos consuela, también es para que ustedes tengan consuelo y puedan soportar con fortaleza los mismos sufrimientos (...) Tenemos una esperanza firme (…) así como tienen parte en los sufrimientos, también tienen parte en el consuelo. (2 Co 1:4-7) 

jueves, 25 de agosto de 2022

SER SUSCEPTIBLE..“Es ser “Pire pererî”

  

Pire pererî” (guaraní) voz que hace referencia a alguien en extremo sensible, que reacciona exageradamente por cualquier tontería (vyrorei) Ejemplo: no te enojes, no sufras ante algo tan insignificante como: ¡nos cruzamos en la calle…y no me saludó!. 

Amigo: increíblemente, los terrícolas en su mayoría tendemos a picharnos y a pelearnos, perjudicando nuestras relaciones humanas y lo peor, nuestra salud. Y vos querido amigo…sos tan frágil que ¡deberías vivir en un frasco de algodón mba´e! 

Si nos duele o afecta que los otros nos critiquen, es normal que estemos en un estado de alerta permanente, y estar también en permanente posición de contraataque. Vivir así no es vida, al contrario, es vivir con constante golpe-py´aka al estómago.    

Es que, no siempre las cosas son como queremos que sean, así ko es la vida hina. No tenemos un “control remoto” para dirigir a los otros según nuestros criterios. El otro, tiene autonomía para hacer y pensar, igual que vos y yo. 

Si no aceptamos esta verdad, corremos el riesgo que nos acusen -y con razón- de que somos soberbios-mbarete, tavy y kanguero… ¿entendés pa amigo?  No seamos pire pereri en la vida, porque nadie nos soportará…“ha upépe katu ja uma hule bro”. 

A propósito, dice A. Milagro: “Cuando vas por la ruta con tu coche a alta velocidad, vas tranquilo si el coche responde bien. Tu vida es como un coche lanzado a alta velocidad; conserva la calma y el dominio de tu vida; domina siempre la situación en que te halles. 

Cuando manejas tu coche, por más que éste te responda, si no eres dueño de tus nervios, estarás al borde de la tragedia. Tu vida tendrá muchos choques, si no eres dueño de ti mismo, si no dominas tus instintos, si no frenas tus impulsos. 

El dominio propio es el secreto de la vida; saber ir adonde se quiere; eso es auto-control, es mandar uno en la propia vida, eso es éxito. ¿Sabes dominarte? ¿Eres dueño de ti mismo? O, por el contrario, ¿te dominan tus pasiones, tus instintos, tus nervios? 

Cuidado, porque puede estar muy cerca la catástrofe. El pensamiento de Dios será el mejor freno para tus instintos; saber que Dios está contigo, te acompaña. "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mt. 16, 24). 

Si no con frecuencia, al menos de vez en cuando te sorprendes a ti mismo después de un altercado, de una verdadera pelea con los tuyos, con los que más amas en la vida, o con los que te están rodeando a diario por motivo de trabajo, de vecindad, etc....piensa… 

Y después de la pelea, después de dejarte llevar por tu nerviosismo, ya sereno, recordaste lo pasado y viste que ellos tenían razón. Otras veces viste con claridad que la razón era tuya, pero que fuiste bastante terco en la defensa de tu razón…piensa…. 

Que en toda discusión, saliste perdiendo, que siempre toda pelea resultó negativa, que nunca sirvió para esclarecer la verdad, o para acercar los corazones; más bien los alejó, los agrió; con la razón de tu parte o en contra tuya, quedaste bastante lejos de los tuyos, amargado con los tuyos; ¿valía la pena, entonces, pelear? 

El Espíritu Santo dice: “Sé pronto en escuchar y tardo en responder” (Eclo, 5, 11). “Gloria y deshonra caben en el hablar, en la lengua del hombre está su ruina” (Eclo, 5, 13). Es prudente pensar antes de hablar, si tenemos que hablar o callar y cómo hablar. 

Así que anguiru, aní ne pire pereri. Nahendusei vyrorei-No quiero escuchar tonterías”.

martes, 16 de agosto de 2022

¡EL ARTE DE ESCUCHAR!

 
“Se necesita coraje para pararse y hablar. Pero mucho más para sentarse y escuchar” (W. Churchill).

Dicen los que saben: La primera gran tarea donde debemos evaluar la comunicación es primero con los miembros de nuestra familia; luego en los demás ámbitos. Saber escuchar es una de las habilidades más exitosas.

Stephen R. Covey,  en su libro “los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva” dice: “Procure primero comprender y luego ser comprendido”. 

“Tenemos tendencia a precipitarnos, a arreglar las cosas con un buen consejo. Pero a menudo, sin tomarnos el tiempo necesario para diagnosticar e intentar comprender profunda y realmente el problema. 

Los gritos solo indican que hay inestabilidad emocional en la persona. Se grita por querer mostrarse más fuerte de lo que uno es, para ejercer dominio sobre la situación. Sin embargo, lo que muestra es no tener suficiente control ni siquiera sobre sí misma. 

Gritar puede salvarnos la vida, para llamar la atención cuando hay peligro o conflictos. Pero, es incorrecto. Además de exhibir extrema debilidad, gritamos para canalizar nuestro enojo o frustración. 

Lo curioso es que invertimos mucho tiempo y dinero para ser “un buen profesional” en la vida. ¿Y cuánto invertimos en aprender a escuchar, a ser más “gente y menos bestia? 

Covey agrega: “escuchar es poner nuestros sentimientos al servicio del otro, porque a menudo pensamos que lo que le sucede a los demás, también nosotros lo hemos pasado, y terminamos dando consejos que no corresponden a la realidad”. 

Porque muchas veces ignoramos al interlocutor, sin escuchar nada. También, podemos fingir diciendo: “Sí ya, lo entendí”. O, quizá, escuchamos selectivamente, oyendo sólo lo que nos gusta o interesa. Pero, lo correcto es la escucha empática, es decir, “escuchar con la intención de comprender”. 

Alexis Codina Jiménez en su libro “Saber Escuchar, un intangible valioso” dice que, hay problemas en la práctica de la escucha que tenemos que superar, siendo estos: 

*Poner más atención cuando nos hablan. Concentrarnos más en lo que nos dicen, escuchar palabras y gestos. No interrumpir a quien habla. 

*Porque, ser escuchados nos gusta mucho. Entonces, debemos ser justos y tener más ganas para escuchar a los demás. *Evitar barreras, no hacer suposiciones previas. *Evitar hacerse el desentendido- “ñembotavy” cuando nos hablan. *Desechar la idea que “escuchar” es sinónimo de debilidad. 

*Demostrar al otro que le prestamos atención, que nos interesa lo que dice, aunque no coincidamos, es actitud es de personas con elevada educación. La biblia señala a gente (varón y mujer) valiente, intrépida, osada, dispuesta a luchar y lograr victoria. 

Aunque en muchos casos estos valientes debían luchar con desventaja pero, el Espíritu del Señor los fortalecía, así derrotaban a ejércitos, que por su historia eran invencibles.

Y nosotros también podemos saber escuchar-(Ha ñande avei icatu ja japysaka

jueves, 11 de agosto de 2022

LA VIDA ES... ¡Gran aula de aprendizaje!

  

En esta difícil escuela de aprendizaje, algunos tienen una facilidad y aprenden muy rápido. Pero, a la mayoría, pareciera que les cuesta tremendo esfuerzo pasar de grado y viven siempre ahogados en los mismos problemas: decepciones, dolores, tristezas. 

A todas estas tragedias se suma los políticos, que prometen libertad, prosperidad y democracia…pero cada vez más, nos hunden en la desgracia. 

Así, las asignaturas son cada vez más difíciles de pasar, amén de otras como la alegría, la felicidad, el gozo, la paz y el amor que aparentemente son muy sencillas. Pero, para poder disfrutar de estas bondades, es urgente luchar contra nuestras propias miserias. 

Así, los sabios recomiendan: “no le temas a las desgracias, aunque se levanten como un gigante, o como una enorme montaña impenetrable. Si caminamos junto al divino Maestro, él nos dará la gracia y la correcta dirección para superar dificultades”.

Porque, cada uno de nosotros estamos llamados a tener una vida plena, llena de gozo, logros, realizaciones. Para ello necesitamos reconocer y trabajar nuestras debilidades. 

En nuestras relaciones con los demás, debemos de usar la misericordia, la paciencia, el perdón y por sobre todo el amor. Ser tolerantes, comprensivos, dadivosos y pacíficos. Todo esto para lograr una relación estable y armoniosa. Así recomienda la Palabra: 

Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros” (Mt.11, 29-30) 

En cuanto al dinero (pira piré), son pocos los que se vuelven ricos de la noche a la mañana. Algunos que sacaron millones en la lotería a los pocos años, quedaron tan o más pobres que antes, por incapaces de manejar mucho dinero. 

El descontrol, el despilfarro, las malas inversiones, la deshonestidad y el pensar que nunca se iba a acabar, los llevan a la bancarrota. ¡La vida es… aula de aprendizaje! A propósito un cuento que me enviaron: El peso de la mantequilla”. 

El panadero de un pueblo, compraba su mantequilla a un granjero vecino. Un día empezó a dudar sobre el peso de la mantequilla comprada y decidió investigar el asunto. 

Durante varios días pesó la mantequilla y encontró que, de hecho, el granjero le daba cada vez menos mantequilla. Lleno de ira decidió llevar al granjero al tribunal. 

-Supongo que usted tiene unas balanzas… le dijo el juez al granjero.

-No, señor…respondió el granjero.

¿Cómo entonces pesa la mantequilla que vende? 

Muy sencillo, su señoría –respondió seguro el granjero:

-Cuando el panadero empezó a comprarme mantequilla, decidí comprar el pan de su horno, y sus panes de medio kilo son los que usé para pesar la mantequilla que le vendo. 

Si falta en el peso de la mantequilla, la culpa es solo suya. ¡La misma medida! 

A veces nos enojamos, juzgamos y atacamos a los demás porque algo nos disgusta. Pero, olvidamos que, en ocasiones, solo es el reflejo de lo que somos y hacemos…Así las cosas: la vida es¡permanente aula de aprendizaje! ... Conclusión: ¡Ayunemos entonces, de este "pokare criollo"... tan ñane mba´e.